Por Yuli Zuarth
Isabel Allende es esa sorpresa que todas necesitamos en nuestras vidas. Al ser una autora un poco comercial y con tantos libros escritos podrías pensar que te encontrarás con lugares comunes, pero no es así.
Y desde “La casa de los espíritus” me lo dejó claro.
Isabel Allende es lo que es y se ha ganado su lugar en el mundo de las letras por su enorme talento y su belleza al escribir. Definitivamente tiene un don y leerla es un agasajo.
“Violeta”, es su más reciente obra y la segunda que leo de ella. La primera, se las acabo de nombrar. Y si se preguntan si quiero leer más de ella, la respuesta es sí. Así que si quieres recomendarme algo de la autora o compartirme cuál es su favorito, pueden mandarme un mail a yulizuarth@gmail.com o un DM a cualquiera de mis redes sociales: Instagram, Facebook, twitter o tiktok, en todas aparezco como yulizuarth.
Empecemos con Violeta, que justo les quiero compartir que acabo de elegir escribir de este libro, porque ayer me acordé de su existencia. Me llegó un flashback de un fragmento de la historia y como acaban de pasar los Oscars y vi todas las películas nominadas en la categoría de “Mejor Película” mi mente me jugó por un momento y no sabía si eso que recordaba, lo había visto en alguna película o leído en algún libro.
Me concentré más y por fin recordé que lo había leído en Violeta.
No les pasa que a veces cuando leemos, nuestra mente va haciendo imágenes de cómo lucen las y los personajes y los lugares que nos describen las autoras/es; y llegan a ser tan claros en tu imaginación, que a veces, llegas a pensar que fue una película en lugar de un libro.
Díganme que a alguien más le pasa por favor ja, ja.
Bueno, ya fue demasiada introducción, vamos directo a la historia.
Violeta es la recopilación de cartas escritas por ella – por Violeta – a su nieto Camilo. En ellas, le hace un recuento de toda su vida. Y eso es el libro. Con ese libro, Camilo conoce sus orígenes, desde sus bisabuelos, bisabuelas, abuelos, abuelas, mamá, papá, cuidadores y todos los ángeles que hicieran posible que esté vivo.
Violeta no se guarda nada. Es totalmente transparente con su nieto, es más, le pide que cuando ella muera, las queme, porque son demasiado sentimentales y le confiesa varios de “sus pecados”.
Como ya es costumbre en Allende, al menos así lo noté en “La casa de los espíritus” sus novelas siempre van entrelazadas con sucesos políticos, económicos y sociales.
Por ejemplo, aquí desde el inicio nos habla de la Independencia de su país, la pandemia por influenza que le azotó y posteriormente, la crisis económica que cambió la historia de la familia que relata en la historia, hasta pasar por cómo le impactó la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la intervención estadounidense en América Latina, llegando hasta la caída del muro de Berlín en los noventa y la crisis por COVID 19, así de actual, pero a la vez histórico.
Y como escritora feminista que es, incluyó personajes clave en la historia que nos compartían relatos de las luchas feministas de ese tiempo. Por ejemplo, de las sufragistas, compartiendo las torturas a las que fueron expuestas, pues cuando entraban en huelga de hambre, el gobierno las alimentaba a la fuerza con un tubo por la garganta, el recto o la vagina ¿pueden creerlo?
Otro de los personajes clave, participaba en organizaciones sociales feministas luchando por el derecho al voto, al aborto, al divorcio, a tener la custodia de las y los hijos, a disponer de ingresos propios y contra la violencia.
Ella decía “si los hombres parieran y tuviera que aguantar a un marido, el aborto y el divorcio serían sacramentos. Los hombres no tienen derecho a opinar, menos a legislar, sobre el cuerpo femenino, porque no conocen la fatiga de gestar, el dolor de parir y la esclavitud eterna de la maternidad”.
Y bueno con Violeta, la protagonista de esta historia, te llevarás una grata sorpresa en cuanto a su ingreso al feminismo, casi al final. No te diré más. Solo no quería dejar de mencionarlo porque esa parte fue hermosa para mí.
También a través de los relatos de la historia, nos va compartiendo la condición de las mujeres en esa época: no podían divorciarse, no tenían libertad sexual aun estando solteras, las obligaban a ligarse las trompas, daban vueltas en un constante círculo de violencia, abuso y dependencia emocional, no podían abrir cuentas bancarias sin el permiso de sus maridos y si llegasen a hacer “algo indebido” las palizas por parte de ellos estaban “justificadas”, normalizando las tentativas de feminicidio, qué horror.
¿Cuánto de eso ha cambiado? Las leyes se han modernizado ¿pero las ideologías y prácticas también? Reflexionemos.
Por otro lado, al hablar de la decisión de casarse, hay una parte de la historia en donde mediante una conversación entre dos personajes podemos sacar una gran lección, aquí va:
– No te cases si no estás convencida de que puedes pasar el resto de tu vida con Fabián
– No me parece que estés enamorada. Siempre has sido rebelde, escucha la voz de tu intuición.
Cuando de amor se trata, no hay que pensar tanto, la intuición nos dice todo. Es o no es. Ah, pero qué difícil es salir, qué difícil es dar el brinco, qué difícil es cambiar la seguridad por la libertad. Aunque al final, sabemos que esa libertad traerá la mejor de las historias. Nos atrevamos. Qué bien se siente liberarse.
