A pesar de los foros y lecturas disponibles al alcance de cualquier ser humano, existen ideas arraigadas en el colectivo sobre lo que significa patriarcado en el lenguaje feminista.
En redes sociales, he sido espectadora de innumerables debates en los que no se concibe el sistema patriarcal con una prevalencia actual. En uno de tantos, fui testigo de como una usuaria argumentaba que no vivía en un sistema patriarcal porque en su familia dominaban las mujeres.
Ahí caí en cuenta que los movimientos feministas dan por hecho que la gente sabe exactamente de los que están hablando, cuando la realidad es otra. Ni siquiera la cuestión más básica de lucha de los movimientos feministas es de pleno entendimiento para la sociedad.
Si bien la RAE define al patriarcado como el gobierno o autoridad del patriarca o como la organización social primitiva en que la autoridad es ejercida por un varón jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aun lejanos de un mismo linaje, esto sólo se refiere al significado de la palabra como tal no al fenómeno social que representa.
Tan es así que, a pesar de que la conformación de las familias ha ido cambiando, prevalecen las falacias androcéntricas en la construcción mental, la tradición, la cultura, y diversas manifestaciones, que incluso son expresadas mediante simbolismos. Con base en elpredominio masculino se consagraron las normas, valores, principios y modelos que aún hoy son el eje de nuestra civilización. Pero es que son tan normales, tan corrientes en el día a día, que podríamos pasarlas desapercibidas.
Ante esto, las teorías y prácticas feministas promueven la abolición de esta forma de vida, ganando espacios en la esfera pública y privada para que se genere un cambio radical en el oren social del mundo, que represente los derechos, garantías y libertades de las mujeres a la par de losde los hombres, como seres humanos en igualdad.
Ahora bien, el patriarcado es un sistema integral que otorga privilegios a los hombres por encima de las mujeres en una relación de dominación. En cambio, el machismo se refiere a la actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres o la forma de sexismo (aplicada por hombres o mujeres) caracterizada por la prevalencia del varón. Tal vez, uno esté inmerso en el otro, pero ambos conceptos son igualmente reprochables y deben erradicarse de la convivencia humana.
Estas son las razones básicas de un sistema tan arraigado con más de 4000 mil años de existencia, y por el que se reproducen hechos de violencia física, emocional, económica y psicológica contra las mujeres.
En este tenor, la lucha feminista arde desde las entrañas de la injusticia para cambiar conciencias de forma radical, tanto en lo individual como en lo colectivo, tanto en hombres como en mujeres, empezando con la perspectiva de género y la igualdad sustantiva para culminar en un mundo que se pueda cohabitar sin miedo y con libertad.