Por Alma Vidrio
“Te vi y lo supe, fue simple poder de la atracción
Fue saber que lo divino venía de obsequio
No sé que bien hice pero ahí estabas, mirándome
Y yo que tanto esperé, ahí estabas…
No hay forma de entender lo bueno que has hecho en mi corazón
La esperanza que pones a mis días
Y la mejor persona que me haces ser.
Estoy plenamente segura que en este proceso te di a luz
Y dolió de michas maneras…
Pero naciste de dos lugares mejores que el natural,
Naciste en mi mente y en mi corazón”.
Amalia Sánchez
La Real Academia de la Lengua Española establece que la primera definición de la palabra ADOPTAR es “Tomar legalmente en condición de hijo al que no lo es biológicamente”.
La ADOPCIÓN en México es un TABÚ porque sigue habiendo muchos prejuicios: no se considera como manera de formar una familia sino como un “acto de caridad” hacia infantes que no viven con sus padres biológicos por la razón que sea. La mayoría de mujeres, hombres o parejas que adoptan lo hacen principalmente porque, después de varios intentos y usando innumerables métodos, no han logrado concebir y, en los menos de los casos, desean adoptar sólo por el deseo de tener hijos.
Para el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), la ADOPCIÓN es:
“El medio por el cual aquellos menores que por diversas causas ha terminado el vínculo con su familia biológica, tienen la oportunidad de integrarse a un ambiente armónico, protegidos por el cariño de una familia que propicie su desarrollo integral y estabilidad material y emocional, que los dote de una infancia feliz y los prepare para la vida adulta”.
“Una figura jurídica mediante la cual se termina el vínculo de un menor con su familia biológica para ser trasladado a la familia adoptiva que vele por su bienestar” y así buscar siempre el “interés superior del menor”.
En el discurso, estas definiciones se oyen muy bien…, pero NO se escuchan porque la realidad es que en México la ADOPCIÓN es un proceso largo, complicado, burocrático y casi una misión imposible porque pueden pasar varios años antes de concluirse. A pesar de que datos de 2018 estiman que nuestro país tiene el segundo lugar en América Latina en cantidad de niños huérfanos, el número de adopciones es muy bajo, y no se sabe a ciencia cierta el número de niñas y niños que viven en las casas hogar del sistema público.
Entre los requisitos para ADOPTAR están los siguientes:
Los cónyuges deben tener al menos 2 años de casados, y los concubinos 2 años de convivencia ininterrumpida.
Personas físicas solteras deben ser mayores de 25 años.
Los solicitantes deberán acreditar el 100% de asistencias del “Curso de Inducción a Personas Solicitantes de Adopción” y obtener la constancia correspondiente.
Contactar a la Dirección de Adopciones para una entrevista para detectar aspectos personales que deban fortalecerse y/o mejorarse antes de iniciar el trámite de adopción.
Entregar en un plazo no mayor a 60 días, documentos de identidad, comprobantes de domicilio, certificados médicos, fotografías de donde viven los solicitantes, etc.
Apenas en 2014 se creó la Ley General de los Niños, Niñas y Adolescentes con la finalidad de hacer un registro de todos los centros de asistencia, casas-hogar y asociaciones civiles como VIFAC (Vida y Familia, A.C.), el número de infantes y adolescentes que están bajo su cuidado, y el número de adopciones que se han realizado pero, todavía en 2022, la información recabada está incompleta y es contradictoria.
En 2015, el INEGI hizo un censo que contó que más de 33 mil niñas y niños vivían en instituciones especializadas para menores de edad y en lugares que no son una casa familiar.
La información que proporciona el actual gobierno es aún más OPACA: Oliver Castañeda Correa, titular de la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, indicó en 2021 que el Registro Nacional de Centros de Asistencia tenía constancia de que 17 mil infantes vivían en 750 instituciones distribuidas en todo el país; no obstante, cuando se buscó la misma información en línea, sólo se encontraron… ¡152 centros! Y acerca del número de adopciones se tiene el registro de un total de 67 en 23 estados. De 2016 a 2021, sólo hubo 625 adopciones que se realizaron a través del DIF y de asociaciones civiles autorizadas.
Aunque se logre completar el proceso de ADOPCIÓN LEGAL, NO hay personal suficiente ni calificado para dar seguimiento al crecimiento y desarrollo de los infantes y adolescentes adoptados, así que muy rara vez se sabe si están en un buen hogar y se han integrado a la familia, si llegaron a un hogar disfuncional o si, de plano, están siendo explotados. La carencia y deficiencia de información propicia que haya corrupción y que del proceso de adopción se convierta en un NEGOCIO ILEGAL.
