De “Hace mucho tiempo, en un país muy lejano…” a “Y vivieron felices para siempre”

Está bien con soñar e imaginar, pero que ya en la vida real, nunca debemos permitir que se nos vea y trate como “mujeres-objeto”

por Alma Vidrio

Por Alma Vidrio

Los cuentos de Hadas son historias repletas de elementos ficticios que entretienen al público en general, pero sobre todo a niños y adolescentes, debido a lo sorprendente que son los acontecimientos que ocurren en sus historias porque involucran elementos que pueden ser increíbles, inverosímiles y maravillosos.

Los cuentos de hadas clásicos se basan en historias antiguas que fueron crueles, pero el relato que se hizo de ellos con el paso del tiempo las modificó, distorsionó y convirtió en cuentos en los que las y los” malos” son aniquilados por príncipes que rescatan a las hermosas princesas que son bondadosas que tienen infinidad de virtudes, pero que son ingenuas, sufren, se sienten desvalidas y aceptan depender del patriarcado para poder vivir “felices para siempre”.

Todas las niñas sueñan con ser princesas y vivir felices con su príncipe en un castillo. Los cuentos de hadas promueven la imaginación, la cual es indispensable para el desarrollo de los procesos mentales que nos permiten llevar a cabo actividades como recordar y evaluar el pasado, crear escenarios alternativos, escenas futuras y/o diseñar soluciones para resolver problemas, plasmar historias verbales en escritas y/o visuales y, además, crear estrategias y/o planes para transformar la realidad presente.

Quienes somos madres tenemos la obligación de hacer entender a nuestras hijas (e hijos) que esos cuentos reflejan la realidad de la sociedad europea de la edad media y del renacimiento, y que está bien con soñar e imaginar, pero que ya en la vida real, nunca debemos permitir que se nos vea y trate como “mujeres-objeto”.

Hay cuentos que, en lugar de alegrar y reconfortar a la infancia, la hacen sufrir. “Bambi” es el cervatillo que queda huérfano porque que un cazador le dispara a su mamá; “Dumbo” llora junto a su mamá que está encerrada en la jaula de un circo. Mis padres me llevaron al cine a ver estos cuentos de Disney y, créanme, a mis tres jamás les leí ni los llevé a ver tales abominaciones.

Cuando era niña, mis cuentos favoritos eran “La Bella Durmiente” y “El Flautista de Hamelin”. A continuación presento el inicio de algunos de los cuentos de hadas clásicos por excelencia y el resumen de los relatos originales.

La Cenicienta, de los Hermanos Grimm: “Erase una mujer, casada con un hombre muy rico, que enfermó y, presintiendo su próximo fin, llamó a su única hijita y le dijo –Hija mía, sigue siendo siempre buena y piadosa, y el buen Dios no te abandonará. Yo velaré por ti desde el cielo, y me tendrás siempre a tu lado. Y, cerrando los ojos, murió. La muchachita iba a todos los días a la tumba de su madre a llorar, y siguió siendo buena y piadosa. Al llegar el invierno, la nieve cubrió de un blanco manto la sepultura, y cuando el sol de primavera la hubo derretido, el padre de la niña contrajo un nuevo matrimonio…”.

La Cenicienta se origina del cuento chino llamado Yeh Shen, escrito entre los siglos VIII y X d.C.: Yeh Shen era una hermosa joven que tenía pies muy pequeños, considerados “pies de loto”, símbolo de belleza de la cultura china. La muchacha vivía con su madrastra y dos hermanastras, que le hacían la vida muy miserable. Un día se organizó un baile para las mujeres solteras, pero como Yeh era muy bella, la madrastra mató al pez de la joven y la dejó encerrada para que no fuera al baile, pero ella invoca a los espíritus para que la ayuden a escapar y asistir al evento. La chica causó sensación entre los asistentes y, cuando ya tenía que regresar, perdió uno de sus zapatos de seda que no medía más de 10 centímetros. El emperador dijo que se casaría con la dueña del zapato, así que la madrastra le corta los dedos del pie a una de sus hijas y a la otra le corta el talón. Cuando Yeh se pone el zapato, el emperador anuncia que se casará con ella, y condena a morir a la madrastra y sus dos hijas apedreadas en el fondo de un pozo.

