Por Patricia Ríos
Mucho se habla de que los hombres no ocupen el espacio de las mujeres, pero; y qué pasa con aquellas mujeres que, sin ser lesbianas se nombran como una, de un día para otro?
Desde mi experiencia; Asumirse lesbiana en una edad madura es todo un proceso de aceptación de una misma, es cuestionar TODA tu vida, es enfrentar violencias en espacios que creías “seguros” y es resistir toda la mierda que la sociedad nos tira. Cuesta lagrimas y días enteros donde no paras de cuestionar absolutamente TODO, hay que reaprender lenguajes, hacer consciente muchas conductas patriarcales, misóginas y heteronormadas, apostar por relaciones de tratos y acuerdos muy distintos a los acostumbrados. Incluso, me parece necesario que sea un proceso con acompañamiento profesional.
Muchas hemos atravesado las tres líneas: heterosexualidad, bisexualidad y finalmente la lesbiandad, pero solo hasta que cruzas la línea de la bisexualidad, te das cuenta de todo lo que eso implica. “Porque ser lesbiana es vivir en resistencia todos los perros días” (Vivi, 2023).
Esta bien que se cuestionen la HO (heteronorma) , de hecho cualquier mujer que se nombre feminista con un poco de teoría radical tendría que cuestionarla, pero el hacerlo, no las convierte en lesbiana, besarse con una mujer que les atrae, no las convierte en lesbianas; va mucho más allá de eso.
Si se nombran heterosexuales, está bien; si se nombran bisexuales, esta bien, pero no pretendan ocupar un espacio que no les corresponde a base mentiras y apropiación de identidades que históricamente han sido invisibilizadas, invalidando su/nuestra lucha.
Las lesbianas no somos fetiches de ninguna hetero ni bisexuala, eso es lesboodio.
Y no me cansaré de decirlo;
✨Las lesbianas existimos porque resistimos.✨
💜🖤