La dificultad y la tramitología involucradas han provocado que la ADOPCIÓN ILEGAL sea cada vez más frecuente, y se le considera una modalidad del DELITO DE TRATA DE PERSONAS porque no cumple con los trámites y protocolos que exige el DIF Nacional porque, para poder llevarla a cabo, se usan documentos falsos, se alteran y/o usurpan identidades; hay sustracción (robo) de infantes y adolescentes, sobornos y, como la base de datos de niñas, niños, casas-hogar y centros de cuidado es contradictoria también hay corrupción de autoridades. Esta forma de adopción casi siempre acaba mal para los infantes porque la mayoría de las veces se les EXPLOTA de diversas maneras: trabajo forzado, sexual, mendicidad, servidumbre, etc. (Ley General contra Trata de Personas).
Así como en los gobiernos anteriores, el gobierno actual no tiene intención alguna de crear una base de datos confiable porque no hay ningún reglamento que obligue que los DIFs de municipios y de los estados compartan información entre sí, y tampoco que la proporcionen al DIF nacional.
De por sí las adopciones que se logran concluir son muy pocas, varios de estos procesos han sido irregulares y, lo peor, es que han participado funcionarios públicos.
En este sentido, durante el sexenio de 2009 a 2015 en Sonora, la Procuraduría del estado y la Federal de la República dieron a conocer que dentro del gobierno estatal existía una red de traficantes de bebés recién nacidos, la cual le robaba a sus hijos a las madres que vieran en situación vulnerable, y les decían que habían nacido muertos.
Los bebés se vendían en 150 mil pesos a parejas que ya los habían pagado. En ese grupo criminal participaban trabajadores de hospitales públicos, incluyendo médicos, y de la oficina del entonces gobernador Guillermo Padrés.
En 2017, la CNDH informó que fueron 22 bebés los que se robaron en ese período y ALERTÓ que, por alguna razón, el DIF de Sonora no dio a conocer donde están 682 menores que estuvieron bajo su resguardo en algún momento de ese sexenio. Por
increíble que parezca, NO SE SANCIONÓ A NINGÚN FUNCIONARIO.
Por otra parte, Yucatán se ha convertido en uno de los estados del país donde se dan más ADOPCIONES ILEGALES. El periódico Sol Yucatán ha investigado sobre la red de tráfico de infantes que existe en el estado, la cual inició con el gobierno de Ivonne Ortega, siguió con el de Rolando Zapata y, ahora, Mauricio no encuentra la manera de acabar con ella porque están involucrados políticos “importantes”, empresarios y gente rica del estado.
Personal de puestos altos de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (PROMEDEFA) de Yucatán, manipula los casos de varios infantes que llegan a la dependencia y falsifican informes de los trabajadores sociales y psicólogos que los
atienden para que el juez que corresponda ceda la patria potestad a los nuevos padres.
A los padres biológicos, que casi siempre son familias mayas de pocos recursos, se les ponen infinidad de restricciones para que no puedan apelar y exigir el regreso de sus hijas y/o hijos, que son enviados a diversos estados del país, pero también al
extranjero.
Los infantes y adolescentes que viven en casas-hogar y centros de atención NO están ahí por gusto. La gran mayoría, si no es que todos, han sido víctimas de abusos y violencia dentro de sus familias; han logrado sobrevivir a situaciones adversas,
peligrosas y de mucho riesgo y, por ello, requieren apoyo psicológico y, a veces, psiquiátrico, pero sobre todo PACIENCIA, ACEPTACIÓN, ENTENDIMIENTO, UNIÓN y AMOR, MUCHO AMOR SINCERO. Quienes decidan iniciar el proceso un proceso de adopción deben estar conscientes de que la integración de ellos y su nuevo hijo tal vez no sea fácil, pero que puede llegar a ser una gran familia.
Como sociedad debemos EXIGIR a nuestros legisladores que se corrijan las lagunas legales que existen en la actualidad; que se reestructure el DIF a nivel nacional para que se incorpore a las instancias de estados y municipios y estén obligados a
proporcionar y actualizar su información con frecuencia; que se contrate personal calificado que supervise el bienestar emocional y físico de las niñas, niños y adolescentes que sean adoptados; pero sobre todo, que se revise y agilice el proceso
de adopción para evitar, y acabar con el tráfico de infantes.
Fuentes:
“Adopciones”, Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, 17 de enero, 2020
“Adopción en México: abandono y negligencia” por Itxaro Arteta para contralacorrupcion.mx/podcast, enero 2020
“Adopción de menores ilegal y trata de personas en México; los desafíos de la ley” por José Luis Ayoub para El Heraldo de México, 13 de marzo, 2021
“La adopción en México; un tema que necesita más atención” por Monste Wimber para ProyectoDiez.Mx , 15 de junio, 2022
“El difícil camino de la adopción en México” por Mariana Rodríguez Cantú para The Washington Post, 9 de febrero, 2022
“¡Fuera de control tráfico de niños!, Redacción de Sol Yucatán, 26 de abril, 2021
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