Blancanieves, de los Hermanos Grimm: “Había una vez, en pleno invierno, una reina que se dedicaba a la costura sentada cerca de una ventana con marco de ébano negro. Los copos de nieve caían del cielo como plumones. Mirando nevar se pinchó un dedo con una aguja y tres gotas de sangre cayeron en la nieve. Como el efecto que hacía el rojo sobre la blanca nieve era tan bello, la reina se dijo -¡Ojalá tuviera una niña tan blanca como la nueve, tan roja como la sangre y tan negra como la madera de ébano!…”.

Entre las teorías acerca de Blancanieves, esta historia sea probablemente la María Sofía Margarita Catalina Von Erthal, una princesa alemana del siglo XVIII. La joven estaba casi ciega porque tuvo viruela, pero era muy querida en su reino. Su padre se casó con una condesa imperial, que fue muy cruel con ella. María era muy cercana a los mineros del reino entre quienes había niños y gente que era baja de estatura porque trabajaban en lugares muy estrechos. A causa de la viruela, la princesa siempre tuvo problemas de salud que la obligaban a estar en cama por varios períodos de tiempo así que, en su caso, no hubo manzana envenenada ni beso mágico de ningún príncipe.

La Sirenita, de Hans Cristian Andersen: “En el fondo más azul de los océanos había un maravilloso palacio en el cual habitaba el Rey del Mar, un viejo y sabio tritón que tenía una abundante barba blanca. Vivía en esta espléndida mansión de coral multicolor y de conchas preciosas junto a sus hijas, cinco bellísimas sirenas. La Sirenita, la más joven, además de ser la más bella, poseía una voz maravillosa; cuando cantaba acompañándose del arpa, las conchas se abrían mostrando sus perlas, y las medusas al oírla dejaban de flotar…”.

El cuento original de La Sirenita de Andersen es similar a la versión que conocemos:   es hija del rey del océano, quiere pertenecer al mundo de los humanos, cuando cumple la mayoría de edad se le permite subir a la superficie, salva a un príncipe que naufraga y se enamora de él, e intercambia su voz con la bruja del mar para convertirse en humana. Sin embargo, no es la bruja quien hace miserable la vida de Ariel sino el príncipe, que se casa con una doncella. Como a la Sirenita se le rompe el corazón, sus hermanas le piden a la bruja que la vuelva a ser sirena y le devuelva su voz a cambio de que ella, Ariel, asesine al príncipe; pero ella se rehusa a ultimarlo y cuando regresa a su hogar prefiere convertirse en espuma del mar.

La Bella Durmiente, de los Hermanos Grimm: “Hace muchos años vivían un rey y una reina quienes cada día decían –Ah, si al menos tuviéramos un hijo. Pero el hijo no llegaba. Sin embargo, una vez que la reina tomaba un baño, una rana saltó del agua a la tierra, y le dijo: -Tu deseo será realizado y antes de un año, tendrás una hija. Lo que dijo la rana se hizo realidad, y la reina tuvo una niña tan preciosa que el rey no podía ocultar su gran dicha, y ordenó una fiesta. Invitó a familiares, amigos y a un grupo de hadas para que fueran amables y generosas con la niña. Eran trece hadas en su reino, pero solamente tenía doce platos de oro para servir en la cena, así que tuvo que prescindir de una de ellas…”.

La Bella Durmiente surge de la historia de Giambattista Basile “Talía, Sol y Luna”: Nunca existió un príncipe azul, sino un noble que solía cazar en el bosque que llegó a un palacio abandonado en el cual encontró a Talía, una princesa que dormía profundamente. El hombre la violó y ella quedó embarazada. El noble vivió un tiempo con ella, pero como estaba casado decidió regresar con su esposa quien, cuando se enteró de la infidelidad de su esposo, decide secuestrar a Sol y Luna, los hijos de Talía, y le pide a su cocinero que los asesine y se los da de comer al noble; a Talía también la secuestrar para que fuera quemada en la hoguera. Sin embargo, fue el propio cocinero quien salvó a los tres, y quien fue quemada fue la esposa.

