Por Lilith Violeta
Mientras ayer 10 de mayo se celebró a las madres, en una fecha que en México tiene una gran relevancia, existen miles de madres que no recibieron una flor, un abrazo, ni siquiera un “mami felicidades”; y no hablamos de aquellas madres que han sufrido la muerte de sus hijos o hijas, o aquellas que buscan a sus desaparecidos. Sino de aquellas que experimentan la muerte en vida de sus hijos e hijas, aquellas que han sido separadas de aquellos seres a quienes llevaron en su vientre como una forma de tortura por haber salido de una relación violenta, las madres víctimas de Violencia Vicaria.
Estas madres que día a día cargan con el dolor no solo de estar separadas de sus hijos e hijas, sino también con la carga de ser expuestas ante lo que mas quieren como malas mujeres, malas madres, todo con un único objeto, ser repudiadas, y no solo por sus hijos o hijas, sino por toda aquella persona que la conozca.
Estas mujeres han convertido su dolor en lucha, en modificaciones a leyes escritas para perjudicar a las madres, infancias y adolescencias; aquellas que las veían como un objeto para servir a los hombres. Gracias a ellas el 11 de mayo se denominó como el Día Nacional De Lucha Contra La Violencia Vicaria, un día en el cual el estado por primera vez reconoce la deuda histórica que tiene con las madres, y no solo con las mujeres que actualmente viven este tipo de violencia, sino también con aquellas que “nunca se divorciaron por no perder a sus hijos” esas que soportaron durante años la violencia por no dejar expuestos a sus hijos e hijas a un hombre violento sin la contención que ellas representaban, por no ser unas “madres muertas en vida”.
Es por ello que hoy queremos reconocer a todas esas madres que: “aguantaron todo por sus hijos” a aquellas que son “malas madres” y por ello ayer no tuvieron nada que festejar, pero sobre todo a todas aquellas que siguen en pie de lucha no solo por ellas, sino para que ninguna mujer padezca lo que ellas pasaron.
Foto oksanashufrych
