Por Angélica de la Peña
Los nuevos Libros de Texto Gratuito LTG que se entregarán a niñas, niños y adolescentes de las escuelas públicas, están inscritos en lo que denominan sus impulsores del lopezobradorismo como la Nueva Escuela Mexicana, y han sido tan cuestionados, que no se recuerda la reacción generalizada para detener su distribución.
Aguascalientes, Coahuila, Nuevo León, Jalisco, Yucatán y Guanajuato no repartirán estos libros, en particular Chihuahua ganó una controversia ante la SCJN para no distribuir estos libros que han recibido serios cuestionamientos por parte de especialistas, pedagogos, madres y padres, y organizaciones de todas las tendencias.
No solo se critican los errores ortográficos, cambio de fechas históricas o la confusión de las órbitas de los planetas del sistema solar. Se señala la alevosa ausencia de matemáticas, historia universal, literatura, ciencias sociales y la tergiversación de hechos históricos del México actual. Preocupan las distorsiones conceptuales para invisibilizar la individualidad de la personalidad de cada niña y cada niño que debería fomentarse para concretar su propio proyecto de vida y adquirir los conocimientos que necesitan para enfrentar los retos de la globalidad y de un planeta en franco deterioro.
Los derechos humanos se reconocen a cada niña y niño precisamente para que desarrollen su personalidad con libertad y sin discriminación de ningún tipo. Y para lograrlo, un elemento es fundamental: el pensamiento crítico y debidamente informado.
Quienes diseñaron estos libros piensan que lo más importante es la comunidad y los usos y costumbres consuetudinarios desde un adoctrinamiento y una cosmovisión empírica y mágica.
Pero esta concepción de los LTG comenzó a fraguarse desde que se derogó el Instituto Nacional de Evaluación de la Educación creado en 2013 como Organismo Constitucional Autónomo, cuyo objetivo era evaluar la calidad, el desempeño y también cómo se concretaban los resultados del sistema educativo en México para trascender hacia una educación pública de excelencia. Al desaparecer al INEE en 2019, se truncó el objeto inscrito en los principios de mejora educativa, mayor equidad, justicia educativa; el reconocimiento, evaluación y atención a la diversidad, pluralidad, fomento de información científica y el desarrollo humano integral de las niñas y niños; particularmente los más pobres, quienes no tienen otra alternativa para educarse sino no es desde la educación pública que debe ser proporcionada por el Estado.
La SEP ha sido omisa en no convocar al Acuerdo Educativo Nacional establecido en la ley general de educación, que le obliga a coordinarse con las autoridades educativas de los estados, con especialistas en cada materia, tomar en cuenta también la opinión de madres y padres. La omisión no es ingenua, se impone la visión personal del Presidente sobre la historia nacional.
Las niñas y los niños que van a la escuela pública tendrán una información tendenciosa y sufrirán un deterioro intelectual por el enfoque del presidente, que se ha empecinado en ordenar, bajo su concepción arcaica, archivar la educación científica, de calidad y fundada en la pedagogía.
Es inadmisible se hayan gastado 1,012 millones de pesos en libros que darán información sectaria a la niñez mexicana desde la escuela pública. Y todo por el rencor y megalomanía por parte de quien ganó en 2018. Esos LTG contravienen a la CPEUM. No se vale.
Defensora de derechos humanos
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