LaCostillaRota. 04 de septiembre de 2023.- La salud sexual es parte integral de la salud humana. No se trata sólo de la ausencia de enfermedad, sino más bien de una cuestión de bienestar holístico que le permite a una persona realizar su potencial y disfrutar la vida.
La Organización Mundial de la Salud define Salud Sexual como: un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. La salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud.1
La salud sexual tiene que ver con cuidarnos a nosotros mismos y a cada una de nosotras, y con celebrar las capacidades de nuestros cuerpos, incluida la capacidad de sentir y dar placer. Trata sobre relaciones construidas a partir de la confianza y el respeto mutuos, así como sobre la creación de un lugar de seguridad desde el cual podamos expresarnos, explorar el mundo y conectar con las demás personas.
La salud sexual es inseparable del pleno disfrute de los derechos humanos, y tiene como base el derecho de toda persona a la autonomía corporal.
En el centro mismo de la salud sexual se encuentra el consentimiento. Toda persona mayor de edad tiene derecho a decidir si quiere, cuándo quiere y con quién tener relaciones sexuales.
Esto forma parte del derecho de todas y todos a tomar sus propias decisiones sobre sus propias vidas y sus propios cuerpos, incluso si quieren tener hijos y cuándo. Esto significa que cada persona debe tener acceso a todo lo que necesita (incluidos los anticonceptivos y la gama completa de servicios e información de salud sexual y reproductiva) para hacer realidad estos derechos.
El empoderamiento personal y colectivo fortalece y sustenta la salud sexual. Somos más saludables cuando conocemos nuestros propios cuerpos, cuando aprendemos a cuidarnos y protegernos y cuando podemos acceder fácilmente a servicios y apoyo. Esos servicios y apoyo deben estar disponibles y ser accesibles y asequibles para todas las comunidades.
Con demasiada frecuencia se niega el derecho a la salud sexual, especialmente a las mujeres y niñas, a las personas LGBTQI+, a las personas con discapacidad y a quienes viven en la pobreza o pertenecen a comunidades que enfrentan discriminación.
La salud sexual y reproductiva (SSR) implica el derecho a decidir sobre la vida sexual y reproductiva, obtener información confiable y oportuna, y decidir sobre la utilización y el método preferido de anticoncepción. Independientemente de su orientación sexual, todas las personas junto con sus parejas deben tener acceso a servicios de salud que les permitan recibir consejería y atención que les garantice una vida sexual plena y saludable, un control prenatal adecuado y un parto y posparto sin riesgos a fin de que todas las parejas tengan mayores posibilidades de tener hijos e hijas saludables. 2
Se niega el derecho a la salud sexual cuando las relaciones sexuales están envueltas en velos de vergüenza e ignorancia, o cuando se ven mediadas por la coacción, el abuso o la explotación. Se niega también cuando las personas enfrentan el estigma, la discriminación y la violencia, y cuando la atención de la salud sexual y reproductiva está fuera de alcance, como durante las crisis humanitarias o como resultado de la pobreza y las injusticias sistémicas enraizadas en el sexismo, el racismo, la discriminación contra personas discapacitadas y la homofobia.
En México, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, una proporción importante de adolescentes no ha escuchado hablar de anticonceptivos, no conoce el uso correcto del condón y no utilizó método anticonceptivo en la primera y última relación sexual, particularmente en mujeres. El condón fue el anticonceptivo más usado, principalmente en hombres. En el caso de la población adulta, un porcentaje considerable no utilizó método anticonceptivo en la primera y última relación sexual, particularmente las mujeres en la primera. También se observó un incremento en el uso de métodos anticonceptivos en la última relación sexual respecto a la primera, donde el condón fue el más usado y reportado por hombres.Es importante garantizar que la población cuente con la información necesaria, basada en evidencia, que le permita tomar mejores decisiones acerca de su sexualidad y reproducción a lo largo de su vida y, desde edades tempranas, acceder a una educación integral en sexualidad donde se aborden las diferentes dimensiones del ser humano, construcción social, creencias, prácticas, comportamientos e identidades y aspectos de género, derechos humanos, interculturalidad, reconocimiento y autonomía de las personas.3Cuando se imparte correctamente y se combina con el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva necesarios, la educación en salud capacita a los jóvenes para que tomen decisiones informadas sobre las relaciones y la sexualidad y para desenvolverse en un mundo en el que la violencia de género, la desigualdad de género, los embarazos precoces y no deseados, el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual siguen suponiendo graves riesgos para su salud y bienestar. También ayuda a proteger a los niños contra los abusos, enseñándoles a conocer su cuerpo y a cambiar las prácticas que llevan a las niñas a quedar embarazadas antes de estar preparadas para convertirse en madres.Del mismo modo, la carencia de una educación sexual y relacional de calidad y adecuada a la edad puede aumentar la vulnerabilidad de los niños y jóvenes ante los comportamientos sexuales nocivos y la explotación sexual.4A continuación, se enlistan los derechos extraídos de la definición integrada de derechos sexuales y reproductivos:
- Derecho a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre nuestro cuerpo y nuestra sexualidad.
- Derecho a decidir de manera libre e informada sobre nuestra vida reproductiva.
- Derecho a contar con información y acceso a servicios de salud sexual.
- Derecho al acceso efectivo a una amplia gama de métodos anticonceptivos modernos.
- Derecho a la igualdad de participación entre mujeres y hombres en la práctica de la salud sexual y reproductiva.
- Derecho a los servicios de salud pre y post natales.5
En todo el mundo, el UNFPA promueve la salud sexual mediante el fomento del derecho de toda persona a la autonomía corporal y el apoyo al acceso a servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, sin discriminación. En tiempos de estabilidad y crisis, trabajamos para asegurar el acceso a los anticonceptivos, a la educación integral en sexualidad, a la salud materna y a los servicios para prevenir y responder a la violencia de género y a prácticas nocivas como la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil.
Fuentes
- Organización Mundial de la Salud, Salud sexual; Disponible en:
https://www.who.int/es/health-topics/sexual-health#tab=tab_2 - Instituto Nacional de Salud Pública, Salud Reproductiva; Disponible en:
https://www.insp.mx/lim-generales/bienvenida-salud-reproductiva - Instituto Nacional de Salud Pública, ENSANUT CONTINUA 2022; Disponible en:
https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanutcontinua2022/doctos/analiticos/12-Salud.sexual-ENSANUT2022-14795-72318-2-10-20230619.pdf - Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Educación integral en sexualidad: Para educandos sanos, informados y empoderados; Disponible en:
https://www.unesco.org/es/health-education/cse - Consejo Nacional de Población (CONAPO), Situación de los Derechos Sexuales y Reproductivos 2018; Disponible en:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/634858/Situacion_de_los_derechos_sexuales_y_reproductivos_2018_RM_030521.pdf - Fondo de Población de las Naciones Unidad (UFPA) https://www.unfpa.org/es/events/dia-mundial-de-la-salud-sexual
Con información de UFPA y Gobierno de México (Instituto Nacional de Salud Pública)
Foto de Foto de Kiattisak Lamchan