Por Josefina Meza Espinosa
Es muy importante colocar en el centro del debate público lo que ocurre en torno a las personas que defendemos la libertad, la salud, la educación, derechos sexuales y reproductivos, derechos políticos y electorales, etc., y comprender que, si las mujeres y la sociedad en su conjunto no podemos acceder y vivenciar esa libertad, salud y educación, vida libre de violencia, no puede existir la Igualdad, la Paz y la Justicia. Quienes dedicamos nuestras vidas 24/7/365 a la promoción, reconocimiento, respeto y exigencia de la garantía de los derechos humanos y denunciamos abusos y violaciones de DDHH que se realizan contra personas o comunidades para EVITAR QUE SIGAN OCURRIENDO, en muchas ocasiones exponemos nuestra integridad personal, nuestra propia vida.
Las defensoras no determinamos quien es responsable ni condenamos a nadie, pero investigamos, documentamos y denunciamos públicamente los abusos, y “ayudamos” a las víctimas a llevar sus casos ante los tribunales en busca de esa justicia que a veces es imposible alcanzar. Hemos conquistado muchos derechos gracias a las luchas de las defensoras/es de DDHH. El trabajo que realizamos es muy importante para la sociedad y no es necesario contar con estudios específicos, pero nuestras acciones siempre deben ser pacíficas, honorables y sumamente responsables. Sin embargo, es necesario colocar en el debate público una problemática que está ocurriendo y que debe ser señalada, denunciada, reconocida para lograr erradicarla. El abuso de algunas personas que se ostentan como “Defensoras de DDHH”. Porque no se le puede llamar “Defensoras de Derechos Humanos”, aunque así se autonombren, a quienes son capaces de despojar a personas vulnerables y desvalidas de defensa, de su patrimonio.
Desde 2015, en el comunicado de prensa CGCP/038/15 emitido por “La Comisión Nacional de Derechos Humanos” se alertó a las autoridades y a la población en general “a no dejarse sorprender por personas que mediante el uso de credenciales falsas se hacen pasar como inspectores de este organismo nacional para lucrar y obtener recursos en forma ilícita, mediante tráfico de influencias”
En el mismo documento, se hace alusión a que existen denuncias penales, con el fin de que la autoridad investigue y detenga a quienes se atreven a “escudarse” detrás de tan noble actividad, misma que realizan desde hace mucho tiempo realizan con honor personas activistas que incluso han perdido la vida al exponerse y dar la batalla ante autoridades corruptas y ante un sistema político que aunque oxidado, sigue funcionando a la perfección y da resultados positivos a quienes se enquistan en espacios de poder, sólo por tener poder. Aquí quiero dejar en claro que no por unas “pocas” personas que se pasan de listas, que logran “vivir” abusando de otras, vamos a pagar, quienes dedicamos nuestra vida, a quienes respiramos para aportar acciones que puedan eventualmente, cambiar este sistema patriarcal abusivo y nefasto.
Se sabe que mediante el uso de credenciales apócrifas de funcionarios de la CNDH y otras agrupaciones que si bien logran alguna acreditación de alguna OSC, también es cierto que se presta para que se cometan excesos, ya que se “denominan” y se nombran como “Defensoras de Derechos Humanos”, sin una sensibilización e información previa, sin un código de ética y de pronto, personas sin escrúpulos, traen “charolas” con las que se escudan para cometer excesos y aprovecharse de las necesidades de hombres y mujeres que creen al acercarse a estas personas, van a resolver sus problemas.
Y es que ser “Defensora de Derechos Humanos” de pronto se puso de moda. No quiero, no pretendo bajo ninguna circunstancia, colocarme en ninguna posición superior o ser yo la que apruebe o desapruebe quien sí y quien no “es o debe ser DEFENSOR O DEFENSORA DE DERECHOS HUMANOS”, ya que según “Amnistía Internacional” los defensores y defensoras:
“Son aquellas personas que actúan pacíficamente, sin recurrir a la violencia, para promover y proteger la universalidad e indivisibilidad de los derechos de pueblos e individuos. Pueden ser personas de muy diversa tipología, pueden actuar por cuenta propia o de forma asociativa; algunas actúan a título personal, otras en el marco de su profesión; defendiendo los derechos humanos en sus actividades cotidianas o tras una acción individual a favor de una causa” (Amnistía Internacional, ¿Quiénes son los defensores y defensoras de los derechos humanos?, 2023).
