Reseña de «Orgullo y Prejuicio» de Jane Austen

Esta es la reseña que más les he prometido y la que más se ha tardado en llegar, tan parecido a Mr. Darcy que también se demoró en darse cuenta que aun con todos los prejuicios de su época encima, no pudo evitar enamorarse de Elizabeth

por Yuli Zuarth

Por Yuli Zuarth

Esta es la reseña que más les he prometido y la que más se ha tardado en llegar, tan parecido a Mr. Darcy que también se demoró en darse cuenta que aun con todos los prejuicios de su época encima, no pudo evitar enamorarse de Elizabeth.

Gracias por su paciencia por tanto espacio de ausencia en el blog queridas amigas y queridos amigos lectores, querida familia amante de las letras. La verdad, he tenido meses intensos con mi nuevo trabajo y mis nuevos proyectos en la CDMX, recién me mudé y me sigo acomodando, además mi familia estuvo aquí varios días y el poco tiempo que tenía libre, lo dedicaba completamente a ellas y ellos.

Pero ya estamos de regreso y con el combo completo: ya releí el libro y ya vi la película (está en Netflix).

Leí Orgullo y Prejuicio por primera vez en la prepa, siempre ha aparecido en esas listas de libros que “tienes que leer alguna vez en tu vida”, lo mismo Jane Austen, a menudo es mencionada como una de las autoras que tienes que conocer para comprender mucha de la literatura que escribimos las mujeres.

Ahora entiendo todo.

Jane Austen rompió con todas las reglas de su época, la primera: que las mujeres no creaban grandes obras que trascendieran la humanidad.

Lo hizo.

Hoy, 210 años después estoy aquí leyéndola y emocionándome con cada uno de sus diálogos.

Tienen que estar listas y conscientes de que verán muchas cosas anticuadas y conservadores que hoy te sacarán de onda: llamar “solterona” a una joven de 23 años que no se ha casado, que alguien diga que es preferible la muerte de una hija en lugar de que se haya “escapado” con su novio antes del casamiento, diversidad de matrimonios arreglados, o que las tierras solo pudieran heredarse a los hombres.

Por ende, si una mujer quería tener propiedades o asegurar su futuro, inevitablemente tenía que casarse. Por eso tanto peso al matrimonio en aquella época, lo cual, notarán a lo largo del relato.

Pero Jane Austen te lleva de la mano a todo un viaje de emociones, sensaciones, sorpresas y te mantiene con el alma en un hilo durante toda la historia.

Algo que amé: la complicidad y amor entre hermanas.

Otra cosa que me parecía fascinante es la forma en como se respetaban entre las parejas de enamorados, incluso ¡se hablaban de usted!, además daban demasiada importancia a las miradas, a las visitas, a los encuentros inesperados y a las cartas.

Algo clave, se van a quedar con unas enormes ganas de una segunda parte, porque justo los momentos más bonitos, suceden cuando las hojas están a punto de agotarse.

Por su parte, hablemos de la película, donde se encontrarán con el gran trabajo de la actriz Keira Knightley (a quien ya había visto en Begin Again, que también les recomiendo mucho).

Además, la obra cinematográfica adaptada de Orgullo y Prejuicio, les regalará una de las mejores escenas bajo la lluvia y durante el amanecer, cuando ninguno de los dos esperó más para de una vez por todas aceptar, dejar fluir y vivir su amor.

El nombre le queda como anillo al dedo, orgullosos fueron ambos, y de prejuicios estaba llena la época que les tocó vivir.

Pero el gran triunfo y lo poético del nombre es que ni el más grande orgullo ni todos los prejuicios pueden con un amor tan fuerte.

Un reencuentro hizo posible la unión y entonces…

Triunfó el amor.

Gracias por leer, por estar aquí y por emocionarse conmigo con las historias escritas. Les quiero mucho.

Con amor, Yuli Zuarth.

 

Frases favoritas

  • De la afición a bailar al enamoramiento, seguro no hay más que un paso

  • Cuando tenía un libro en la mano, se olvidaba del tiempo

  • Tienes una tendencia exagerada a simpatizar con la gente

  • Si digo una cosa, es porque la siento

  • Somos pocos los que tenemos suficiente valentía para enamorarnos del todo si la otra parte no nos anima

  • Cuando una mujer no lo oculta, el hombre que es objeto de sus preferencias, acaba por enterarse

  • La distancia no significa nada cuando hay una razón

  • Cuando estoy en el campo me quedaría en él para siempre; y lo mismo me ocurre cuando estoy en la capital. Una y otra tienen sus ventajas, y en los dos sitios se puede ser feliz

  • Yo tengo la convicción de que quien tiene facilidad para escribir cartas largas no puede escribir mal

  • Donde existe una verdadera superioridad de inteligencia, el orgullo está siempre bien regulado

  • Yo no soy una de esas jovenes que se atreven a arriesgar su dicha con la simple curiosidad de que se les declaren por segunda vez

  • De vez en cuando, el recelo de no ser amada, abatía sus esperanzas

  • Podré acordarme de él como el hombre más simpático que he conocido… haré todo lo posible porque se me pase

  • Todo ha sido imaginación o equivocación mía y nadie ha sufrido con ello sino yo

  • Soy tan rebelde que no puedo soportar la idea de que otros quieran asustarme. Cualquier intento de intimidación, no hace sino fortalecer mi valor

  • Nunca me he imaginado que mis dedos no sean capaces de hacer lo que haga la pianista mejor dotada

  • Le pareció una maldad de la suerte que él viniera justamente adonde solo ella venía

  • Ha sido en vano que yo luchase. Nada he conseguido con ello. Mis sentimientos pueden más que yo. Permitame que le diga cuánta es la admiración que me inspira y cuánto la amo.

