Reseña del libro «Secretos a voces» de Alice Munro

Dice Munro “las palabras más deseadas pueden cambiar. Algo puede ocurrirles, mientras se espera. Amor, necesidad, perdón. Amor, necesidad, para siempre

por Yuli Zuarth

Por Yuli Zuarth

Esta es la segunda obra que leo de Alice Munro, una escritora canadiense que en el año 2013, recibió un Nobel en Literatura por su maestría en el arte del relato.

Si les soy 100% sincera (como siempre en este blog), si tuviera que elegir solo uno para empezar a leerla, les recomendaría el primero: “La vida de las mujeres”, no es que este sea malo, pero la lectura también es una mezcla de gustos y preferencias personales y con el primero simplemente conecté más.

Creo que fue precisamente por su naturalidad, curiosidad y aventura de naciente escritora de ese primer libro, con eso conecté, pues “La vida de las mujeres” fue de sus primeros cuentos, publicado en 1971 y este, “Secreto a voces” lo escribió 23 años después, en 1994.

Les comparto que de ese primer libro “La vida de las mujeres”, ya tienen reseña, les comparto el enlace: https://yulizuarth.wixsite.com/yulizuarth/post/reseña-del-libro-la-vida-de-las-mujeres-de-alice-munro
Ahora pasemos a “Secretos a voces”, una serie de cuentos más sofisticados que, de alguna forma, se van uniendo y teniendo conexión ya sea entre sus personajes o entre algún suceso.
La temática de los cuentos son una mezcla de amores correspondidos y no correspondidos, amores tópicos y utópicos, historia, guerra, matrimonios, engaños, rutinas de vida, emprendimientos, sueños, planes, entre otros.
Pero también aborda temas como la religión, el peso de la soledad y la maternidad: “Tener hijos te cambia. Te pone en la situación de ser adulta, de cómo que ciertos elementos de la personalidad – antiguos elementos – pueden eliminarse y abandonarse”.
Les compartiré algunas realizations que tuve a partir de frases y conversaciones de Alice, por ejemplo: “dejamos un trocito de nuestras vidas en cada libro que leemos”, por eso literal cada libro es parte de mi historia y dejó siempre plasmado en él, mis anotaciones que son parte de mi pensamiento, emoción y esencia.

“El amor nunca muere”, coincido. De alguna forma siempre amamos a la familia, a las amigas, mascotas, a los libros y al café, ese amor nunca morirá y si hablamos de ese otro amor tan debatido, el amor de pareja, tampoco muere ni morirá, aunque la relación se terminé. Ese amor se transforma. Ese amor se convierte en agradecimiento por lo vivido y aprendido. Y ese amor no se va con la persona, se queda en ti. Y se queda de una forma más sana, más madura y más preparada para volver a amar. Así que sí, el amor nunca muere.

De hecho, todo esto conecta con la siguiente frase que me gustó “el amor se muere todo el tiempo, o por lo menos se va a otro sitio, se oculta”.
En uno de los cuentos “La virgen albanesa”, la autora explora las violencias que vivían muchas mujeres, por ejemplo, que literal las vendían para casarse, los vientres de alquiler y marcados roles de género, leer esto, me recordó a “El cuento de la criada” de Margaret Atwood y vean qué curioso, ambas son canadienses.
Otro cuento aborda el tema de quienes abren cafeterías o librerías, para Alice, estas personas ven a las tiendas como “el equivalente de una cabaña en el bosque, un refugio y una justificación”, me siento identificada je, je; porque para mí, los libros son mi refugio favorito y el café mi justificación para despertar a los regalos del mundo o para iniciar una plática profunda con alguien, entonces sí, si yo abriera una cafetería o una librería sería una de esas personas que Alice describe.
Y esto nos conecta con otra frase de este mismo cuento “¿No hay otras personas que abren una tienda con la esperanza de refugiarse en ella, entre las cosas que más valoran – los hilos o las tazas o los libros – y solo con la idea de reafirmarse, de acomodarse?”

Por otro lado, aborda la traición y engaño en el matrimonio, me gustó la forma en como describió a aquellos hombres que rompen el pacto de confianza “se pavoneaban todos satisfechos por haber conseguido fecundar a un ejemplar del sexo femenino más joven que sus propios hijos. Eran diabólicos e infantiles. ¿Qué se podía hacer con ellos sino dejarlos? Con orgullo, con dignidad, para auto protegerse.”

Qué bonito y directo, así se pone el punto final al engaño y traición, nos vamos con orgullo, con dignidad para auto protegernos, el dolor ya se sanará después…
En esta parte también habla de la intuición de las mujeres y como siempre conviene hacerle caso, pues está ahí para protegernos.
En otro cuento, habla de la fuerza de las palabras y como su significado sana o destruye, mata o revive, dependiendo de nuestro contexto y el momento que estemos viviendo, por ejemplo, amor, deseo, soledad, etcétera.
Dice Munro “las palabras más deseadas pueden cambiar. Algo puede ocurrirles, mientras se espera. Amor, necesidad, perdón. Amor, necesidad, para siempre. El sonido de esas palabras puede convertirse en un estruendo, un ruido de taladradoras en la calle. Y lo único que puede hacer es echar a correr, para no someterse a ellas por la fuerza de la costumbre”.
El cuento que más me impactó fue definitivamente “Estación del vía crucis”, que aborda la historia de como anteriormente, estaba normalizado “elegir” una esposa con el simple objetivo de que se ocupara de las tareas del hogar, al grado de poder escogerla, literal, entre un “catálogo” en un orfanato. Señala también, lo normalizada que estaba la violencia entre las parejas, al grado de pegarle una paliza a la mujer solo porque un día al hombre no le gustó el guiso, llevando a las mujeres a un grado de desconcierto, depresión y disociación enorme. Y cuando por fin se armaba de valor y huía, se enfrentaba a otras penurias, pero ya no esa. Ese infierno de vivir con un hombre violento, se había terminado.
En otro cuento, reflexiona lo que ya hemos explorado con Virginia Woolf y Marcela Lagarde, la importancia de que las mujeres tengamos ratos a solas, porque en esos momentos reflexionamos, nos encontramos con nosotras, con nuestros deseos, con lo que sí queremos, descansamos del mundo y de las exigencias externas. Aunque les amemos mucho, también merecemos descansar de todo, todas y todos un momento y simplemente estar.
Alice, lo expresa así “sintió deseos de chillarles a todos que se fueran de la casa. Tenía cosas sobre las que reflexionar, cosas que no podían quedar libres en su mente a causa de la presión de la gente. Eso le había producido un dolor de cabeza tan espantoso”.

