Larga ‘Vida’ a la Representación de la Identidad Latinx

La serie 'Vida' (2018-2020), creada por Tanya Saracho, pone en escena la historia de dos hermanas latinas forzadas a regresar al vecindario de su ciudad natal en el Este de Los Ángeles debido a la inesperada muerte de su madre. La narrativa puede sonar a comedia dramática estándar, pero, no se dejen engañar, el trasfondo es mucho más profundo

Por Paloma Cecilia Barraza Cárdenas

La serie ‘Vida’ (2018-2020), creada por Tanya Saracho, pone en escena la historia de dos hermanas latinas forzadas a regresar al vecindario de su ciudad natal en el Este de Los Ángeles debido a la inesperada muerte de su madre. La narrativa puede sonar a comedia dramática estándar, pero, no se dejen engañar, el trasfondo es mucho más profundo. En el marco de un estruendoso y maravilloso estilo chicano, ‘Vida’ es un espectáculo zeitgeist latinx con tramas superpuestas y personajes complejos que la convierten en televisión esencial del siglo XXI. Sin embargo, la serie no ha captado suficiente atención en los medios para tomar el lugar que le corresponde como fenómeno cultural, lo cual, me desconcierta hasta el punto de la incredulidad. Ante esta anomalía, sólo me queda culpar al discurso de odio reproducido por ciertas figuras de la política estadounidenses y otras idiosincrasias contemporáneas contra las comunidades latinxs durante la última década.

La relevancia de lo logrado por Saracho en veinte episodios no puede ni debe subestimarse. Desde mi punto de vista, no ha existido hasta ahora una pieza de cine o televisión mainstream que celebre el mundo latinx de una manera tan real, honesta y hábil como ‘Vida’. Coco de Disney-Pixar (2017), bellamente animada y cuidadosamente dibujada para representar ciertas particularidades de la cultura mexicana con sus personajes coloridos y lenguaje florido, pero, preciso, simplemente no es suficiente para abordar la gama de problemas enfrentados actualmente por nuestra diáspora en los Estados Unidos (EE. UU.). La falta de representación latinx en los medios actuales es un desastre: la población latinx en EE. UU. supone más del dieciséis por ciento de la población total y, por tanto, constituye la minoría más poblada del país. Del dieciséis por ciento, el setenta por ciento se identifican como mexicanas y mexicanos. Más de cincuenta millones de personas -cerca de la población total de Inglaterra, por poner un ejemplo-, han sido subrepresentadas, estereotipadas y sistemáticamente ignoradas por la cultura popular y los principales medios de comunicación «americanos» dominantes del mercado del entretenimiento. Los esfuerzos recientes para visibilizar las narrativas latinas incluyen In The Heights (2021), West Side Story (2021) y Encanto (2021), pero, apenas logran rasgar la superficie de las luchas compuestas de identidad vinculadas a las poblaciones migrantes. La representación importa, y más, cuando las tendencias globales hacia el populismo y el racismo institucional enardecen el panorama político.

Afortunadamente, ‘Vida’ aborda con determinación estos y otros muchos problemas sociales a lo largo de sus tres temporadas. La serie comienza con la muerte de Vidalia, una mujer de mediana edad, quien muere sola en su baño. Luego, nos presentan a sus hijas Lynda ‘Lyn’ (Melissa Barrera) y Emma (Mishel Prada), quienes se reúnen en Los Ángeles para el funeral de su madre después de un largo período de ausencia y un considerable distanciamiento familiar. Ambas actrices regalan actuaciones reales y llenas de emociones al desnudo -Barrera lo hace tan bien, que su español problemático resulta convincente, siendo ella hablante nativa-. Posteriormente, en los servicios fúnebres, las hermanas conocen a Eddy (Ser Anzoátegui), la esposa secreta de Vidalia, quien posee una parte igual de la herencia a través de un testamento digital impugnable. La gestión de los bienes en manos de estos tres personajes femeninos fuertes y únicos impulsa la tensión y el conflicto central de la historia a lo largo de toda su iteración, con efectos maravillosos y tramas a veces extravagantes, pero, siempre con un toque de empatía y altos niveles de autoidentificación para les espectadores.

Saracho, como creadora -una mujer mexicana-estadounidense, quien se identifica como queer– y su fantástico equipo de escritura integralmente latinx -en su mayoría mujeres latinas-, construyen sin miedo el guion en spanglish y, consiguen transmitir una fantástica bocanada de aire fresco similar a la ejecutada -con mucho menor éxito- por Lin-Manuel Miranda en la reciente cinta musical In The Heights, también protagonizada por la estrella mexicana en ascenso Melissa Barrera. El diálogo en ‘Vida’ es bastante ingenioso y extremadamente representativo del espectro que intenta visualizar, con todo y sus implicaciones intergeneracionales. Les actores – todes latinxs- infunden sin esfuerzo sus líneas con palabras en español, con una fluidez lúdica, que la mayoría de personas hispanohablantes reconocerán al instante y traerá inmediatas reminiscencias de cualquiera de sus parientes del gabacho. Además, existe una comprensión matizada de los desafíos enfrentados por las personas migrantes o hijes de migrantes en EE. UU. Dicho estado de ambivalencia convierte simultáneamente a las personas en forasteras, tanto en sus comunidades diaspóricas, como en el contexto espacial al que pertenecen. Estas exploraciones intrigan con preguntas como: ¿la identidad está permanentemente ligada al lugar de donde vienes, donde vives, o un poco de ambos?

Si bien, ‘Vida’ habla sobre las comunidades latinxs en California, también explora hábilmente temas más amplios de la experiencia migrante y las contenciones y evoluciones de la relación generada por nuestras raíces etnoculturales. Además, no solamente ilustra las múltiples complejidades derivadas de las dinámicas familiares latinas -que es mucho para abordar en un solo programa- de una manera divertida y creativa, la serie también es una exploración desafiante del género, las identidades femeninas en personas migrantes de segunda generación, la comunidad LGBTQIA+ dentro del entorno latinx en EE. UU., la gentrificación agresiva de los vecindarios locales, la apropiación cultural y mucho, mucho más. En definitiva, “Vida” se corona como la celebración exitosa, fantástica, ruidosa y sin disculpas de la cultura latinx que tanto nos hacía falta en los medios mainstream de comunicación. La representación es importante, pero, la representación precisa lo es aún más. ¡Larga ‘Vida’ a la representación en todas sus formas de la identidad latinx!

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