La educación, internet, tecnologías y el pensamiento crítico ¿necesitamos un nuevo paradigma?

En su gran mayoría no estamos generando conocimiento con el uso e integración de internet y tecnologías en la educación, al contrario, cada vez menos niñas y niños desarrollan rápidamente su capacidad lectora y de comprensión, y lo peor, hay una crisis en el pensamiento crítico

por Isabel Chavarría

Por Isabel Chavarría

Hace poco me encontraba en un en el Festival Impulso, un encuentro con jóvenes sobresalientes en su trabajo y trayectoria que en esta ocasión hablamos sobre el futuro de la educación en México, durante el diálogo expusimospropuestas y demandas para para mejorar la educación del país, desde mejorar la calidad educativa, abordar los distintos contextos y desigualdades de las y los estudiantes, fomentar la educación financiera, la alimentación, la salud mental, la inclusión de las tecnologías e internet, la integración de la lengua de señas entre otras ideas interesantes para hacer frente a los problemas educativos que vivimos ya desde hace unas décadas.

Desde la Red Mexicana de Prevención a la Violencia trabajamos desde un enfoque de cultura de paz, esto significa que fomentamos actitudes, valores y comportamientos para enfrentar distintas situaciones a través del diálogo, el trabajo en equipo, la gestión de emociones y la resolución pacífica de conflictos, este enfoque tiene mucho que ver con la educación, especialmente en niñas, niños y adolescentes quienes pueden aprender de manera distinta y convivir con normas que fomenten el buen trato, la negociación, la participación y el respeto no sólo en el ámbito social sino socio digital.

Cuando me preguntan ¿cómo resolverías el problema de la violencia? Siempre respondo que la clave está en la educación, pero a esto no me refiero a las clases, las aulas o las y los profesores, es decir a la “escolarización”, sino a algo más allá de este sistema siempre en busca del “paraqué” de ir a la escuela: para obtener un buen trabajo, para desarrollarse profesionalmente, para demostrar sus capacidades, etcétera, y es que es difícil pensar en la educación sin pensar en la escuela, a pesar de ello, merefiero más bien a un proceso interno que como diría Platón significa “tomar conciencia de la existencia”.

La educación en México es un tema fundamental que ha estado presente en el debate público sexenio tras sexenio, a pesar de ello, pareciera no ser un tema urgente aún después de la pandemia sobre COVID-19 en 2020. De acuerdo a la encuesta para la medición del impacto de COVID-19 en la educación (ECOVID-ED) del INEGI, 5.2 millones de estudiantes entre 3 y 29 años desertaron durante el ciclo escolar 2020-2021, alrededor del 9.6% de la población total de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

Una de las principales razones por las cuales las y los alumnos desertaron durante la pandemia fue por falta de acceso a internet y tecnologías de la información y comunicación, lo cual dejó al descubierto el gran rezago educativo, las competencias en los docentes y la brecha digital. Aunado a ellos, las y los estudiantes que sí tuvieron acceso a dispositivos digitales e internet incrementaron el riesgo de sufrir cibebullying, grooming, sextorsión e incluso trata virtual de personas, la violencia digital aumentó de manera considerable y sabemos que las más vulnerables son las mujeres y las niñas en delitos y conductas de connotación sexual en internet.

Cabe decir que las generaciones previas a la generación Z nacimos en una transición rápida a las tecnologías, sin embargo, muchos de nosotros apenas tuvimos acceso a una computadora en nuestra niñez, pero pasamos rápidamente de utilizar teléfonos inalámbricos a dispositivos inteligentes, tablets, videojuegos, redes sociodigitales y ahora la Inteligencia Artificial, todo esto sin estar preparadas y sin tener una dimensión clara de las problemáticas que podrían generar, todo fue muy rápido.

Y es que vivimos en un sistema lineal de enseñanza-aprendizaje en donde la educación es sinónimo de escolarización y las y los maestros son facilitadores que brindan información a sus alumnos y alumnas pero ¿qué pasa con esa información?, la crítica a este enfoque en la actualidad es que existe un bombardeo de información que muchas veces no se queda en el aprendizaje de las y los estudiantes, esto se complica aún más con internet, un espacio en donde podemos encontrar todo tipo de información, incluso falsa.

En su gran mayoría no estamos generando conocimiento con el uso e integración de internet y tecnologías en la educación, al contrario, cada vez menos niñas y niños desarrollan rápidamente su capacidad lectora y de comprensión, y lo peor, hay una crisis en el pensamiento crítico definido por Bell Hooks como ese “anhelo de saber, de comprender cómo funciona la vida” aún sabiendo que las y los niños son los pensadores críticos por excelencia porqueestán predispuestos a conocer quién, qué, cuándo y porquéde las cosas y la vida, en la niñez buscamos respuestas a todo, aprendiendo casi de forma instintiva como pensar.

