Sopla las velas

Y tú, ¿Qué persona eres? A quien le encanta cantar feliz cumpleaños, preparar los adornos de la fiesta y echar la casa por la ventana; de los que dicen es un día cualquiera y no sabes que hacer cuando te cantan “las mañanitas”; o, en definitiva, horror total que se acerque la fecha de tu onomástico

por Iris Nayely Cardona Reyes

Por Iris Cardona Reyes
Y tú, ¿Qué persona eres? A quien le encanta cantar feliz cumpleaños, preparar los adornos de la fiesta y echar la casa por la ventana; de los que dicen es un día cualquiera y no sabes que hacer cuando te cantan “las mañanitas”; o, en definitiva, de las que sienten horror total que se acerque la fecha del onomástico.
Aquí te va un poco de historia sobre los cumpleaños. Esta tradición se remonta desde hace más de 3, 000 años a. C., con los egipcios, quienes celebraban la fecha en la que eran coronados y el pueblo les deseaba larga vida, prosperidad en su mandato y que los malos espíritus no los acecharan. Esta costumbre, fue adoptada más adelante en la antigua Grecia, donde cada mes celebraban fiestas de aniversario para sus dioses. También en esta cultura se describe el primer pastel de cumpleaños. Los griegos preparaban una tarta hecha con harina y miel que adornaban con velas encendidas para la fiesta de la diosa Artemisa, que se celebraba el sexto día de cada mes, de acuerdo con los documentos de Filócoro. Esta tradición, poco a poco, se adaptó para festejar el nacimiento de héroes, nobles y aristócratas griegos, pues en esta etapa se mantenía la exclusividad del festejo para hombres.

En México, llegaron en el siglo XVI con los misioneros españoles, quienes descubrieron que los aztecas tenían una fiesta donde llenaban una olla de barro de dulces que rompían para celebrar al dios Huitzilopochtli. Adaptaron esta tradición para evangelizarlos con el significado religioso que ellos conocían. El significado del pastel, las velas y la piñata ha cambiado, pero, de acuerdo con la investigación de Luis Alberto D’aubeterre, la piñata y el pastel son una representación del vientre materno. Ambos son partidos representando el nacimiento y tienen elementos de luz y oscuridad, en el caso del pastel con las velas y en la piñata con el vendaje de los ojos.
Hoy en día, parece que evitamos a toda costa celebrar una fecha que resulta bochornosa para algunos y triste para otros. Nos quitamos años, evadimos abrazos y no sabemos corresponder las palabras que algunos nos dedican. Guardamos tristezas o rencores en esta fecha. Lo trasladamos a un día normal y sin importancia. Otras veces vemos con recelo las redes sociales
y pasando de foto en foto aquellas fiestas deslumbrantes. Cuando lo real es celebrar con nuestra gente y a nuestra manera.
Lo cierto es que cada cumpleaños es un gran momento para agradecer por lo bueno y lo malo; para celebrar la felicidad que dan esos pequeños triunfos y los éxitos después de cada fracaso: la oportunidad para replantearnos cosas y tomar decisiones. Tu cumpleaños es una oportunidad de vida donde reivindicamos la fe de que cosas buenas o no tan buenas pasan y los momentos por difíciles que sean, siempre pasan. Es momento de darle un giro diferente al día donde naciste, pues ese día marca también para qué. No escondas tu edad, enorgullécete de tu experiencia. Siente orgullo por todo lo que has hecho y hasta dónde has llegado. Sopla las velas pidiendo desde tu corazón tus deseos más profundos. Abraza con el alma a tu gente, esa que celebra junto a ti. Vive con orgullo 364 días rumbo al gran día: un cumpleaños lleno de amor, de felicidad y puras cosas buenas. Te lo mereces.
Cada cumpleaños es mágico y sagrado porque es un recordatorio de que estás aquí: siendo acariciada por el aire, besada por el agua, abrigada por el fuego y sostenida por la tierra. Protegida generación por generación de un linaje de mujeres que trenzaron tu cabello y de hombres que te cargaron en los hombros para seguir viendo el horizonte.

La celebración no es por cuanta gente te desea un feliz día o por los regalos que puedas abrir. La celebración es porque estás aquí y con toda tu esencia le has dado mil años de vida a todo aquel a quien le tocas la existencia.
Quiero compartirte que mi historia de vida personal, hago de cualquier día mi cumpleaños: voy a la pastelería cerca de mi casa, compro una rebanada de pastel, me prendo la vela y me canto las mañanitas. Luego voy al centro de mi ciudad, me siento a ver la gente transitar mientras sostengo una paleta en la mano. Visito mis lugares favoritos para comer. Me acerco un poco a la iglesia, más que nada a Dios, a agradecer por ese día en el que soy feliz. Llamo a la gente que quiero y al descansar sobre mi cama, pienso en la maravillosa vida que todos los días construyo. No espero a que nadie me sorprenda, las sorpresas me las doy yo. La celebración la hago de mi para todo aquel que quiera compartir mi vida. Festeja tanta como puedas. Hazlo a tu manera, pero hazlo. Porque hermana, en vida siempre. Las flores que se huelan hoy, tienen mas valía que las que adornan los panteones. No importa si son 19 o 30, es un número a comparación de la maravilla que te espera todos los días. Si hoy es tu cumpleaños te deseo paz en tu corazón, alegría en tus días, templanza en lo difícil y motivos siempre para sonreír. Que los cumplas feliz y que cada oportunidad que la vida te presente para trascender, sea un regalo para valorar lo maravilloso que es vivir. Sopla las velas del pastel y déjate envolver por la magia que tienes, y que cada vela apagada sea un precioso deseo que se haga realidad.
¡Feliz cumpleaños, extraña!

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