Sin Localizar

Mientras ellas desaparecen, son mas visibles las campañas políticas que coleccionan promesas de ahora hacer “las cosas bien” esa burda conquista del voto que incluye adornar las problemáticas y no nos dicen exactamente cómo es que la tragedia desaparecerá o se aminorizará

por Yolitzin Jaimes

“Vivir en este país, es correr el riesgo de formar parte de cifra que ya rebasa las 100,000 desapariciones, como si a las personas las encapsulara el tiempo y fueran invisibles como el viento”.

 

¿Alguien la ha visto? Así comienza la búsqueda de quienes buscan a las No localizadas, son decenas las mujeres que se encuentran en calidad de desaparecidas, ficha tras ficha de mujeres y niñas que de pronto ya no están. Me pregunto cuántas fichas compartimos a la semana, más de una sí. En las redes sociales aparecen sus rostros, se asoman sus nombres, desfilan sus datos; “Se le vio por última vez” “Ayudemos compartiendo” “Si saben algo, llamen al número tal”.

Y hay algo aún más evidente de localizar, es la política pública en materia de prevención, atención, sanción y erradicación de la Violencia contra mujeres y niñas, lo inlocalizable es la Emergencia Nacional para esta crisis que viven las mujeres y niñas de México.

Mientras ellas desaparecen, son mas visibles las campañas políticas que coleccionan promesas de ahora hacer “las cosas bien” esa burda conquista del voto que incluye adornar las problemáticas y no nos dicen exactamente cómo es que la tragedia desaparecerá o se aminorará. Todos sus verbos están huecos, no responden al panorama.

¿Quiénes buscan? Las familias, quienes mantienen intactas las prendas, las habitaciones, los recortes en la pared que esperan a quien los habitaba.

¿Cómo las buscan? Con sus propios recursos, en medio de la desesperación y la escasa esperanza. En días recientes se llevaron a una joven de Acapulco cuando iba a la escuela, aún no eran ni las 7 de la mañana y su familia emprendio acciones contundentes, mantuvieron cerrada una de los perincipales accesos a la ciudad, exigieron actuación de la Fiscalía, las horas se fueron acumulando y también el miedo por no volver a verla, la sociedad se unió a sus reclamos, las feministas también se solidarizaron, pero fueron ellos, el papá y la mamá insistiendo en su búsqueda, apoyados por sus cercanos y vecinos, respaldados también por una sociedad que ya está harta. La misma fiscal fue a ponerse de rodillas ante la familia, las autoridades ofrecieron recompensa, se prrestaron al diálogo, pues el Tianguis Turístico estaba encima y en su agenda no hay espacios para lamentaciones, había que solucionar pronto, esa era la consigna, después de 48 horas sin localizar, la joven regresó por su propio pie y eso fue esperanzador, sin embargo las fichas acumuladas de desaparecidas en Acapulco, en Guerrero y en todo México, están ahí tan inmóviles como siempre.

¿En dónde está Zuleyma Cortéz Angelito? , ella se encuentra desaparecida desde el 22 de diciembre del 2020, ¿En dónde está Lorena Elvira Rodríguez Nazario?, permanece sin localizar desde el 28 de septiembre del 2020, ¿En dónde está María Arien Avila Cambray? Según el registro desapareció el 24 de noviembre de 2021. Quizás te preguntas, ¿Por qué las nombras a ellas?, y es porque en los perfiles de sus familiares aun las están buscando, aún guardan la esperanza de volver a verlas y si esas personas aún tienen esperanza, yo también la tengo.

Una lleva consigo sus nombres, se ha hecho un vestido con sus datos, hemos encendido las antorchas, hemos nombrado su ausencia, entre calles llenas de ruido y de indiferencia.

Y así fue transcurriendo mayo, el tweet que ví decía: “asesinaron a tiros a la abogada feminista CeciliaMonzón a las 9:54 en Puebla” y cómo no conmocionarse, cómo no sentir la rabia que se anida una vez más, mayo nos trajo cifras, nos arrojó protestas de un país que convulsiona, al que se le agota el tiempo, al que se le cree muy poco y por lo tanto se comienza a comprender que las formas de las feministas si son las que se necesitan y quizá se están quedando cortas.

SIN LOCALIZAR… áun la ruta que fragmente toda indiferencia, que no tenga que ocurrire a alguien en su propio círculo para que entienda la emergencia que estamos viviendo, sé que mientras voy acomodando mis palabras, alguien está acordándose de las cicatrices, de las señas particulares y demás detalles que piden cuando llenan una ficha de busqueda.

Monitorear las rutas, los recorridos, el viaje en el taxi, en el uber, revisar la última conexión, llamar por si no llega, preguntar a otros porque no responde quien dijo llegaría a tiempo.

¿Cuál es la demanda que no estamos viendo? ¿Por qué las mujeres estan desapareciendo? ¿Por qué las mujeres desaparecen cuando van a buscar trabajo? ¿Quién o qué se las lleva y con qué fines?

Para la algarabía de la matraca y el supuesto cambio de gobierno en los estados donde habrá elecciones no hay espacio para las propuestas, esos discursos solo están llenos de promesas. Nosotras ya no le creemos a los farsantes, ni a las guardianas que les escriben los discursos, porque sabemos que su comprimiso real también está SIN LOCALIZAR.

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