Por Angélica de la Peña
Atrocidad según la Real Academia Española significa una gran crueldad o barbarie extrema. Para la Organización Causa en Común la definición de atrocidades es el uso intencional de la fuerza física para causar la muerte de un alto número de personas provocando terror.
El Informe del Horror de la autoría de esta organización que dirige María Elena Morera, señala que se registraron 12 atrocidades al día con 24 víctimas aproximadamente, en 2024. En la realidad se han normalizado las masacres, en el año pasado murieron decenas de personas en 442 masacres, y pasamos de un hecho a otro sin que haya alguna consecuencia que denote justicia y mucho menos la no repetición. Sinaloa, Guanajuato, Chihuahua, Guerrero y Jalisco con peores cifras. La delincuencia organizada hace de las suyas en todo el país.
México no está en medio de un conflicto bélico; tampoco está en guerra contra otro país. Desde la conclusión de la Revolución de 1910 se lograron acuerdos políticos que llevaron a la paz y a una tranquilidad política teniendo como base la Constitución Política de 1917. Nos guste o no, el resultado de cada proceso electoral, ha sido aceptado por los partidos contendientes con cierta estabilidad para continuar en paz. Por eso es inaceptable que suframos situaciones propias de un país en guerra. Así lo denota el alto número de periodistas asesinados o desaparecidos en el ejercicio de su trabajo; el aumento del feminicidio o los homicidios dolosos contra víctimas de hechos delictivos.
Y no puede dejarse pasar los comentarios irresponsables del gobernador de Sonora Alfonso Durazo quien afirmó que más del 97.2% de las víctimas se “esmeraron” en el transcurso de sus vidas para crear un entorno de riesgo al vincularse en actividades delictivas. Si la principal autoridad de un estado piensa así, entonces comprenderemos la falta de interés para esclarecer un hecho delictivo, las víctimas se lo merecían, parece concluir quien fue el primer Secretario de Seguridad de López Obrador. Puede interpretarse que según este señor, las niñas y niños de la familia Lebaron de Sonora asesinados en 2019, también se lo merecían.
Cada año crecen las cifras de mujeres víctimas, en el 24, según el informe de Causa en Común, hubo 505 mujeres asesinadas con extrema crueldad, un promedio de 9.7 casos cada semana. Y nadie se escapa de estas atrocidades: al menos hubo 224 asesinatos de niñas y niños menores de edad.1,186 homicidios se perpetraron con tortura y daños crueles e inhumanos. 652 personas sufrieron mutilaciones, descuartización o destrucción de sus cadáveres.
Urge explicación de las autoridades de porqué estas atrocidades se han ido incrementando en los últimos sexenios y porqué no se han tomado medidas para detenerlas. En la vida común hay una competencia sobre quienes de los malosos son más sanguinarios. Y la autoridad de cualquier orden, ha evidenciado su incapacidad para detenerlas, con una continuación de la impunidad.
María Elena refiere que necesitamos ser más empáticos. Las organizaciones están solas en su exigencia a que la autoridad cumpla con su responsabilidad. Porque la impunidad de estos hechos solo se explica por la no aplicación de la ley por parte de quienes tienen obligación de aplicarla.
Las leyes contra la tortura, desaparición forzada o el código nacional de procedimientos penales y otras, son letra muerta. En realidad, no hay Estado de Derecho.
Imagen creada con IA por LCR