Por eso hoy agradezco muchas cosas, la primera que haya tenido momentos a solas primero para leer este y todos los libros que me acompañan, tiempo a solas para escribirles esta reseña, por último, agradezco que tú te hayas tomado estos momentos para ti y para aprender y reflexionar conmigo.

Y sobre todo, agradezco tu apoyo, nos vemos en la próxima reseña.

Con amor, Yuli Zuarth.

Frases favoritas

  • ¿Crees que se burló de mí? ¿Crees que un hombre puede ser tan malvado?

  • Está todo nublado y mi corazón asustado.

  • Ojalá pudiéramos casarnos.

  • Creía en las decisiones rápidas, en la intervención imprevista, en el carácter único de su destino.

  • A ti no se te puede definir como guapa. Lo tuyo es fascinante.

  • El amarillo representa la curiosidad intelectual.

  • ¿Cómo podía explicarse que me gustara tanto?

  • Me daba la impresión de que me conformaba con hablar con la gente un día tras otro sin conocer su nombre.

  • Pero se refería a él y a mí. Aquel “vamos” se refería a él y a mí. Entonces se trataba de nuestra decisión, quizá de una vida en común.

  • Entonces ¿no sería mejor tener un destino al que someterse, algo que nos reclamase, cualquier cosa, en lugar de unas posibilidades tan tenues, unos días tan arbitrarios?

  • Nos alejamos, nos acercamos – lejanía, cercanía – una y otra vez.

  • No se doblegaba ante nadie. No había muchos hombres como él.

  • A veces, las chicas sienten una especie de inspiración, cuando quieren prolongar los riesgos. Quieren ser heroínas, a cualquier precio.

  • Un secreto a voces, algo que no te sobrecoge hasta que intentas contarlo.

  • Las mujeres casadas tienen anillos de compromiso y dolores de cabeza.

  • Tengo la impresión de que, en mis esfuerzos por conocerla, estoy dispuesto a hacer el ridículo. Qué novedad…

  • Intento saber dónde anda la gente, pero no me gusta meterme donde no me llaman

  • Ahora, tú sabrás si quieres seguirme.

  • El señor es estricto en su misericordia y hemos de aceptar sus golpes como signos de su amor y su generosidad, pues tales demostrarán ser con el tiempo.

  • Hablo muchas veces contigo en mi imaginación, pero no quiero escribirlo porque igual me espían.

  • Los sueños sirven para avisarnos de algo.

  • Toda mi vida he seguido esta norma: sacarles el mayor partido posible a las cosas incluso cuando no hay muchas posibilidades de ser feliz.

  • Empezó a llamar la atención desde el mismo momento de nacer.

  • Y la verdad era que a Rhea le latía el corazón más deprisa al verlo…

  • ¿No es estupendo? ¿O a veces te parece un poco raro que alguien sea tan estupendo todo el tiempo?

  • ¿Te has hecho una prueba de cordura últimamente?

  • Pero sus amores eran lo principal para ella, y sabía que cuando les restaba importancia no era sincera.

  • Pero seguía experimentando las primeras señales de un amor como el calor del sol sobre la piel, como la música a través de una puerta o, como decía a veces, el momento en el que un anuncio de televisión en blanco y negro estalla en colores. No pensaba que estuviera malgastando el tiempo. No pensaba que lo hubiera malgastado.

  • Pensaba, admitía que era vanidosa. Le gustaba que la halagaran, que le prestasen atención.

  • Lo que ella pensaba era que algunas mujeres, como ella misma, tienen que estar siempre a la búsqueda de un cierto tipo de locura que las frene. Porque ¿para qué vivir con un hombre si no es para vivir dentro de su locura? Un hombre puede tener una locura muy corriente, como adorar a un equipo de futbol. Pero eso quizá no sea suficiente, no lo suficientemente grande, y una locura que no es suficientemente grande solo contribuye a que una mujer se sienta desconcertada y amargada.

  • No había nada como aquello, nada como observar a un hombre haciendo un trabajo duro, cuando se olvida de ti y trabaja bien, limpia y rítmicamente: nada como eso para que se te caliente la sangre.

  • Bea le preguntó si había sentido algo importante aquel día, y él dijo que sí, que había comprendido que era una persona con la que podía vivir.

  • Parecía única y lo era.

  • Lo único que necesita es transformarse en una clase de mujer distinta, dura y rápida, objetiva, de las que dicen hasta aquí hemos llegado, fuerte intolerante. De eso nada. Se acabó.

Reseña también publicada en el Blog de Yuli Zuarth

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