Estuve casada con un narcisista: Está es la historia de Karla

Estuve casada con una persona narcisista por casi 8 años, en esos 8 años simplemente perdí el control de mi ser, de mi vida. Está persona de la cual les escribo, es policía con una licenciatura en derecho, además, está cursando una maestría en derechos humanos y perspectiva de género

por Mabel Danae Salas Miguel
Por Mabel Danae Salas Miguel

Estuve casada con una persona narcisista por casi 8 años, en esos 8 años simplemente perdí el control de mi ser, de mi vida. Está persona de la cual les escribo, es policía con una licenciatura en derecho, además, está cursando una maestría en derechos humanos y perspectiva de género.

Lo conocí cuando tenía 21. Al principio era un tipo detallista, siempre estaba al pendiente de mí, mis papás lo querían mucho. Pero luego, note que a ellos les incomodaba que Jorge ocupará la mayor parte de mi tiempo. Sabía hasta las horas en que iba al gym e iba a allí con el pretexto de que me extrañaba, me llevaba chocolates. Me hacía sentir protegida y terminé casada con ese tipo detallista.

Luego las cosas se comenzaron a poner turbias. Él ponía pretextos para que no visitará a mis padres, hablaba mal de ellos al igual que de mis amistades. Con el tiempo me fui alejando de muchas personas que amaba, porque él siempre veía algo mal con ellos. Después comenzaron las infidelidades, los insultos, la violencia económica: prácticamente me hacía comprar al día, y las cosas que yo creía necesarias para el hogar, él me las hacía ver innecesarias.

En las discusiones, la culpa siempre la tenía yo y terminaba por pedirle disculpas a él, por provocar su violencia. Vino la violencia física: me empujaba y me  tiraba de la cama. Cuando lo ignoraba porque no quería discutir, me arrojaba vasos de agua. Él conoce los puntos de presión, al ser policía sabe cómo infringir dolor sin dejar marcas. Todo lo que viví con él fue un infierno. Él era un criminal perfecto: nada de lo que me hizo dejó marcas en mi cuerpo.

La primera vez que intenté dejarlo fue porque me engañó, me amenazó con su arma (esto fue hace años pero aún está el recuerdo). Una vez aventó un block a un lado mío para asustarme (aquí tampoco hubo marcas, solo lo hizo para humillarme, para hacerme sentir que él tenía el poder sobre mi), pero claro, si me hubiese movido un poco me hubiera pegado.

Antes de la pandemia nos dejamos por otra infidelidad y su violencia. Pasaron 7 meses y con la pandemia no sé qué me sucedió, volví con él (un error tremendo, lo sé, y estoy  muy arrepentida). Regresamos. Al principio él estuvo bien conmigo, otra vez todo era viajes y diversión. Pero de nuevo comenzó a controlarme: desde mi vestir, hasta lo que publicaba en redes sociales: yo no podía cambiar las  fotos de mis redes. Cuando entre a trabajar, me obligaba a darle mi tarjeta. Él tenía el control de mis gastos y de mis créditos (créditos que me obligó a sacar y ahora los debo).

Una vez intentó arrojarme por el carro en movimiento, pero de igual forma solo para provocarme miedo. En otra ocasión en el baño estando yo desnuda, me tomó del cuello y me alzó (pero de nuevo, no me dejó marcas en el cuerpo). Después me obligó a bañarme de nuevo pero con él, constantemente me obligan a bañarme con él.

Hoy estamos separados. Hace unos días llevo a mis niñas a comer y para mí sorpresa, les presento a la mujer que fue su amante y por la que nos separamos la primera vez. Mis hijas y yo dejamos su casa (ya que es casa de él, su papá se la dió), se quedó con 2 vehículos y todos los muebles de la casa. Actualmente conservo mi trabajo, terminé mi licenciatura, uso el transporte público (que no tiene nada de malo) ya que él no puede (o más bien, no quiere) facilitarme alguno de los dos vehículos que tiene, y pues, tengo que pagar esos créditos que están a mi nombre.

Instagram: m.danaesalas
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Foto: Canva PRO

 

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