Hace aproximadamente dos años por casualidad o por ociosidad me apareció en Instagram una chavita de Monterrey que aparentemente era “influencer”, su contenido me pareció interesante y supongo que para las chavitas de su edad, un tanto “aspiracional”, casi al mismo tiempo seguí gracias a ella al que en ese momento era su novio Samuel García, actual gobernador de Nuevo León y que en ese momento tenía el puesto de senador de la república.
Pues bien Mariana a su corta edad 23 años (si mal no recuerdo) me pareció una chavita súper madura y mejor aún emprendedora, con varios negocios por emprender el cual uno ya vio la luz que es una marca de cosméticos, pero además de lo más relevante y aplaudible (a mi parecer) es que es amante de los animales, en especial de los caninos y cada que teníaoportunidad los rescataba e incluso a varios los adoptó pese que ya tenía más de 3 viviendo con ella en casa de sus papás; eso para mí es una “influencer”, alguien que influye de manera positiva en la vida de los demás.
Como es bien sabido ella influyó en gran parte en la campaña a gobernador de su hoy esposo SG, por su carisma, autenticidad, y ahora sí como dicen: “sin miedo al éxito”.
Las preguntas aquí son: ¿por qué le tiran tanto hate? ¿por qué ensañarse tanto con ella? Pero lo que más me horroriza es cuanta mujer la agrede en redes sociales. ¿Estamos bajo esta división de que los ricos son malos? ¿Ella tiene la culpa de haber nacido en una familia de privilegios?
¿Por qué no enfocarse en todo lo bueno que hace?
Ahora bien, viene una pregunta para ti lectora que critica, señala, juzga y agredes: ¿qué haces tú por el bien de los demás? ¿Sólo eres sororamente hipócrita el 8 de marzo?
¿Cuándo demonios va a ser el día que dejemos de agredirnos entre mujeres? La lucha contra la desigualdad no es fácil, pero tú, mujer agresora, lo haces más difícil.
Mientras tú señalas con un dedo, cuatro te señalan a ti…
Te lo dejo de tarea.