El pensamiento crítico significa examinar todas las opciones, todos los lados y formas en cuestión, o de una forma metafísica: pensar sobre el hecho de pensar y pensar de manera consciente en las ideas. El pensamiento críticoimplica el discernimiento, desentrañar los conceptos para ver qué es lo que hay detrás, usar nuestra imaginación ycuestionar nuestra posición también como mujeres inmersas en un sistema patriarcal.

La educación actual a través de las tecnologías e internet nos obligan a tener nuevas perspectivas y paradigmas, es por ello que el pasado 8 de febrero en el Congreso de la Ciudad de México se presentó una iniciativa ciudadana de mi autoría sobre educación digital, a pesar de ser consciente de la necesidad de un cambio de paradigma también sé que es difícil apostar por el cambio, la iniciativa es muy sutil, intenta reformar diversos artículos de la Ley de Educación y la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para fomentar la alfabetización y la educación digital en las y los estudiantes de cualquier tipo, modalidad o nivel educativo, especialmente en las generaciones más jóvenes.

A pesar de que soy consciente de que seguir reformando leyes que podrían convertirse en letra muerta como ha ocurrido con otras iniciativas y modificaciones legislativas, puede ser una opción que justifique la necesidad de un futuro cambio de paradigma, en esta iniciativa defino la educación digital como “un proceso de formación práctica y metodológica constante que integra las tecnologías digitales e internet para adquirir competencias y habilidades para aprender a aprender. Es un proceso educativo presencial o a distancia que fomenta el pensamiento crítico, el aprendizaje permanente y autónomo, el uso responsable de las tecnologías, la comunicación abierta y la distribución del conocimiento no sólo en los estudiantes sino en las y los docentes”.

A partir de estas definiciones creo que es posible transitar de esa educación lineal a una educación integral, que involucre también a padres y madres de familia, a las comunidades y entornos sociales, a la alfabetización digital de personas adultas mayores, a los docentes y cualquier persona involucrada en los procesos educativos de cualquier tipo.

Desde la perspectiva de “aprender para aprender” las personas usuarias de internet y tecnologías nos vemos en un proceso de formación permanente, esto quiere decir que la educación digital puede caracterizarse por su autosuficiencia educativa centrada en las y los estudiantes, y aunque suene difícil de explicar, este enfoque surge de la necesidad de que las nuevas generaciones dejen de ser receptores pasivos entre tanta información y se conviertan en protagonistas del conocimiento y el pensamiento crítico.

Soy creyente en que las tecnologías e internet son una herramienta poderosa para generación de consciencia y conocimiento, sólo que no hemos encontrado las formas en las que podemos orientarlo. A través del enfoque de aprender para aprender las y los educandos se enseñan a utilizar dichas herramientas que usarán a lo largo de sus vidas, es por ello que dicha iniciativa vigente en el Congreso de la CDMX atiende a la Observación 50 del Comité de los Derechos del Niños de la ONU relativa a sus derechos digitales y las tecnologías en la educación que incita los Estados parte a fomentar “la concienciación de los niños sobre las posibles consecuencias adversas de la exposición a riesgos relacionados con contenidos, contactos, conductas y contratos, como ciber agresión, trata de personas, explotación y abusos sexuales y otras formas de violencia, y promover estrategias de adaptación para reducir los daños, así como estrategias destinadas a proteger sus datos personales y los de los demás, y a desarrollar las aptitudes sociales y emocionales de los niños y su capacidad de resiliencia”.

Con dicha iniciativa se pretende fomentar el uso responsable de los dispositivos digitales, la alfabetización digital y el involucramiento actores sociales relacionados con la educación de las y los estudiantes, de esta manera podremos evitar la generación de violencia y fomentar también una cultura de paz en espacios digitales.

Las y los educandos pueden llegar a ser personas competentes en el uso de las tecnologías de la información, buscadores, analizadores y evaluadores, solucionadores de problemas y tomadores de decisiones, así como usuarios eusuarias creativas, comunicadoras, productoras; personas informadas, responsables y capaces de contribuir a una sociedad más pacífica, especialmente para las mujeres y niñas quienes son más vulnerables en todos los contextos en los que estamos involucradas.

Actualmente el pensamiento crítico se ve nublado por las limitaciones en las aulas e incluso en nuestros hogares, es la institucionalización del conocimiento para fines específicos que demanda el actual sistema capitalista, es por eso que a través de estas letras incito a nosotras como mujeres feministas a seguir rompiendo los estigmas contra el dominio patriarcal porque las perspectivas feministas son el eslabón más fehaciente del pensamiento crítico, busquemos que la educación tenga como fin teleológico nuestra libertad, cambiemos el algoritmo.

 

 

Foto de Fat Camera de Getty Images

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