Por Mar Grecia Oliva Guerrero
Este domingo se llevó a cabo la marcha por la defensa del INE, instituto encargado de organizar las elecciones en nuestro país y de garantizar que sean los ciudadanos quienes reciban, contabilicen y resguarden los votos y las urnas en las jornadas electorales.
Y es que, el INE, como organismo autónomo que no nació en un día, sino que se fue construyendo a lo largo de tres décadas, se ha consolidado como un verdadero contrapeso al autoritarismo y un freno colegiado a las faltas y excesos que partidos y gobernantes de todas las fuerzas políticas han intentado cometer al calor de la lucha electoral por el poder. El INE se ha convertido, con todas sus fallas y potencialidades, en una institución confiable que ha encontrado mecanismos para depositar en la ciudadanía la legitimidad de las elecciones.
Ahora, con el cuento de que la democracia nos sale muy cara, que las y los consejeros ganan mucho, que los organismos locales son innecesarios y que el INE (y no los tramposos artífices de la política sucia), es el responsable de los fraudes electorales que presuntamente padeció el presidente, su partido oficial busca desmantelar los pilares sobre los que se ha construido con la participación cívica nuestra germinante cultura democrática, la cual, está enmarcada en la celebración insustituible de elecciones libres, auténticas y equilibradas.
Aclaremos que el INE que tenemos hoy, no es la instancia que se encargó de tirar el sistema en 1988, ni tampoco es el mismo instituto a quien se le acusó de manipular actas en la elección de 2006; el actual, fortalecido y modificado de manera amplia tras la reforma de 2014, es el árbitro que ha cuidado los últimos procesos electorales que han resultado ser los de mejor calidad democrática en la historia de nuestro país, siendo que es gracias a uno de ellos, el de 2018, que AMLO pudo convertirse en Presidente por el respeto a la voluntad del pueblo. El INE de ahora, ha tenido el valor de cumplir con sus funciones a pesar de causar la incomodidad y la molestia de aquellos a quien antes no se podía emplazar a respetar la Ley electoral: los gobernantes. Lamentablemente esto, lejos de valorarse como síntoma de fortaleza institucional, ha logrado molestar profundamente al señor Presidente.
Las verdaderas intenciones de quien pretende disminuir al INE para apropiárselo, ya son muy claras. Por eso este domingo, millones de mexicanos con filiaciones políticas muy diversas y hasta con causas sociales antagónicas, marchamos desde 50 ciudades y tres países como ciudadanas y ciudadanos libres, porque sabemos que está en juego nuestra libertad de expresión, nuestro derecho a elegir directamente a nuestros representantes, y sobretodo, porque rechazamos la indeseable regresión autoritaria que cancele lo apenas conseguido en materia democrática. Es cierto que en la marcha estuvieron presentes dirigentes políticos con intereses y personajes de cuestionable actuar público, pero se tiene que reconocer que la prevalencia de la sociedad civil y el corte ciudadano de la protesta estuvieron por encima de cualquier apetito protagónico de los impresentables. Por encima de los múltiples intereses reunidos, la manifestación cívica fue ejemplar y la demanda fue específica: a nadie conviene un árbitro parcial, ni a los políticos de oposición, ni a los afiliados al régimen que conservan la aspiración democrática de ganar elecciones justas, y mucho menos a los ciudadanos que aspiramos a seguir teniendo y mejorar la posibilidad de refrendar o desechar cualquier opción política que no nos funcione, a través del sufragio universal y libre.
Advertimos que la reforma propuesta es desesperada, pues busca allanar la competencia electoral del 24 antes de que en las urnas se haga sentir el voto de castigo ante la administración mas desastrosa que se ha tenido en México en décadas. En la ciudad de México, donde tuve el honor de marchar con la Red de Mujeres Defensoras de la Paridad en Todo, se dejó ver con cinismo la mano oficialista que buscaba desarticular a como diera lugar la marcha cívica; se activó una ficticia contingencia ambiental una noche antes anunciándose el doble no circula vehicular para obstaculizar la movilización en coche, se ralentizó y suspendió por tramos el transporte público que llevaba a la marcha, se suspendió por horas el internet gratuito en espacios públicos aledaños, se desplegó a periodistas pro-régimen que entrevistaban a los manifestantes con el ánimo de atacarlos e intimidarlos y se trató de minimizar la asistencia, entre muchas otras acciones más, sin éxito.
Con todo e insultos, millones marchamos por la dignidad de un pueblo que ya no quiere ser tratado como menor de edad, que quiere ser tomado en cuenta y que se atreve a confesar, por mucho que nos lo reprochen, que no podemos ver el traje de oro transparente que el presidente presume, porque no existe.
En pleno cumpleaños, el presidente recibió un amplio y ruidoso mensaje de su pueblo, un pueblo digno que no olvida los horrores del autoritarismo. Queriéndonos divididos, logró unirnos para defender al INE. La marcha en defensa del INE, fue un gran triunfo ciudadano.
Twitter @mar_grecia
Foto Twitter @ImpudorPolítico
