Por Guadalupe Herrera Alvarado
Las personas que han sido distinguidas con el Premio Nóbel es porque aportaron algo valioso a la humanidad. A 121 años de reconocer personalidades dedicadas a la química, física, medicina, literatura, ciencias económicas y acciones por la paz, el 94% han sido hombres y solo el 6% restante mujeres.
Valiosas han sido las aportaciones que las galardonadas y los galardonados han hecho a la humanidad, sin embargo, necesitamos que se reconozca más a la mujer, a aquellas que a lo largo de su vida han obtenido también grandes logros y que no han tenido la suerte de visibilizarse en el mundo de la ciencia y de la investigación.
En los premios Nóbel 2022, destaca por supuesto la estadounidense Carolyn Bertozzi, Premio Nobel de Química 2022 y la octava mujer en recibir el galardón en esa especialidad. En una entrevista que le hizo Adam Smith, Director Científico de Nobel Prize Outreach, Carolyn con sencillez y humildad destacó el tema de las mujeres al reconocer el trabajo y las aportaciones que éstas también están haciendo a la humanidad y cita “No puedo evitar pensar en todas las mujeres que vinieron antes que yo, que hicieron un trabajo espectacularmente importante, tan importante como cualquier cosa que haya hecho pero no tuvo la oportunidad de ser reconocido”, “hay tantas mujeres científicas increíbles y creo que las veremos surgir más y más”.
La estadounidense compartió el Premio Nóbel con el danés Morten Meldal y con el estadounidense K. Barry Sharpless, ambos sus héroes de la química, como ella misma lo anuncia en dicha entrevista.
En esta emisión 2022 de los Nóbel, también destaca la francesa Annie Ernaux, ganadora el Premio Nóbel de Literatura, por su valiosa aportación clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal».
Como se observa, de los seis premios que se entregan cada año, solo dos mujeres se llevaron los laureles, manteniendo el porcentaje más alto para los caballeros.
Ante acciones de pedofilia el Nóbel, calló
Por la ocasión y acorde a tan relevante tema, es oportuno recordar el mundialmente reconocido caso del norteamericano Daniel Carleton Gajdusek, quien recibiera el Premio Nóbel de medicina en 1976 y que en abril de 1996 fue arrestado por pedofilia, declarándose culpable en 1997 con una sentencia mínima de 19 meses de prisión, nada comparado con el daño causado a sus víctimas; cabe resaltar que a pesar de su culpabilidad, Daniel Carleton Gajdusek conservó hasta su fallecimiento el Premio Nóbel.
La reflexión es ¿Qué se está valorando en las altas esferas de la academia? ¿En qué se está incurriendo al no haber sido castigado a Carleton, al no haberle revocado el premio en su momento? ¿hasta dónde se corre el riesgo solapar las acciones del científico que mundialmente fue demeritado como ser humano? ¿En dónde se vuelve más delgada la línea de la aportación del conocimiento y del daño provocado a sus víctimas? La justicia hizo su trabajo pero el Nóbel se quedó callado ante las acciones de pedofilia de uno de sus galardonados.