Ley Olimpia, la era de lo “solo humano” ha terminado, hay que transformar el código

Desde la resistencia y la autonomía nos organizarnos políticamente como Defensoras Digitales, desde donde quiero compartir nuestra visión a la problemática

por Olimpia Coral Melo Cruz

Fuimos víctimas, pero luchando nos hicimos sobrevivientes.

Por Olimpia Coral 

La Ley Olimpia inició a finales del año 2013 y, fue concebida para castigar TODO TIPO DE AGRESIONES DIGITALES contra las personas a través de medios comisivos digitales y otras tecnologías (hoy en 2023 agregar a las discusiones desde los impactos antropológicos, epistémicos y educativos a los ciborgs y otras relaciones humanas con las máquinas y la nanotecnología podría ser crucial. La era de los “solo humano” ha terminado)

Este proyecto contenía la argumentación de varios tipos de violencias en línea, la documentación de mercados de explotación sexual digital, los conceptos de tipos de modus operandi, la creación de otras instituciones jurídicas especializadas, la descripción de medios comisivos que van más allá de internet y redes sociales (por ello el nombre de Violencia digital) y por supuesto, reformas a diversas disposiciones incluido el mal llamado “derecho al olvido”, o elementos hoy considerados en los proyectos de la ley de ciberseguridad nacional.

Iniciamos la lucha desde nuestro dolor al haber sido víctimas de diversos ataques digitales Nosotras queríamos que se regulara todo, absolutamente todo. No queríamos dejar nada afuera, hablamos de la corresponsabilidad de los cómplices, co-partícipes y partícipes, incluido el Estado y las empresas tecnológicas. Pero era el año 2014 la primera vez que me subí a hablar de esto aún con mi vídeo sexual viralizado, y con trabajo las personas aceptaban decir que “Lo Virtual era Real” y entonces renunciamos a la utopía, y escuchamos también otras reflexiones y debates, por lo que consideramos solo algunos cambios legislativos para iniciar con lo urgente, que era por supuesto el reconocimiento de este tipo de violencia digital en la ley, para hoy seguir con lo importante, que es atacar los problemas estructurales y no conformarnos con la intervención del Estado o una legislación.

Por supuesto nosotras (todas las mujeres que integramos este proyecto internacional conocido como “Ley Olimpia”) no descubrimos el hilo negro de esta violencia. Pero sí resistimos e insistimos durante casi una década para hacer visible algo que hasta ese momento era invisible: EL RESPETO POR NUESTROS CUERPOS TAMBIÉN EN INTERNET. Hoy tenemos al menos 8 sentencias en nuestro país, un cambio social para reconocer esta violencia incluso en los libros de texto a manera de prevención y hasta una transformación positiva en el lenguaje; eso de decir que “ella tuvo la culpa por dejarse grabar” es inaceptable, algo que las que lo vivimos no tuvimos oportunidad de señalar, pues en nuestros tiempos el agresor no era agresor para nuestras leyes mexicanas. Para lograr todo esto, claro que reconocemos la participación de instituciones, legisladoras y legisladores, gobernadoras, gobernadores, partidos políticos, medios de comunicación, universidades y hasta influencers. Todos los que, sin abanderarse de la lucha, la apoyaron entendiendo que las sobrevivientes estábamos en el centro de la causa. Aunque es necesario   enunciar que la impunidad y otros retos de acceso a la justica son la cuenta pendiente de este logro.

Desde la resistencia y la autonomía nos organizarnos políticamente como Defensoras Digitales, desde donde quiero compartir nuestra visión a la problemática:

Uno. El debate en materia legislativa de raíz debe ser de interés internacional, salvaguardando la libertad de expresión de todas las personas y la proporción de penas, sin caer en la fantasía punitiva como acceso único a la justicia. Necesaria la apertura de acuerdos bilaterales, multilaterales internacionales para la cooperación entre países en la investigación de delitos digitales contra las mujeres.

Dos. Tenemos que definir el rol entre creadores y consumidores de nuevas tendencias tecno-digitales de explotación sexual, pues como ejemplo, en los 512 megapíxeles de tamaño por defecto de la IA Stable Diffusión, se puede manipular fácilmente cualquier fotografía. El reto será identificar ¿A quién va dirigida la responsabilidad, a la persona, a la empresa, y/o a la plataforma?

Tres. Nombro nuestra preocupación sobre el neoliberalismo digital y las nuevas formas de explotación sexual, incluidas las pedagogías de la violación como el sexo con robots y la entrada de la Inteligencia Artificial para tomar sin consentimiento nuestros cuerpos digitalizados. (En otra entrega aunaré sobre nuestra postura profunda en el tema).

Cuatro. La accesibilidad a la ciberseguridad como privilegio de la clase económica del tecno capitalismo. No hay seguridad digital para las personas en situación de pobreza. Como lo señala la Doctora Irene Soria “La tecnología centrada en la gente y no en el negocio”.

Cinco. El sesgo en el acceso a  la educación  digital de las personas, sobre todo para aquellas personas en condiciones extremas de vulnerabilidad, así como adultos mayores, migrantes o indígenas, como es el caso, por poner  solo un ejemplo y muy ad hoc, de Puebla y la falta de internet en las escuelas cercanas al volcán Popocatépetl que impide que las infancias puedan tener clases virtuales, pues solo el 46% de personas con educación básica accede a internet y, de acuerdo con INEGI, Puebla, se ubicó como la quinta entidad con menor número de usuarios de celulares (65 por ciento). Y es que una política de: “internet o celulares para todos” no es la solución mientras las prácticas sistémicas de violencia encuentren como aumentarse y sistematizarse en los espacios tecno digitalizados.

Por estas razones, contar la historia de Ley Olimpia ya con una aprobación nacional, no se trata de solo un cambio legislativo, sino de un movimiento político que aspira a que estemos seguras en cualquier otro espacio digital conocido o por conocer. Jurídicamente “lo que no se nombra no existe” por lo que tomamos la vía Legislativa, no como fin último, sino como el comienzo de una lucha que hoy ONU México y UNFPA señalaron como un hito para América Latina y es justo en Argentina donde están a punto también aprobarla.

UNESCO señala que el 85% de los proyectos de IA generan resultados erróneos debido a su sesgo patriarcal, además un porcentaje considerable de denuncias sobre Ley Olimpia no han tenido justicia debido a la inacción de las empresas en cooperar con la investigación. Entonces, así como un día logramos que Países nos escucharan y labramos un camino para que otras compañeras iniciaran la ruta, así también nos tienen que escuchar los líderes de las compañías digitales y los dueños del algoritmo.

Nosotras seguiremos luchando, si es virtual es real. El reto es cambiar el código …

 

 

Olimpia Coral Melo Cruz

Defensora de Espacios digitales libres de violencia para mujeres y niñas.

Reconocida como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la Revista TIME.

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