Por Gabriela Cruz Rodríguez
Cuando hablamos de «purple Washing» o púrpura lavado, o lavado feminista, no podemos olvidar mencionar ni por un minuto a la escritora y activista española Brigitte Vasallo, a quien se le atribuye haber acuñado el concepto y ella lo define como:
«El proceso de instrumentalización de las luchas feministas con la finalidad de legitimar políticas de exclusión contra poblaciones minorizadas, habitualmente de corte racista. La paradoja es que estas poblaciones minorizadas también incluyen mujeres».
El #PurpleWashing representa una enorme amenaza para la lucha por la igualdad sustantiva, ya que da un falso discurso de reconocimiento, alianza y solidaridad para con la lucha feminista y la búsqueda en la erradicación de la violencia contra las mujeres; sin embargo los números no mienten, a lo largo de los años hemos pasado de 4,7 hasta 11 feminicidios al día, la Violencia se recrudece y las estrategias sustantivas para frenarlos parecen no existir.
Cuantas de nosotras no vemos instituciones llenarse de luces moradas en el mes de Marzo, para enaltecer la lucha contra la violencia de género, pero en realidad, ¿a quienes ha salvado esas luces moradas? A nadie.
Las empresas se han apropiada del discurso feminista y han llevado a cabo campañas publicitarias que utilizan temas e imágenes feministas para vender productos. Aunque algunas de estas campañas pueden tener buenas intenciones, la gran mayoría se ha considerado como superficiales y sin un análisis real del problema.
Es decir que, a través de discursos, campañas publicitarias, cine, series, música y demás instrumentos, se puede hacer un lavado púrpura, donde se pierda de vista el enfoque principal.
Chimamanda Ngozi escritora y feminista nigeriana escribió que “todos deberíamos ser feministas”, pero estoy segura que no se refería a que el utilitarismo del feminismo ni de sus causas e ideales.
El purple washing es un peligro latente ya que quienes lo utilizan no tienen consciencia de clase, género o raza , su discurso es banal y somero, lejano a propiciar un cambio social.
El feminismo sin duda es una forma de vivir y de existir no de simular.
Imagen: composición creada por LCR
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