Contrastes, el equilibrio del mundo

por Vanina Hernández Villegas

Por Vanina Hernández Villegas

@VaniTodoenella

Mientras en Irak el gobierno insiste en aprobar una iniciativa que permitiría reducir la edad legal para casarse a los 9 años, en Colombia se celebra un avance significativo en la protección de la infancia al eliminar por completo la posibilidad del matrimonio infantil tras nueve intentos legislativos fallidos.

Irak: Un retroceso en los derechos de las niñas

En Irak, la coalición chiita de conservadores, que ahora cuenta con mayoría parlamentaria, ha vuelto a presentar una iniciativa que ya fue rechazada en 2014 y 2017. Este proyecto pretende legalizar el matrimonio infantil, justificándose en preceptos religiosos que, según argumentan, buscan proteger y reforzar los valores familiares. Sin embargo, las implicaciones de esta medida son alarmantes:

  • Legalización de matrimonios para niñas a partir de los 9 años.
  • Reforzamiento de lagunas legales que ya permiten a las niñas casarse desde los 15 años con el consentimiento paterno, como señala UNICEF.
  • Supresión de derechos fundamentales para las mujeres, como la custodia de los hijos, el derecho al divorcio y, en esencia, su autonomía.

Actualmente, un 28% de las mujeres iraquíes se han casado antes de los 18 años. Este tipo de legislación no solo privará a muchas niñas de una educación adecuada, sino que incrementará la desigualdad de género y expondrá a las menores a embarazos precoces, con todas las consecuencias negativas que estos acarrean para su salud y desarrollo integral.

Colombia: Un paso adelante hacia la equidad

En contraste, Colombia ha logrado eliminar una norma vigente desde 1887 que permitía el matrimonio infantil a partir de los 14 años con consentimiento de los padres. Este logro legislativo no solo prohíbe el matrimonio infantil de manera definitiva, sino que también permite a quienes fueron casados bajo este régimen solicitar la disolución de su matrimonio.

Con esta reforma, Colombia avanza hacia el cumplimiento del objetivo establecido para 2030 por Naciones Unidas: “Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado, y la mutilación genital femenina”.

Hasta hace poco, Colombia ocupaba el puesto número 20 en el mundo en términos de niñas casadas o unidas antes de los 15 años. Este cambio legislativo representa un hito crucial en la lucha por los derechos de la infancia y la igualdad de género, marcando un contraste notable con las medidas retrógradas que se debaten en Irak.

Estos casos reflejan dos realidades opuestas: mientras unos países refuerzan normas que perpetúan la desigualdad y la vulnerabilidad, otros avanzan hacia un futuro más justo y equitativo.

 

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