La tómbola

350 Magistrados y Magistradas, y 361 jueces y juezas serán destituidos; sus vidas y sus carreras judiciales terminaron en una tómbola, hoy son los primeros; y van por todos y todas, por todo el Poder Judicial

por Angelica De la Pena

Por Angélica de la Peña

350 Magistrados y Magistradas, y 361 jueces y juezas serán destituidos; sus vidas y sus carreras judiciales terminaron en una tómbola, hoy son los primeros; y van por todos y todas, por todo el Poder Judicial.

Los corren porque así lo ordenó López Obrador y lo está concretando la Presidenta Claudia Sheinbaum. Pero no podemos olvidar que tres Senadores y una Senadora que llegaron por votos de la oposición, ayudaron a que Morena tuviera la mayoría calificada para concretar esa reforma constitucional que está llevando al país a un nuevo régimen muy distinto al que se definió desde la independencia y la revolución.

En la historia quedará inscrito el nivel del atraco a la República con la intervención del chistocito presidente de la Mesa Directiva que bromeaba ante las impericias de quienes manejaron la tómbola, ya que nunca habían hecho algo así en ningún país del mundo, dijo, y remata; “de aquí a la lotería nacional”.

Con esta frivolidad se está sepultando la independencia del Poder Judicial de la Federación, como si estuvieran jugando a las damas chinas.

Estamos presenciando impávidos una crisis institucional cuyas consecuencias pondrán al país en un retroceso sin parangón, y quienes desde el Consejo General del INE y desde la Sala Superior del Poder Judicial de la Federación también tendrán que dar cuentas en la historia porque sabían las consecuencias que la sobre representación de esa coalición lograría. A los ojos del país y del mundo se concreta el machetazo a la Constitución Política fraguado por López Obrador.

Quienes pensaban que la Doctora iba a echar abajo el caprichito de Andrés se equivocaron rotundamente. Quienes tenían la ilusión de que iba a prevalecer su formación como científica, desilusiónense. Quienes tenían la esperanza de que ella sería mujer autónoma y estadista, erraron en su diagnóstico. Ella y su mentor forman parte de un mismo proyecto político alineado al populismo.

La frase que se ha convertido en la contradicción más estruendosa es la que pronunció de, “si llego yo, llegamos todas”. Hoy constatan las juezas, magistradas y ministras, que no es verdad que llegamos todas. Y las Senadoras de Morena, PT y PVEM calladas sepultan las carreras del 30% de las juzgadoras que forman parte del Poder Judicial.

Recordemos los preceptos del Código de Ética del Poder Judicial de la Federación respecto al concepto de independencia, que la define como un incuestionable requisito que debe caracterizar la actitud del juzgador o juzgadora, frente a influencias extrañas al Derecho; esta independencia consiste en juzgar sin presiones o intereses extraños al encargo. Esta ética asegura que juzgadores y juzgadoras actúen con imparcialidad, objetividad, profesionalismo y excelencia que se adquieren con la sabiduría del estudio, la experiencia que se perfecciona en el ejercicio de la carrera judicial. Por desgracia nada de esto se asegurará en el patético espectáculo del Senado que comenzó el 12 de octubre pasado.

No solo se viola la CPEUM de 1917, también la primera Constitución que nos dio origen como Nación, la de 1824. Desde entonces se establece que el Poder Supremo de la República se divide para su ejercicio en el legislativo, ejecutivo y judicial. La justicia es libertad, y ésta desaparece cuando se pierde el equilibrio entre los Poderes: hoy vimos al legislativo sometiendo al poder judicial, por órdenes de la Presidenta.

Defensora de derechos humanos

 Foto Captura de Pantalla Canal del Congreso

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