Palabra de Antígona | Por Sara Lovera
Separadas por los carriles centrales de Reforma están: una, la Antimonumenta llamada “Justicia” —silueta de una mujer con el puño izquierdo en alto—, situada en la renombrada “Glorieta de las Mujeres que Luchan”. Otra: la “Joven de Amajac”, escultura prehispánica que representa una mujer de élite, “posiblemente gobernante por su postura y atavíos”, de acuerdo con la investigadora María Eugenia Maldonado Vite, del Centro INAH Veracruz.
La Glorieta de las Mujeres que Luchan ha sido habitada por mujeres de todo el país, desde septiembre de 2021, como una forma de resistencia, ante las omisiones del gobierno en el cumplimiento de sus obligaciones constitucionales e internacionales para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, y como la representación de la falta de atención y diálogo con las mujeres no adocenadas al partido de Estado.
La joven de Amajac representa a las mujeres por el poder; muchas quienes repiten una consigna vacía: “Ahora las mujeres saben que pueden hacer lo que se les dé la gana”. Son las mismas en posiciones de toma de decisiones, impedidas para escuchar, dialogar y trascender la gravísima emergencia nacional que significa hoy la condición de millones de mexicanas.
Se trata de dos narrativas encontradas, opuestas, ahora representadas y físicamente juntas en lo que fue el monumento a Cristóbal Colón, identificado como invasor.
La joven de Amajac es vendida a la opinión pública como la reivindicación anticolonial de las comunidades indígenas, sometidas 300 años. Fue hallada en Álamo Temapache por habitantes de Veracruz, el 1 de enero de 2021.
Las antropólogas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explicaron que en la estructura social y política de la huasteca veracruzana hay indicios de que las mujeres podían acceder al gobierno cuando la sucesión masculina se veía imposibilitada por falta de descendencia. Este debió ser el caso en Tamazunchale, “Lugar de la mujer gobernante”, donde se halló la escultura.
Sin embargo, advierten que la investigación no está concluida, y todavía no es clara la evidencia científica de la posición de las mujeres en las culturas antiguas, como narra y analiza el documental La joven de Amajac, una mujer entre el naranjal, patrocinado por el INAH.
La réplica de la escultura veracruzana se colocó finalmente en Reforma, donde el jefe de gobierno Martí Batres Guadarrama dijo que las mujeres indígenas de la ciudad de México pidieron la representación anticolonial, aunque solo lo acompañaron unas cuantas. En la ceremonia, festiva “y se pudo”, decía el mandatario, se acompañó del cuestionado gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez. Los dos promotores de la antigua jefa de gobierno Claudia Sheinbaum Pardo.
Lo cierto es que en la elección de la joven Amajac no existió una consulta ni la presentación de la propuesta con mujeres indígenas ni de pueblos originarios. Fue una acción, además de unilateral, insuficiente frente a los grandes pendientes del gobierno hacia estas poblaciones. Además, como jefa de gobierno, Sheinbaum no logró dialogar con las colectivas feministas, quienes mantienen sus demandas como un acto de reparación y de dignificación. Piden mantener el Jardín “Somos Memoria”, el tendedero de denuncias y la cruz del Jardín “No Estamos Todas”. Este es el reto para la 4T. Veremos…
Periodista, directora del portal informativo http://www.semmexico.mx
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