Por Angélica De La Peña
@angelicadelap
El Día de las Madres no es igual para todas, téngase claro que en este país no lo viven igual. Mientras muchas madres reciben flores o les invitan a comer sus hijas e hijos, otras sufren porque en un día normal desapareció alguna persona de su familia y no saben dónde están o qué fue de ellas. Y no pueden quedarse esperando a que alguna autoridad les busque, les dé noticias sobre su paradero o su suerte, porque por desgracia eso no pasará.
El fenómeno de la desaparición forzada no es nuevo. Muchas madres ya no están, como Rosario Ibarra de Piedra, que murieron sin saber qué pasó con sus hijos desaparecidos desde la segunda mitad del siglo pasado. Como sabemos, su desaparición tuvo que ver con sus posiciones políticas. Pensamos ese lapso vergonzoso quedaría como constancia de lo que no debe volver.
Pero particularmente desde el sexenio de Calderón la desaparición de personas menores de 40 años tuvo un crecimiento exponencial que no ha parado. Dejó la Presidencia con 27 mil personas desaparecidas; hoy la cifra evidencia que más de 112 mil personas están desaparecidas. La impunidad se ha sembrado en un ambiente de terror en muchos territorios del país con más de 2 mil 700 fosas clandestinas.
Nos ha conmocionado conocer otro asesinato de una madre buscadora, de Teresa Magueyal quien buscaba a su hijo desaparecido hace tres años e integraba la colectiva de buscadoras “Una Promesa por Cumplir” de Celaya, Gto. Con Teresa por desgracia ya son seis madres desde el 2020 a la fecha, sólo en el estado de Guanajuato quienes han sido asesinadas.
Para protestar contra la impunidad de las autoridades se está convocando el Día de las Madres, a la XII Marcha de la Dignidad Nacional buscando a sus hijos e hijas. Con la consigna ¡Verdad y Justicia! Marcharán del monumento a la Madre, hacia la Angela de la Independencia, acompañadas por las organizaciones y colectivos con un ímpetu común: no conocemos frontera para buscarles.
La terrible tragedia en materia de derechos humanos tiene en la desaparición forzada, la expresión más cruel y brutal y las familias se encuentran solas. Porque hay que decirlo con claridad: la desaparición forzada es perpetrada por agentes del estado o por aquiescencia y la complicidad pretende con toda alevosía tapar lo que no se puede: la Autoridad no quiere cumplir con la Ley.
Y hay que prender los focos de alerta: la desaparición de niñas y niños, y de mujeres se ha incrementado, aunque a la presidenta de la CNDH le diga al representante en México del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU que la crisis es herencia del modelo neoliberal de sexenios anteriores. Se va a acabar el sexenio con una cifra peor que los dos sexenios anteriores juntos. Pero quienes no se conforman con la pasividad de las autoridades son las madres, por eso son las que más riesgos enfrentan en su búsqueda heroica.
Este gobierno no sólo no es diferente a los anteriores, es peor. Porque no aplica la ley. Ni toma medidas frente a las recomendaciones del Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas quienes han sido contundentes en señalar que la desaparición forzada es un paradigma de crimen perfecto. El próximo sexenio debe ser diferente.
Mientras, este 10 de mayo toda la sociedad mexicana debe expresar solidaridad y empatía con las madres buscadoras de todo el país. Porque es verdad, parece como si estuviésemos en guerra.
Foto de Twitter @MerGarza
📍Las madres y personas buscadoras son asesinadas porque incomodan, su tenacidad para buscar y no rendirse parece ser más amenazante que las personas que desaparecieron/asesinaron a sus familiares. Desde Marisela Escobedo en el 2010, han sido 10 madres buscadoras asesinadas. pic.twitter.com/RQkJextk2D
— Meredith G. 🛋️✨ (@MerGarza) May 4, 2023