Por Alix Trimmer
Hace dos meses publiqué un artículo titulado “110 años de machismo” narrando la discriminación que viví durante el proceso de oposición y entrevista para obtener la cátedra de derecho laboral en mi alma máter, la Escuela Libre de Derecho. El artículo causó revuelo porque, a pesar de la violencia y machismo sistemático que hemos vivido numerosas personas de la comunidad de la Libre, no es común que se levante la voz, que se visibilice la violencia y que se pretenda cambiar las cosas.
A dos meses de los hechos, me siento profundamente triste por la lejanía que tengo hoy de mi escuela, mas no así de mi comunidad ya que como resultado de mi pronunciamiento recibí innumerables muestras de apoyo, afecto, respeto y respaldo, personas de todas las edades, dentro y fuera de la comunidad de la Libre, parte y no de la comunidad LGBTTTIQ+, feministas y más. El apoyo fue visible incluso en la “Comida Anual” de la Libre, donde diversxs egresadxs mostraban un listón morado, color feminista, en señal de apoyo. A todas esas personas GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.
Como lo manifesté a lo largo de este proceso, el artículo fue publicado para dar a conocer la historia a las personas que quisieran escucharla, sin embargo, presenté también una queja ante la Unidad de Atención de Quejas por posibles conductas contra la dignidad de las personas, discriminación del alumnado y violencia hacia las mujeres (UAQ), por ser el medio institucional correspondiente para atender estas situaciones al interior de la Libre.
La queja fue resuelta mediante recomendación de fecha 29 de agosto de 2022, la cual me fue comunicada el 2 de septiembre y notificada formalmente el 6 de septiembre del mismo año. En los puntos resolutivos de la recomendación, cuyo texto está publicado en mis redes sociales, se determinó que, en tres de los cuatro puntos denunciados, efectivamente había existido discriminación en mi contra, discriminación que se generó debido a mi orientación sexual, mi posición feminista y mis decisiones de asociación profesional.
Como resultado de la queja, se recomendó a la Escuela Libre de Derecho que (i) se grabaran, de aquí en adelante, los exámenes de oposición en audio y video, (ii) que se modifiquen los lineamientos para la selección y nombramientos de profesores para evitar subjetividades, (iii) que se pusiera a consideración de la junta directiva la existencia de factores invalidantes dentro de mi entrevista de oposición (vale la pena mencionar que la Junta ya determinó que la discriminación no fue invalida el proceso de designación), (iv) que las personas involucradas en el sínodo de la entrevista tomaran el curso de “Prevención de posibles conductas contra la dignidad de las personas, no discriminación y violencia hacia las mujeres en la Escuela Libre de Derecho” de The Boston Center, (iv) que se instruyera a dichas cuatro personas para que firmaran su carta compromiso de adhesión al protocolo de atención de quejas por posibles conductas contra la dignidad de las personas, discriminación y violencia hacia las mujeres, carta que deberá ser anexada a sus expedientes, y (v) que se previniera a todas las autoridades de la escuela para que no se me excluyera de las actividades de la comunidad escolar; recomendaciones todas que fueron asumidas por el rector y, por lo tanto, se convirtieron en determinaciones formales.
La resolución confirmó precisamente lo que he manifestado y defendido desde el 5 de mayo de 2022, fecha de mi entrevista, se me trató de forma indigna, discriminatoria, violenta. Tales tratos y el resultado de la oposición me orillaron a la determinación que hice pública mediante mi artículo, renunciar a mi posición de profesora adjunta y declinar la imposición-invitación- que me nombraba como adjunta en diversa cátedra.
Hoy, la Libre vive un momento de cambio, concretamente se avecina la elección de la persona que continuará dirigiendo a la escuela desde la rectoría. En tal contexto resulta muy necesario decir que una de las cuatro personas que integraron el sínodo de mi oposición será parte de tal proceso, postulándose a la rectoría.
La congruencia es un valor relevantísimo, especialmente en un contexto formativo; por ello, debo reconocer que tres de las cuatro personas que integraron el sínodo cumplieron las recomendaciones emitidas, lo que espero redunde en un fenómeno de deconstrucción y congruencia que favorezca a lxs estudiantes de la Libre, sin embargo, una persona que deliberadamente no cumplió con las recomendaciones, por considerarlas injustas, ha pronunciado públicamente, que busca la rectoría de la escuela desde “la ética, la congruencia, los valores”.
En un mundo cis-hetero-patriarcal siempre será valorado alguien que rompa con esa regla, sin embargo, hacerlo desde la honestidad, empatizando con la causa más allá de la campaña, siempre será mejor.
Deseo a la Libre y a nuestra comunidad, que tome sabias decisiones ante los cambios que se avecinan, buscando siempre el mayor beneficio para las, los y les estudiantes, ya que son el principal motor de una institución educativa.
Especialmente deseo a la Libre que sea dirigida por personas que representen los valores que la caracterizan, ya que el orden y disciplina de la Libre también están confiando al honor de sus dirigentes.