Las historias y/o relatos ancestrales que crearon los siguientes “cuentos de hadas”, las haré en una próxima entrega:

Rapunzel, de los Hermanos Grimm: “Había una vez un hombre y una mujer una pareja que vivían solos y desconsolados por no tener hijos, hasta que, por fin, la mujer concibió la esperanza de que Dios Nuestro Señor se disponía a satisfacer su anhelo. La casa en la que vivían tenía en la pared trasera una ventanita que daba a un magnífico jardín en el que crecían espléndidas flores y plantas, pero estaba rodeado de un alto muro y nadie osaba entrar en él, ya que pertenecía a una bruja muy poderosa y temida por todo el mundo…”.

Hänsel y Gretel, de los Hermanos Grimm: “Junto a un bosque muy grande vivía un pobre leñador con su mujer y dos hijos; el niño se llamaba Hänsel y la niña Gretel. Apenas tenían que comer, y en una época de carestía que vivía el país, llegó el momento en que el hombre ni siquiera podía ganarse el pan de cada día. Estaba el leñador una noche en la cama, cavilando y revolviéndose, y dijo a su mujer -¿Qué va a ser de nosotros? ¿Cómo alimentar a los pequeños puesto que nada nos queda?…”.

Peter Pan, de James Matthew Barrie (originalmente se escribió para ser obra de teatro): “Había una vez una niña muy buena llamada Wendy que tenía tres hermanitos, y para que éstos se durmieran solía contarles historias muy bonitas. La noche en que comienza nuestro cuento les contaba las aventuras de Peter Pan. -… Y siempre está haciendo buenas obras, y sabe volar, y le acompaña Campanita, que es una niña con alas de mariposa, tan pequeña que cabe en la palma de la mano, y además vive en un país maravilloso, que le llama la isla de Nunca Jamás…”.

El Rey Cerdo (1550), de Gianfrancesco Straparola que, en 1740, Gabrielle-Suzanne Barbot adaptó en 1740 y dio a conocer como La Bella y la Bestia: “Hace mucho tiempo había un rey sabio que tenía una gran esposa, pero no hijos. Un día, mientras la reina estaba durmiendo, en el jardín, tres hadas vinieron y lanzaron un conjuro. La reina daría a luz un hijo con la piel de un cerdo y con los modos de un cerdo. El rey decidió criar a su hijo como un ser racional, y no como una bestia bruta. Cuando el príncipe se hizo mayor, comenzó a hablar como un ser humano, pero seguía revolcándose en el barro como hacen los cerdos. Cuando fue suficientemente mayor, decidió casarse con la hija mayor de una mujer muy pobre que tenía tres hijas…”.

Fuentes:

  • “Cuentos de Grimm” en grimmstories.com/es/grimm_cuentos/favorites
  • “Cuentos de Andersen” en andersenstories.com/es/Andersen_cuentos/list
  • “Obras clásicas de siempre: Las aventuras de Pinocho, Carlo Collodi” en bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/CuentosMas/AventurasPinocho.pdf
  • “La historia detrás de La Bella y la Bestia” por Marco Guillén para cuatrobastardos.com, 20 de marzo, 2017
  • “Cuento Peter Pan” en cuentosinfantilesparadormir.com/cuento-peterpan
  • “Las princesas en los cuentos infantiles clásicos” por Alexandra Martí para Dialnet, 2013
  • “La aterradora historia detrás del cuento de La Bella Durmiente”, Milenio Digital, 10 de abril, 2021
  • “La espeluznante historia original de La Cenicienta que Disney no te contó” Milenio Digital, 16 de julio, 2021
  • “¿Existió en la vida real? La aterradora y cruel historia detrás del cuento original de Blanca Nievez” Milenio Digital, 20 de diciembre, 2021
  • “El trágico cuento original de La Sirenita que no se parece a la película animada” Milenio Digital, 23 de julio, 2021

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