  • Era halagador haber inspirado una pasión tan fuerte

  • No tengo el propósito al ponerme a escribir de molestarla a usted, ni de humillarme yo mismo insistiendo en unos sentimientos que deben ser olvidados lo antes posible, para la felicidad de los dos

  • Solo tengo que agregar una cosa: ¡Qué Dios la bendiga! – Fitzwilliam Darcy

  • Calculando probabilidades y adaptándose lo mejor que podía a un cambio tan brusco y tan trascendental

  • Consolándose del presente con el placer que da la anticipación del futuro, mientras llega la hora del nuevo desengaño

  • Es una suerte para mí, tener algo que desear

  • Siempre que la miraba a ella, se sonreía de ese modo

  • Se acordó del afecto que por ella sentía con un sentimiento de gratitud más profundo que el que había experimentado hasta entonces

  • Uno al menos de los dos, sabía lo que era amor

  • Tenía bastante que hacer con sus propios pensamientos

  • Hace ya muchos meses que la tengo por una de las más bellas mujeres que conozco

  • No se convenció de que hubiera podido amarlo hasta aquel momento, en que desaparecía toda posibilidad de amor entre ellos

  • No olvidó recomendarle que evitara los extremos, lo mismo en la confianza que en el temor

  • Que se conformen con gozar desde lejos nuestra desgracia

  • Había visto lo suficientemente claro en su propio corazón

  • Había llegado a la convicción de que hubiera podido ser feliz con él, precisamente cuando ya no era probable que llegasen a encontrarse más

  • Procuraré conformarme con mi ignorancia (mi ignorancia de no saber nada de ti)

  • Que se lleve las alabanzas quien las merece

  • Me ha parecido muy disimulado… apenas y pronunció tu nombre, pero el disimulo parece estar hoy de moda

  • El corazón le decía muy bajito a Elizabeth que era por ella por quien lo había hecho

  • Se sentía orgullosa de él

  • Veamos primeramente en qué actitud está dispuesto – pensaba – entonces será tiempo de ilusionarse

  • Con el único con quien deseaba hablar era con él, pero le faltaban los ánimos

  • Pero aquella aflicción, que no se podía pagar ni aun con muchos años de felicidad

  • Conozco mi propia fuerza y ya no sentiré ningún embarazo si vuelve otra vez

  • Si no se acerca a mí – pensaba -, dejaré para siempre de pensar en él

  • Sintió envidia de aquellas personas a las que él dirigía la palabra

  • ¿Cómo he podido ser yo tan necia que esperase que él me renovara su amor?

  • Es demasiada felicidad. ¡Quisiera que todo el mundo fuese tan dichoso como yo!

  • No ha existido jamás, otra mujer más feliz que yo

  • Ni he adquirido el hábito de aguantar fracasos

  • Él es un caballero, yo soy la hija de un caballero, hasta aquí vamos iguales

  • Estoy decidida unicamente a hacer lo que, según mi propio sentir, constituya mi felicidad

  • Daré de lado toda esperanza y ya no pensaré en la constancia de su amor. Si él se conforma con echarme de menos, sin hacer nada por obtener mi afecto y mi mano, yo acabaré pronto por olvidarme por completo de él

  • Jamás había tenido que recurrir a tanto disimulo para aparentar lo que no sentía. Tuvo que reír cuando lo que deseaba era llorar

  • Mis afectos y mis pensamientos no han experimentado variación alguna, pero será suficiente una sola palabra suya para que yo no vuelva a hablar jamás del asunto

  • Su familia ninguna deuda tiene contraída conmigo. Mucho es el respeto que me merece pero, si le he de ser sincero, creo que solo en usted pensaba

  • No se acuerde usted del pasado sino en lo que puede resultarle agradable

  • Me sería difícil decir cuanto tardaron en presentarse otros anhelos, pero me imagino que no tardaron arriba de media hora después de verla

  • El afecto que él le tenía seguía inquebrantable

  • De eso no tengo duda alguna. Es asunto arreglado entre nosotros que vamos a ser la pareja más feliz del mundo

  • Y cuando te diga como lo quiero, tendrás que reconocer que estoy muy enamorada

  • El enamoramiento me fue entrando tan poco a poco, que casi no sé como empezó…

  • Yo sé que no puedes ser feliz ni sentir respeto por ti misma si el hombre con quien te casas no merece verdaderamente tu aprecio, si no lo consideras como superior a ti. Tu inteligencia tan despierta haría peligroso un matrimonio en el que tú fueses superior a tu marido

  • Aquel amor no era obra de un día, sino que había resistido la prueba de muchos meses de incertidumbre

  • A su tiempo vendría la satisfacción que da la familiaridad y el sentirse a sus anchas

  • Y quiso que Darcy le contase cuando se había enamorado de ella. ¿De qué manera empezó? ¿Qué es lo primero que te impresionó?

  • No podría decirte en qué momento, qué lugar, qué mirada o qué palabras sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta, ya estaba metido hasta el cuello

  • Lo que yo verdaderamente quería era verte, y tal vez convencerme de que podría conseguir hacerme amar de ti

  • Soy la mujer más feliz del mundo. Otras muchas personas lo habrán dicho antes, pero no con tanto fundamento como yo

Reseña publicada en el: Blog de Yuri Zuarth

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