Sus historias tienen de todo y siempre encuentra la manera de conectar los hilos. Por ejemplo, aquí me encantó la historia de cómo conectó la actividad de volar en aviones. Ya sabrán cuando la lean. No les quiero dejar spoilers.
Pero también se mete a temas muy fuertes, como relatar casos de violencia sexual, narcotráfico, suicidio, desigualdades estructurales, racismo, xenofobia, homofobia, adicciones y trata de personas.
Y todo ello, siempre va combinado con historias de amores románticos y amistades muy profundas, apasionadas y giratorias.
Tan parecido a la vida real ¿no?
Isabel Allende creció en un ambiente eminentemente político y siempre encuentra la forma de dejar mensajes feministas, de democracia y de justicia social en sus novelas. Eso, me encanta de ella. No se queda en la historia de amor apasionada, siempre va más allá. Su espíritu progresista la acompaña en cada plumada.
Me encanta y fascina la manera en como Isabel logra, en un libro, llevarte de la mano por la vida de muchas personas – desde su nacimiento, infancia, adolescencia y edad adulta – con todas las decisiones y vivencias que conlleva, llegando hasta la vejez y muerte en muchos casos.
Te hace familiarizarte y acercarte tanto con los personajes, que cuando uno de ellos fallece, te conmueve hasta las lágrimas. Literal en este libro lloré, hasta tengo marcada la página en que solté la lagrimita: fue específicamente en la página 259.
Si lo tienes en tus manos, sabrás en qué momento fue.
Algo que ha hecho Isabel en mí, es motivarme a investigar, aprender, introyectar y escribir sobre mis ancestras y ancestros, es una de mis metas actuales.
Porque las historias de las mujeres valientes, trabajadoras, apasionadas, resilientes y que cambian el rumbo de las familias, merecen ser contadas.
Porque como dijo Allende “El viaje de la vida se hace de largos trechos tediosos, paso a paso, día a día, sin que suceda nada impactante, pero la memoria se hace con los acontecimientos inesperados que marcan el trayecto. Esos son los que vale la pena narrar”.
Y eso haremos.
Gracias por leer, con amor, Yuli Zuarth.
Frases favoritas
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“Lamentaba no haber nacido medio siglo más tarde, porque habría cumplido su ambición de ser la primera mujer en escalar el Everest”
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“Lo empujaba a imaginar un futuro diferente al que le habían asignado, un futuro con aventura y riesgo”
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“Ese cuento de que todos los humanos somos iguales ante la ley y ante los ojos de Dios es una patraña, Camilo. Espero que no lo creas. Ni la ley ni Dios nos tratan a todos del mismo modo”
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“Esa tarde Teresa y ella sellaron una amistad que habría de transformar su vida”
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“Creo en el amor libre. No trates de amarrarme”
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“Teresa Rivas, feminista, a sus órdenes”
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“Le habían dado la cuota de sufrimiento que le tocaba en esta vida, y nada que viniera en el futuro, podía ser peor”
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“Cada momento lejos de ella era vida perdida”
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“Las exigencias cotidianas no dejaban espacio para la imaginación”
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“No se trataba de maldad inherente a la condición humana, sino de ignorancia y miseria. Es más fácil ser altruista y generoso con la panza llena que con hambre”
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“Esos son tus ancestros, Camilo, te conviene averiguar más sobre ellos; algunas características suelen ser hereditarias”
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“El cariño se cultiva, Camilo, hay que regarlo como a una planta, pero nosotros dejamos que se secara”
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“Si los hombres parieran y tuviera que aguantar a un marido, el aborto y el divorcio serían sacramentos. Los hombres no tienen derecho a opinar, menos a legislar, sobre el cuerpo femenino, porque no conocen la fatiga de gestar, el dolor de parir y la esclavitud eterna de la maternidad”
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“Sentía una rebeldía sorda, una rabia contenida al pensar que iba a casarme, tener hijos, convertirme en ama de casa y hacer una vida banal a la sombra de mi marido”
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“Quería a Fabián, pero sé que nunca estuve enamorada de él”
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“Un día cayó del cielo a mi vida”
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“Acepté con una mezcla de terror y urgente anticipación que en ese instante mi vida daba un vuelvo irrevocable”
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“Más tarde me aseguró que había sentido lo mismo que yo: la certeza de que habíamos vivido hasta entonces buscándonos, y por fin nos encontrábamos”
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“Es inevitable que nos amemos”
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“La experiencia perfecta es hacer el amor amando”
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“La distancia esfuma los contornos y el color de los recuerdos”
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“Allí donde se cruzan o bifurcan los caminos debemos decidir la dirección que vamos a tomar. Esa decisión puede determinar el curso del resto de nuestra vida”
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“Nos abrazamos con ese afecto que nace del desencanto compartido”
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“El coraje es contagioso y la fuerza está en el número; lo que no se logra sola se consigue entre varias, y mientras más sean, mejor”
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“Es posible enamorarse en la vejez con la misma intensidad y pasión que en la juventud. La única diferencia es que hay una sensación de urgencia: no se puede perder tiempo en tonterías”
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“Tuve que aprender a quererte de lejos”
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“La bondad desgasta mucho, te lo he advertido”
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“Eres el amor más intenso de mi vida”
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“Nací en 1920, en la pandemia de la influenza, y me voy a morir en 2020, en la pandemia del coronavirus. Es una extraña simetría que yo naciera en una pandemia y me vaya a morir en otra”