¿Saldo blanco?

Una nunca tiene “saldo blanco” cuando atiende a las mujeres, México en eso tampoco puede presumir un día en ceros y menos en tiempos de fut, que va de la mano con el aumento a la violencia machista

por Claudia Espinosa Almaguer

Por Claudia Espinosa Almaguer

Indica la Academia Mexicana de la Lengua de la frase que titula esta columna que no tiene un origen identificado, no obstante, en el argot policíaco significa que no hubo hechos de sangre o muertes respecto de un evento, un operativo o una temporada entera.

Por ejemplo, ahora mismo se desarrolla el mundial de futbol en Qatar, de sendos intereses económicos, muestra de músculo de la fratria masculina, a grado tal que no ha sido relevante ni el número de muertos para construir su infraestructura, ni las violaciones a derechos humanos contra las mujeres ni ninguna otra “minucia” que no sea el gusto patriarcal de verse mutuamente en calzoncillos deportivos pateando una pelota.

En nuestro país pudo verse en varias plazas públicas este interés compartido y al cabo de su salida se ha dicho precisamente esta frase, lo que a duras penas querrá decir que no se madrearon entre ellos. A las mujeres, quién sabe, pero además ni a quien le importe.

Una nunca tiene “saldo blanco” cuando atiende a las mujeres, México en eso tampoco puede presumir un día en ceros y menos en tiempos de fut, que va de la mano con el aumento a la violencia machista. Se sabe de siempre: Si el equipo de un agresor pierde la mujer lo paga. No es culpa del deporte propiamente, sino de la cultura que gira en torno suyo, el exceso de alcohol y de sustancias ilícitas, el pobre control de los varones sobre la expresión de sus emociones sumado a un número no menor de complejos e inseguridades, genera un caldo de cultivo tan común como dañino.

Esta misma perspectiva acerca de la seguridad pública, en donde no se considera como parte del fenómeno las lesiones a la integridad de las mujeres siendo esto “asuntos domésticos”, es decir situaciones que en el imaginario de la autoridad no le corresponden; provee a que tampoco puedan idear de manera coherente estrategias adecuadas para responder a sus ejercicios. Tanto es así que todavía no se entiende que, inclusive si se investigaran de manera tenaz los feminicidios, el Estado ya habría sido incompetente en proteger a las mujeres evitando su brutal asesinato.

México está por concluir un año más de ganar el primer puesto como el país más misógino del continente, acudamos para demostrarlo a la Información sobre violencia contra las mujeres publicado hasta el momento por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública con datos al 31 de octubre de 2022.

En relación a las llamadas de emergencia que se hacen al número 911 en el país, se han registrado 511,588 incidentes de violencia familiar, 221,590 por violencia de pareja, 3060 de violación, 9526 de acoso y hostigamiento, 5,926 de abuso sexual y 287,089 por violencia contra la mujer.

En cuanto a la incidencia delictiva, considerando que en el país apenas de denuncia 1 de cada 10 delitos, las Fiscalías han iniciado 230,030 carpetas de investigación por el delito de violencia familiar, 19,826 de violación, 56,671 de lesiones dolosas y 6327 por homicidio y feminicidio.

Hubo un aumento notorio del 30.8% por delitos de violencia de género en comparación del mismo periodo de 2021, en total 1,070 más y sobre el delito de violencia familiar que es distinto, el aumento fue del 7.3% con 15,748 asuntos más que el año pasado.

Por supuesto para contrarrestar esto no hay dinero, que sigan los espacios dedicados a la atención a la violencia en México destazándose las uñas y poniendo de sus recursos, nosotros queremos ver el partido…

A más ver.

 

Claudia Espinosa Almaguer

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