Escuelas de tiempo completo, aspiración derogada

Se ha hecho viral en las redes sociales un video de un maestro rural de la zona indígena de Nayarit, que pregunta por su nombre a niños y niñas qué fue lo que almorzaron ese día; invariablemente, contestan tortilla con sal, queso o frijoles

por Angelica De la Pena

Por Angélica De la Peña

Se ha hecho viral en las redes sociales un video de un maestro rural de la zona indígena de Nayarit, que pregunta por su nombre a niños y niñas qué fue lo que almorzaron ese día; invariablemente, contestan tortilla con sal, queso o frijoles. El video muestra la fila formada de niños de un lado y del otro la fila de niñas, cuidando no se les vea su rostro. Les pregunta que almorzaban en la escuela antes con el programa de escuelas de tiempo completo y comienzan a manifestar que comían sopa, leche, atún, lentejas, sardina, arroz con leche. El video termina con el maestro dirigiéndose directo a la cámara para señalar lo que parece es sensato y obvio: que es muy importante que lleguen a la escuela bien alimentados, porque si no, no van a rendir en la escuela. Y contundente dice: las letras no entran cuando se tiene hambre.

Concluye su mensaje pidiendo que el gobierno debe traer, regresar de nuevo ese programa, donde también las y los maestros al estar más horas en las aulas, recibían un compensación. Ese video es una muestra de lo que pasó en esas zonas donde había escuelas inscritas en el Programa de Escuelas de Tiempo Completo conformado en el sexenio de Calderón e incrementado con Peña. Lograr que el Presupuesto de Egresos de la Federación etiquetase el programa de escuelas de tiempo completo no se dio de la noche a la mañana, las organizaciones sociales lo venían exigiendo, y se debió negociar con los sindicatos de maestros para alargar el tiempo de clases y compensar ese trabajo al magisterio, igual montar los comedores y cocinas; la modificación de los planes de estudios para que en las horas que estaban en las escuelas las niñas y los niños hicieran sus tareas y otras actividades culturales.

Al finalizar Peña, había 3.600.000 niñas y niños gozando este derecho; 27,000 escuelas. El 70 % de quienes se beneficiaban eran niños y niñas indígenas y de zona rurales, y el 55% la más pobre del país.

Qué razón esgrimió López Obrador para desaparecer todas las escuelas de tiempo completo? La misma cantaleta que ha usado para quitar todos los programas sociales: que había corrupción; un delito que amerita ser sancionado, pero es usado en la generalidad, sin pruebas, para justificar la derogación de programas que otorgaban derechos, como el PETC o el seguro popular, y que al suprimirlos termina afectando a millones de familias pobres. Y maliciosamente los sustituye regalando dinero en efectivo a quienes demuestran son ancianos, jóvenes que no trabajan ni estudian, o sufren alguna discapacidad, esos programas asistencialistas típicos del populismo cuyo padrón sin rigor, es usando de manera electorera.

Llama la atención que nadie en la SEP ni en los sindicatos, se ha conmovido por las consecuencias de suprimir este PETC, salvo este maestro nayarita.

Pero ya dejemos la queja y el enojo por todos los programas anulados en detrimento de las familias pobres; es necesario exigir que los derechos de las niñas y los niños sean el objeto de atención primordial en la agenda por parte de quienes pretenden competir el 2024. México no podrá avanzar hacia un desarrollo humano sostenible e integral si no atiende de manera preponderante al 37 % de la población menor de 18 años. Debemos transitar de la molestia y la evidencia de la hipocresía, al compromiso de cómo tenemos que restituir estos derechos desde el Interés Superior de la Niñez.

Defensora de derechos humanos

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