Por Maricela Gastelú Userralde.
Las mujeres políticas tenemos un piso disparejo y sin embargo, aquí estamos. Haciéndole frente al “¿quién va a cuidar a tus hijos?” Y al “¿a tu marido le gusta que andes en esto?”.
Participamos en política porque nuestras abuelas no pudieron, porque muchas no pudieron acudir a votar.
Participamos en política para que nuestras hijas, sobrinas y nietas puedan gobernar alcaldías, estados y países.
Tengo un sólo consejo para las lectoras de este artículo: tomen decisiones. Reflexionen, y luego tomen decisiones.
La primera decisión que una debe tomar, es el partido político en el cual militar (o formar su propio movimiento político) pero esa es la primera decisión clave.
Yo tomé la decisión de militar en el PRD de la Gustavo A. Madero en la Ciudad de México y compartir esta militancia con muchas mujeres maderenses y capitalinas.
Por eso te invito a que elijas libremente tu militancia política o partidista.
Si no te convence ningún partido, haz un movimiento. Milita desde el feminismo o desde cualquier causa noble y justa.
Pero te invito a que entres en la política, que la hagas tu amiga y tu aliada.
Te invito a que llames a más mujeres, a que convoques a tus mayores y a las más pequeñas.
La política es nuestra, siempre debió haber sido y a partir de ahora, siempre lo será.
Abogada, militante del PRD en la Gustavo A. Madero. Conferencista.