Por Mag Mantilla
En abril de este 2024 cumplí nueve años de nombrarme feminista. Yo hace nueve años pensaba desde el sesgo academicista y patriarcal sobre que para aprender de feminismo bien, principalmente su historia y teoría, tenía que hacerlo en la academia. Hoy tengo la certeza de que ese pensamiento está muy alejado de la realidad. Conocer acerca del feminismo es revelador, y mucho mejor cuando lo sientes y encarnas a través de ti misma, por tu propio pensamiento en consonancia con la genealogía de las mujeres.
La teoría feminista brota de los grupos de toma de conciencia, espacios seguros formados por puras mujeres reunidas para compartir en confianza los malestares que causa la sociedad machista, pero también reconocer las dichas y practicas que nos llevan a vivir mejor una vez que se desmantela el machismo.
Es en estos grupos donde se dilucida que lo personal es político, es decir que en la experiencia de una se encuentra la otra, y la otra … y todas, revelando que lo que nos atraviesa es intrínseco al sistema social que se refleja en nuestras relaciones más íntimas con nosotras mismas, nuestro cuerpo, las personas y espacios de nuestros entornos.
Así, leer a las autoras te llena de lucidez y nuevas formas de habitar la munda y también de habitarte a ti a partir de tu grandiosidad, es decir, a partir de reconocer la grandeza de tu existencia y el placer de ser libremente mujer.
Y bueno, yo te quiero convidar algunos textos fundamentales para lograr esta toma de conciencia feminista, a partir de las autoras del pensamiento de las mujeres y la teoría feminista. Estoy segura de que cada texto te será revelador y sentipensarás que son palabras que habías sentido y tal vez hasta dicho con anterioridad, pero no tenias la lucidez aún. Estas autoras te darán esa luz para nombrar lo que antes para ti no tenía nombre, pero sentías en tu carne.
Un gran comienzo para tu apertura a la toma de conciencia feminista y adquirir una nueva concepción de la vida es con el ensayo de 1968: Lo personal es político, ensayo madre de la teoría feminista que revela el origen de la misma a partir de la terapia política. Asimismo, abre el debate sobre que el feminismo es para toda mujer, independientemente de si se asume feminista o no. El feminismo siempre estará ahí, para junto con ella increpar el patriarcado y reconocer su derecho a vivir una vida libre, plena y satisfactoria, libre de machismo.
Las autonomías (económica, emocional, corporal, cultural, social, sexual, etc.) en la vida de las mujeres son un núcleo fundamental de las inseparables teoría y práctica feministas, pues estas se imbrican con la vida abundante y la libertad de las mujeres que propone el feminismo. Así, decía Germaine Greer que: “Lo personal sigue siendo político. La feminista del nuevo milenio no puede dejar de ser consciente de que la opresión se ejerce en y a través de sus relaciones más íntimas, empezando por la más íntima de todas: la relación con el propio cuerpo«; justo reflexionar y ahondar sobre la relación con nuestro cuerpo y cómo ha sido atravesada y hasta expropiada por el patriarcado nos conecta al autoconocimiento del mismo, al grado de distinguir como es que el discurso dominante atraviesa hasta nuestra anatomía, muchas veces únicamente basando en mitologías patriarcales sobre por ejemplo nuestra sexualidad. Lo anterior se puede constatar en la obra de Anne Koedt, El mito del orgasmo vaginal, texto incisivo y puntual que a través de diez cuartillas demuestra que todo orgasmo femenino es clitórico o clitoridiano, como la autora lo describe. Koedt parte de la abundancia y potencia del cuerpo de las mujeres, que desafortunadamente ha sido interpretado a partir de la carencia sobre el mismo que construye la mirada masculina, al querer definirlo sin ni siquiera poseerlo, partiendo de la falta y el sesgo, al comprenderlo como un inverso, como lo mismo, pero inferior, lo otro, pero en chico. La autora increpa a Freud y desmantela la sexualidad patriarcal coital. I M P E R D I B L E, por toda la propuesta de la autora, cada punto que es tan ilustrativo y porque pone en el centro nuestra autonomía sexual y corporal.
Para culminar esta compartición de la genealogía de las epistemologías feministas madres, dejémonos llevar por la potencia de las palabras de la grandiosa Audre Lorde en su ensayo de 1979: Las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo. Aquí la poeta, madre, negra, feminista, guerrera y lesbiana (como solía presentarse) de forma mordaz, invita a problematizar sobre las relaciones entre mujeres y a pensar como es que el patriarcado se cuela en el movimientos de mujeres a partir de replicar sus mismos preceptos cuando nos relacionamos entre nosotras. También invita a avispar la mirada en torno a la institucionalización del movimiento y a la normalización del racismo y clasismo entre mujeres cuando nos organizamos. La autora tiene la certeza de la diferencia siempre como potencia y nunca como carencia, en ese sentido para ella será esencial pensar sobre las diferencias de raza, sexualidad, clase y edad, abonando a la perspectiva un enfoque rico y situado, que considera la autenticidad de cada persona y las diferentes presiones que le pueden rodear a cada quien en su trayecto vital, algo que años más tarde se entenderá como interseccionalidad gracias a Kimberlé Creshaw, pero que Audre Lorde con lucidez y fuera del academicismo y las Instituciones patriarcales, lo mostró a partir de la metáfora sobre la casa del amo. Texto fundamental para complejizar sobre la práctica feminista siempre desligada de toda lógica dominante.
La teoría praxis-feminista nos convida generosamente una nueva visión, actuar y entendimiento del mundo, despojadas de los preceptos sistémicos, lo cual nos dota de maneras que ponen en el centro nuestras vidas y germinan en un encuentro con nosotras mismas. Porque, como ha escrito Rupi Kaur: “Todo lo que necesito existe ya en mí” y esa es una revelación mientras más te sumerges a las teóricas feministas.