Mejor incendiar que callar

Mucho antes de que nuestra protagonista tuviera que enfrentar a Perseo y al espejo, ahí estuvo otro personaje masculino más, por cuya causa Medusa vive un proceso brutal de revictimización

por Paloma Cuevas R.

La cueva de Medusa | Por Paloma Cuevas R.

Queridas lectoras todas: Bienvenidas sean a La cueva de Medusa, mi jacalito en La Costilla Rota, con la emoción de haber sido invitada a participar y con el compromiso de hacerlo desde todos esos temas que nos atraviesan de modos tan diversos.

Pues bien, el título de este espacio se dio a partir haber leído en la infancia, uno de los mitos relacionados con Medusa, quien me ha fascinado desde siempre por la  contradicción de la que es parte, pues es descrita en varias ocasiones como seductora y hermosa, y en otras como una cosa horrorosa.

Retomando la etimología de Gorgona que significa terrible o pavorosa, eso de andar describiendo a las semidiosas de este modo me parece una cuestión tan “al contentillo”, y me hace dudar tremendamente de la justicia de sus palabras, además de que se parece muchísimo a las exigencias de la sociedad para las mujeres en general: ser hermosas, no licenciosas, porque entonces se convierten en horrorosas y se castigan con el desprecio y el alejamiento.

Mucho antes de que nuestra protagonista tuviera que enfrentar a Perseo y al espejo, ahí estuvo otro personaje masculino más, por cuya causa Medusa vive un proceso brutal de revictimización posterior al  trauma de una violación – el perpetrador es el infeliz de Poseidón – quien al verla la deseó para sí, la atacó y la violó. ¿Qué no han oído acaso esos dioses gandallas de la mitología griega hablar de seducción y erotismo?

Uno esperaría entonces que Poseidón enfrentaría un castigo ejemplar, pero no, ¿qué es eso de andar castigando a los Dioses? Aquí como en muchos otros lugares gana la red de compadrazgos, el silencio y la impunidad, además de la falta de sororidad de la Diosa Atenea – una de mis favoritas y que aquí falla innegablemente – pues al perder Medusa su castidad la considera sin valor, además de enfurecerse por ¡la profanación de su templo, – el edificio tiene más valor que una mujer – y no la de Medusa!

¿Acaso alguien se siente familiarizado con el escándalo que provoca la profanación de los monumentos frente a las deshonrosas cantidades de mujeres víctimas de maltrato, violaciones y feminicidios?

Es entonces que se da pie a la existencia de esta Gorgona transformada, una mujer terrible con serpientes en lugar de cabellos, condenándola además a convertir en piedra a cualquiera que la mirara directamente, y desterrándola a vivir en cuevas, cuando su hábitat natural había sido el océano. ¿Cómo evitar su resentimiento ante la falta de respuestas de sus dioses y un castigo inmerecido?

El hechizo que las mujeres y personajes femeninos que son parte de la mitología de diversas culturas, y que han modelado el inconsciente colectivo y muchos de los estereotipos de qué es ser mujer es inexplicable. ¿Hasta qué punto este adoctrinamiento por medio de historias nos llena de miedo y evita nuestra incorporación al mundo de lo público? ¿Cómo es que el hombre encargado de asesinar a Medusa es un héroe y el Dios violador no obtiene castigo alguno y ella tiene que cargar con la culpa, la estigmatización y el asesinato?

Lo único que viene a mi mente en este momento es una estrofa de la canción de Leiden, -socióloga y cantautora cubana – “Hasta salvarnos”:

“Vivo en el riesgo, no soy cobarde
Aunque me oculten, aunque me maten
Fuego en la boca, brillo en las manos
¡Quememos todo hasta salvarnos!”

El silencio no será jamás la respuesta ante el abuso, de esa complicidad estamos hartas.

Fuentes: https://www.worldhistory.org/Medusa/

Letra “Hasta salvarnos”: https://www.letssingit.com/es/leiden-proeza.-ximbo-letra-hasta-salvarnos-681mz4m

Imagen generada con IA por LCR

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