Lo que sí me corresponde, es hacer un llamamiento firme y respetuoso, para que no se “vulgarice” ni se deteriore la noble labor que miles de mujeres (y hombres) realizamos día a día para promover, proteger y exigir que se garanticen todos los derechos humanos a todas las personas.
Es deleznable, es que, al cobijo y amparo de la digna lucha de defensoras de derechos humanos, “algunas” personas se dediquen a vivir y aprovecharse de personas que sólo quieren lograr que sus problemáticas se resuelvan, y sacar ventaja de las personas más desprotegidas. Me atrevo a escribir estas líneas porque he guardado silencio, me pongo al margen, me hago a un lado, y creo que hasta me he convertido en cómplice por omisión, ya que he visto como “algunas mujeres” engañan, se aprovechan, prostituyen y hasta se atreven a delinquir, bajo el amparo de autonombrarse: “Defensoras de derechos humanos” y no las he denunciado públicamente. Reconozco que en algún momento sentí hasta miedo, ya que, al denunciar a alguna, iban a llover críticas a mi persona, y posterior a la desaparición de mi hijo, decidí sólo promover la paz y sólo trabajar en la instalación de capítulos de la Red Nacional de Mujeres Defensoras de la Paridad en Todo de la república mexicana.
Quizás me había detenido creyendo que debía evitar problemas, reconozco mi error, confundí que sí no me permito exhibir a ninguna mujer de manera pública, dirimir mis diferencias en RRSS, pero en casos como éste, merece ser conocido, debo decirlo FUERTE Y CLARO, ¡¡NO SE VALE QUE SE APROVECHEN DE NUESTRAS LUCHAS!! ¡¡NO SE VALE QUE SE APROVECHEN DE LAS PERSONAS MENOS FAVORECIDAS!! Entiendo que tienen que obtener recursos económicos, pero que no sea aprovechándose de quienes confían en ustedes, pero lo que es verdaderamente criminal, es que sigan vulgarizando con sus acciones, una labor a la que muchas dedicamos nuestra vida.
En Querétaro, las hermanas Elizabeth y Mónica, “N”, han crecido a la sombra del buen nombre que se adquiere al enunciarse “DEFENSORA DE DERECHOS HUMANOS” y han cometido toda clase de excesos, abusos y engaños a personas indefensas.
Es importante resaltar que además de hacer uso de “Credenciales que las acreditan como defensoras de Derechos Humanos”, mismas que usan para extorsionar a ciudadanos necesitados bajo distintos temas específicos, también han presionado a estos afectados a realizar acciones de protesta violentas e ilegales con la única de intención de tener el lente de medios y promocionar su imagen
En el pasado las hermanas Chávez Cañas han buscado candidaturas políticas y actualmente han anunciado públicamente su operación política en la zona a favor del partido político y el gobierno que encabeza el presidente López Obrador.
Ayer, Mónica “N” realizó un bloqueo vial de la carretera federal 57, justificó dicha acción argumentando que tienen el respaldo total de autoridades de la 4T y del partido de Morena. En realidad, estaba exigiendo la libertad de su hermana, misma que fue detenida por “despojo”. Lo grave es que “utilizó a algunas familias de la comunidad San Fandila en Pedro Escobedo”.
Hacer un llamado a la reflexión a los líderes locales de Morena a cuestionar si dichos perfiles violentos son reconocidos como defensoras y promotoras e incluso se les debe reconocer como “liderazgos respetables” para sus filas partidistas.
A mí me toca denunciar, a las autoridades actuar conforme a derecho, al partido político mencionado, le toca investigar y ser congruentes, a la sociedad, a las familias, les toca no permitirse ser utilizados para beneficios personales.
Responsablemente: Josefina Meza Espinosa.
Foto de skynesher desde Getty Images