Brechas de género también en la salud mental

Estás loca” es una de las frases más frecuentes para descalificar los sentires de las mujeres

por Lourdes López Ayala

“Estás loca” es una de las frases más frecuentes para descalificar los sentires de las mujeres, una manera violenta de anular sus reclamos y, lo que es aún más grave, un estigma sobre la enfermedad mental. Histéricas, neuróticas, sentimentales, hormonales… muchos son los calificativos que se generan alrededor del tema, cargados de prejuicios que impiden tomar en serio la prevalencia de ciertos padecimientos, y que dificultan el diagnóstico y tratamiento oportuno.

Si algo nos ha dado este tiempo de pandemia ha sido la posibilidad de hablar de la salud mental; cada vez son más los medios que dan espacio para hablar de padecimientos como la depresión y la ansiedad. Pero hablar del tema en ciertos medios no es suficiente, porque parecer que en esta área de la salud las mujeres también vivimos en desventaja.

¿Qué es la salud mental?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es “el estado de bienestar que permite a los individuos realizar sus habilidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva y fructífera, y hacer una contribución significativa a sus comunidades”.

Así, la salud mental depende de las condiciones de vida de la mujer, pero también de un ecosistema que la circunda: la familia, la comunidad, la sociedad. El entorno en el que vivimos influye en ese bienestar que permite el desarrollo integral de la persona y determina su salud física y mental.

La pobreza, el acoso, la violencia, la incertidumbre laboral, las labores de cuidado, etc., son factores fundamentales que impactan en nuestra salud mental, lo cual exacerba la tendencia a padecer diversos trastornos.

Brechas de género en la salud mental

Los estudiosos en la materia señalan que, si bien los elementos biológicos son considerados de riesgo para que una mujer tenga depresión a causa del embarazo, el postparto y la menopausia, explican que, además, existen otros factores sociales como los roles de género, que incrementan las posibilidades de que las mujeres presenten alguna enfermedad mental.

Según señaló Shoshana Berenzon Gorn, investigador del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, uno de los principales factores psicosociales asociados a la depresión en la población mexicana es ser mujer, sobre todo si se es jefa de familia o si se dedica exclusivamente a las labores del hogar o a cuidar a algún enfermo.

Otros factores psicosociales de riesgo —añade— tienen que ver con el bajo nivel socioeconómico (por la mayor exposición a condiciones de precariedad, si bien no existen diferencias significativas entre estratos socioeconómicos, aquéllos de nivel más bajo presentan depresión más grave), el desempleo, el aislamiento social, los problemas legales, las experiencias de violencia, el consumo de sustancias adictivas y la migración.

Falta de diagnóstico y tratamiento

El mismo Berenzon, junto con otros autores (1), señala que las mujeres acuden a los servicios de salud aquejadas de ciertas sensaciones, las cuales muchas veces no detecta o minimiza el médico tratante. Esta falta de atención es estructural e institucional, lo que hace que las mujeres repitan la experiencia debido a una hiperfrecuentación de los servicios. Al no sentir mejoría de sus padecimientos, repiten la consulta y, muy probablemente, se vean ignoradas nuevamente.

Esta falta de diagnóstico y tratamiento genera en las pacientes frustración y sufrimiento; pero también un fuerte impacto en el sistema sanitario.

A su vez, los efectos de la falta de atención de las enfermedades mentales de las mujeres merman no sólo su calidad de vida, sino también su bolsillo e incluso las ponen en situación de riesgo frente al desempleo, pues muchas veces estas enfermedades se vuelven incapacitantes (especialmente cuando no hay tiramiento oportuno).

Trastornos mentales más comunes en mujeres

Se sabe que en México la prevalencia de depresión es de 5.1% para las mujeres, mientras que los hombres son de 3.6% De acuerdo a datos del INEGI (2021), la proporción total de mexicanos en edad adulta con síntomas de ansiedad oscilaba entre el 50.7%, ocupando nuevamente una mayor prevalencia para las mujeres con el 56.0%, mientras que para los hombres fue de 44.7%

Desde 2012, el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente alertó que, en México, padecimientos como la angustia y la depresión, así como ciertos trastornos alimenticios (anorexia y bulimia), afectaban más a las mujeres que a los hombres.

Aunque no sólo la depresión y la ansiedad son enfermedades comunes entre las mujeres, aquí las más significativas (sin orden específico):

Trastorno de ansiedad.
Depresión.
Depresión postparto.
Alcoholismo.
Trastorno de estrés postraumático
Trastorno dismórfico corporal.
Trastornos de la conducta alimentaria.
Trastorno de bipolaridad.
Trastorno obsesivo compulsivo.
Trastorno límite de la personalidad (TLP).

No sólo es importante hablar de la salud mental, también urge desestigmatizar la enfermedad con información clara y objetiva, especialmente con una perspectiva de género.

(1) Berenzon Gorn, Galván Reyes, Saavedra Solano, Bernal Pérez et al., «Exploración del malestar emocional expresado por mujeres que acuden a centros de atención primaria de la Ciudad de México. Un estudio cualitativo»

Foto de Liza Summer desde Pexels:

 

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