¿Las mujeres tenemos la «obligación» de cambiar a los machistas?

por Aideé Aguilar Esquivel

Por R. Aideé Aguilar

¿Es mi obligación hacer que los hombres dejen de ser machistas? Mucho hemos visto en redes sociales sobre este tema. La mayoría de las opiniones de las internautas es que no es nuestra obligación «educar» o mejor dicho «reducar» a los hombres y hacer que cambien su manera de ser y de tratarnos a las mujeres. Entiendo el porqué de no hacerlo. Pero si nos ponemos a pensar y a analizar de fondo sobre esto, encontraremos que los avances en materia de derechos humanos, de garantía de derechos hacia las mujeres, entre otras luchas sociales, son gracias a la sociedad civil que históricamente exigen que cambios sociales.

Además somos parte de una estructura social y justo el contribuir a que nuestra sociedad mejore y que nos traten con dignidad y respeto se ha vuelto parte de nuestra responsabilidad. Esto es diferente a querer cambiar a nuestras parejas o educarlas, mas la lucha feminista debemos de entenderla como un deber social pero para todas las personas.

Mas allá de que sea o no nuestra obligación hacer que los hombres dejen de ser machistas, es necesario que todas y todos nos sumemos  al cambio social. No es que tengamos cambiar a los hombres, en realidad es transformar las estructuras sociales compuestas por diferentes actores y sujetos sociales, es mucho más complejo que solo querer o no cambiar a un individuo.

Transformar a la sociedad es transformar a la cultura, las costumbres, los pensamientos y el accionar del día a día de cada una de las personas, pero también de las asociaciones y de las instituciones en general.

Para que lo tengamos presente, es todo un reto; vamos a desmenuzarlo. La sociedades están educadas con ideas generalizadas y actitudes prejuiciosas que provocan violencia en cualquiera de sus dimensiones. Por ejemplo, tan solo hay que cuestionarnos cuál es la idea que nos han dicho que debe de ser una mujer y cómo debe de ser un hombre, con ello, para empezar, con esto afirmamos que solo existe un tipo de hombres y mujeres, negamos toda una diversidad sexual. Pero volvamos al punto, que nos dicen como una especie de receta de cómo deben de ser las personas, cómo debemos comportarnos y, peor, cómo debemos tratar a cada persona con base en esa idea generalizada y estandarizada.

Todo esto escala a nivel institucional, pensé que antes de las luchas feministas, las mujeres no teníamos ni voz y mucho menos voto, pero gracias a aquellas mujeres que han alzado la voz, hoy las mujeres no solo podemos votar sino también tenemos el derecho a ser votadas, a ejercer algún cargo público. Estos está legislado, antes era impensable. Por supuesto que estamos en un largo camino por recorrer. Además aún se nos siguen poniendo trabas para que las mujeres accedamos a puestos de poder o cargos públicos. Pero de alguna manera las instituciones y algunos de sus integrantes, poco a poco, han entendido que a todas personas nos deben de tratar con dignidad.

Para tener claro esto, es necesario resaltar que nosotras no tenemos la obligación de cambiar a los hombres para que dejen de ser machistas, pero sí tenemos la responsabilidad social de contribuir a que las sociedades cambien y se nos deje de violentar. Las costumbres, las instituciones y los estados no cambian por sí solos, para que eso ocurra debemos de cambiar y transformarnos todas las personas. Solo así se construyen sociedades distintas y la lucha feminista es crucial para ello.

Foto Canva PRO

 

 

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