Por la Mtra. Nuria Gabriela Hernández Abarca
El avance en los mecanismo de prevención de la violencia contra las mujeres pasa irremediablemente por reconocer y nombrar las diversas violencias que viven como una violación grave y sistemática a sus derechos humanos, y en este sentido, los instrumentos internacionales y regionales en la materia, han generado mandatos claros a los países a fin de que se construyan las herramientas necesarias para atender dicha realidad; uno de estos mecanismos es la Alerta de Violencia de Género.
En México, es en el año 2007 que en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, se establece por primera vez el concepto de violencia contra las mujeres, así como sus tipos y modalidades y se incorpora la figura de “alerta de violencia de género”, como una figura clave para reconocer a nivel nacional que se tiene un problema grave de violencia contra las mujeres y que se tienen que activar todos los mecanismos necesarios para poder frenarla y eventualmente erradicarla, pero sobre todo y, ante todo, tiene como finalidad que se VISIBILICE, se NOMBRE y se RECONOZCA la situación de violencia que viven las mujeres en el país.
La Alerta de Violencia de Género es el reconocimiento de un estado de EMERGENCIA en el tema de la violencia contra las mujeres y es también un mandato claro en la ley, para que todos los niveles de gobierno y todas las dependencias, entiendan que la política pública, las leyes y la realidad, se debe de observar desde la perspectiva de género, desde la perspectiva de las víctimas, desde la perspectiva de derechos humanos, y tener claro que sin esta mirada no se podrá generar cambios estructurales que garanticen a las mujeres el cumplimiento irrestricto de sus derechos humanos.
Lo cierto es que, las realidades de violencias, aunque similares no son iguales en los diferentes estados de la República, por lo que las Alertas de violencia de género deberían de ser decretadas atendiendo a las particularidades y realidades de cada región del País y a los diferentes contextos de violencia estructural que rodean a la violencia contra las niñas y mujeres.
Sin embargo, también es importante señalar, que todas las violencias que viven en cualquier territorio las niñas y mujeres atraviesan por tres grandes problemas, su invisibilización, su normalización y su impunidad, tres rubros que las Alerta de Violencia de Género deberán de tomar en cuenta en su rediseño.
Porque desgraciadamente hoy la realidad rebasa cualquier política pública en la materia, hoy los datos son fríos y reveladores, en este país donde desaparecen 9 niñas o mujeres a diario, y más de 11 mujeres son asesinadas todos los días, pareciera que es uno de los temas que menos importa atender.
Por lo anterior, a nivel nacional miles de niñas y mujeres se pronuncian todos los días por decretar esta realidad como una EMERGENCIA NACIONAL, al exigir desde diversos espacios que se emita una Alerta de Violencia de Género a nivel nacional, que además visibilice que en este país hay un luto nacional permanente por las niñas y mujeres que han sido asesinadas, esta Alerta de Violencia de Género Nacional, debe de estar acompañada por un presupuesto suficiente y una metodología creada desde su origen, que visibilice indicadores de seguimiento y cumplimiento de dicha Alerta, y que además, no se preste a la presión y juego político en su revisión, sino que, se constituya como un real semáforo de acciones emprendidas por las diferentes entidades federativas que transparente su quehacer y que dé públicamente a la sociedad, un informe pormenorizado de las acciones que los diferentes espacios públicos realizan para detener esta lamentable realidad, y que además sea un espacio donde confluya la obligación del servicio público con el trabajo arduo y amoroso que realiza la sociedad civil en la prevención y acompañamiento de dichas violencias.
Mientras tanto, en muchos estados de la República las declaratorias de Alerta de Género mandatan acciones concretas para la visibilización de la violencia feminicida; en Michoacán el 27 de junio del 2016 se emitió por parte de la Secretaría de Gobernación la Declaratoria de Procedencia respecto a la solicitud de la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres para el estado de Michoacán y en particular para los siguientes 14 municipios, Morelia, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Zamora, Apatzingán, Zitácuaro, Los Reyes, Pátzcuaro, Tacámbaro, Hidalgo, Huetamo, la Piedad, Sahuayo y Maravatío. En esta declaratoria se señala en su apartado III denominado de las medidas de justicia y reparación numeral 6 que:
“se deberá determinar una medida de reparación simbólica para todas las mujeres que han sido víctimas de feminicidio en el Estado de Michoacán. Para la definición de la reparación simbólica se tomará en cuenta a las organizaciones civiles y familiares de las víctimas”.
Es así que en el mes de marzo del año 2021, como parte de las acciones a atender en el programa de trabajo de la Alerta de Violencia de Género del gobierno, se generó una reunión con familiares de víctimas de feminicidio y diversas colectivas feministas, las cuáles pidieron como parte de las medidas de reparación simbólica la emisión del decreto que hoy mandata institucionalizar el día 3 de noviembre de cada año, como el «Día de Luto Estatal y Conmemoración por todas las Muertes Víctimas de Feminicidio. Este decreto emitido por el poder ejecutivo el día 3 de marzo del año 2021 obliga a observar tres putos muy concretos:
- Instituir el día en el Calendario Oficial Cívico del Estado Libre y Soberano de Michoacán como el Día de Luto Estatal y Conmemoración por todas las Muertes Víctimas de Feminicidio.
- Izar la Bandera Nacional a media asta, en todos los edificios públicos y a las 12:00 pm del día celebrar un minuto de silencio en todas las dependencias Estado.
- Organizar un acto público de reconocimiento cada año en la fecha señalada, al que asistirán representantes de los poderes del Estado.
Y si bien es cierto no se pensó para conmemorar el hecho de que en este país se asesinan a más de 10 mujeres todos los días, si lo es para dejar claro y gritar fuerte que el feminicidio es una realidad que arranca la vida y los sueños de miles de mujeres en todo el país y deja muchas familias en el abandono de manera concreta muchas niñas y niños huérfanos por esta terrible realidad y evidencia que las autoridades han quedado rebasadas por la violencia feminicida.
Solo basta revisar las estadísticas cada mes para recordarnos que las cosas no van bien en el tema de la seguridad para las niñas y mujeres en este país, y que su derecho a vivir una vida libre de violencia es violentado todos los días. Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública nos dicen que en lo que va del año 2022 han sido víctimas de diferentes delitos 91,547 mujeres de las cuales 695 fueron víctimas de feminicidio y 2136 víctimas de homicidio doloso.
Como toda realidad para atenderla, es necesario visibilizarla, nombrarla y aceptarla y estas cifras deberían de despertar la necesidad urgente para decretar en todo el País una Alerta Nacional de violencia de Género y el 3 de noviembre un día de luto en cada estado de la República por todos los feminicidios y homicidios cometidos contra niñas y mujeres en todo el territorio Nacional.
Todas esas muertes de niñas y mujeres que se recuerdan en estas fechas, tienen nombre y origen; se llaman feminicidios y el origen es la misoginia la cual es visibilizada y nombrada todos los días por miles de mujeres en las calles, que exigen que esta realidad pare y que han obligado a la autoridades en muchos casos, a generar acciones que la visibilicen como lo es el mecanismo de alerta de violencia de género, el cual todavía tiene mucho que perfeccionarse, así que mientras esto pasa, todo mi reconocimiento pleno al trabajo que las organizaciones de la sociedad civil y colectivas feministas realizan por nombrar y visibilizar lo que hasta hace poco tiempo era callado y normalizado, la violencia feminicida contra las niñas y las mujeres y obligar a los estados a hacer frente a dicha realidad.
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