Por Lorena Ríos
Desafortunadamente hay una preguntas super estúpida con la que hay que lidiar después de denunciar a tu abusador en la infancia: «¿Por qué lo dices hasta ahora, si ya pasó?».
Parece increíble lo incómodo que le resulta a la gente el hecho de que una se atreva a denunciar, pero no así el hecho de que alguien abusase de ti (o de quien sea) durante la infancia.
La mente humana trabaja en formas muy misteriosas y, por más que uno no quiera, el cerebro tiene sus propios métodos de supervivencia, sus mecanismos de defensa y de autoprotección. Del mismo modo que puede bloquear un trauma para evitar el dolor y continuar funcional y «estable», puede haber algo en la vida adulta que desencadena otra vez los recuerdos, los miedos y emociones negativas que quedaron de esa terrible experiencia
No soy, sin embargo, especialista en el tema, hablo solamente desde mi propia perspectiva, sin otra herramienta más que el conocimiento de lo que a mí me sucedió entonces, lo que me sucedió después y lo que he venido observando desde que publiqué mi experiencia.
Más que las preguntas, en sí, lo que realmente molesta es esa insinuación de que lo que pasó ya quedó en el pasado. Para quien no ha sufrido esta experiencia puede parecer cosa del pasado cuando hablas de tu infancia, cuando hablas de una fecha que está más de tres décadas atrás. Pues bueno, les tengo una noticia: Eso NUNCA termina.
Para las víctimas de abuso sexual no es «pasó hace tales años», lo correcto sería decir «comenzó hace tales años». Porque el abuso per se, es sólo el inicio de un trauma con el que hay que cargar toda la vida.
Entendamos eso primero. Y partiendo de ahí quizá (y sólo quizá) puedan empezar a entender la gravedad de las cosas, en lugar de minimizar la situación con un «ya pasó».
Esas personas, las que van por la vida arruinando las vidas de niñas y niños, no deberían tener derecho a una vida normal, impune, tranquila. Uno ya no puede ir, a estas alturas, a presentar una denuncia y pedir que se haga justicia cuando no se tienen pruebas, cuando no tienes más que tu palabra. Pero por lo menos la gente a su alrededor debería saberlo para tomar sus precauciones y permanecer fuera de su alcance.
Y aquí es donde entra lo más loco de todo esto: la familia (que al menos en mi caso es también mi familia) los cobija, los protege, se hace de la vista gorda. «A mí no me pasó, ni a mis hijas, así que yo no voy a meterme en eso», «A mí siempre me trató super bien, así que yo no tengo problemas con él».
¿Por qué las familias hacen eso? En serio necesito que alguien me explique. Si me está leyendo alguien que tenga experiencia o estudios en el tema, me encantaría que me dijeran por qué ocurre esto.
Es que esto no puede seguir pasando. Las familias deben dejar de cobijar y proteger abusadores sexuales, violentadores, criminales de cualquier índole. Deben proteger a sus niñas y niños ¿Qué parte es tan difícil de entender? ¿Por qué nos estamos quedando callados? ¿Por qué estamos permitiendo que esto se repita otra y otra y otra vez?
Si eres madre o padre te pido tan solo DOS COSAS:
- Creele siempre a tu hija o hijo.
- NO LE DIGAS QUE SE LO CALLE.
Basta de normalizar el silencio y avergonzar a la víctima, que no sólo no hizo nada malo, además ha sufrido algo tremendo y necesita procesarlo y tienes que ayudarle, no cerrar los ojos, no pedirle — como ya le pidió antes su abusador — que se calle y que no se lo cuente a nadie. Por favor no lo hagas. Tú eres su mundo, su universo, su seguridad y protección. No le falles.
Foto de Kat Jayne de Pexels