Xi Jingping y su tercer mandato

Nuestro país tiene el deber internacional de decidir de qué lado del tablero desea jugar, pues aún con la política de neutralidad, es claro que el gigante asiático está más vivo que nunca y nuestra posición geográfica es punto de interés para una expansión comercial

por Sandra Verónica Rivera Ramírez

Por Verónica Rivera Ramírez

Desde el pasado 16 de octubre y hasta el próximo 22, el Partido Comunista Chino estará celebrando su vigésimo encuentro, en donde más de 2300 participantes habrán de elegir a 200 miembros del Comité central del Partido y éstos, a su vez, a los 25 integrantes del Buró Político y a los de su Comité Permanente; es decir, el gran órgano de toma de decisiones del gigante asiático. Esta situación tiene al resto del mundo expectante a los resultados, pues de continuar bajo la clara tendencia y dando seguimiento a las reformas que hizo Xi Jinping en 2018, el Partido Comunista Chino habrá de darle un tercer mandato de cinco años a éste personaje, dándole así la posición del líder más poderoso del país desde 1970 con Mao Zedong. El discurso de Jinping, fue contundente desde varios retos que, de continuar en su mandato seguirá enfrentando como lo ha hecho los últimos años y que desde el juego internacional puede lograr; el primero, la guerra comercial con Estados Unidos; segundo, la represión en Hong Kong; tercero, los interminables intentos represores con pruebas militares alrededor de la isla de Taiwán; cuarto, las medidas contra las empresas más importantes en el sector privado en las áreas tecnológicas y de fintech y; quinto, pero no por eso menos grave, el claro apoyo a Rusia para la guerra contra Ucrania, que dicho sea de paso, tiene una escalada armamentística cada vez más grave.
Sorprende que durante la primera intervención de Xi Jinping en este Congreso, en su discurso no hubo lugar siquiera para un mínimo reconocimiento del dolor social y económico que ha causado la polémica política “cero covid”, que si bien ha salvado vidas, ha tenido un precio muy alto para la economía china pues ha provocado más cansancio por los confinamientos y las altas restricciones de viaje y traslados internos. Además en su discurso tampoco hubo cabida para posicionarse ante el grave aumento del desempleo juvenil o las crisis de vivienda que están atravesando en aquel país.
La reunificación completa del país debe y será realizada y la renuncia al uso de la fuerza nunca será una opción dijo el actual mandatario ante la situación con la isla de Taiwán, territorio que se ve a sí mismo como país independiente pero que China nunca ha reconocido su independencia y por el contrario, consideran como una provincia china. Esto ante la última visita de la norteamericana Nancy Pelosi a la isla, que Xi Jinping tomó como una provocación extranjera y dijo que en medio de cambios drásticos en la arena internacional, nos mantuvimos fuertes y mostramos un espíritu de lucha para salvaguardar nuestra dignidad y nuestros intereses. Estamos bien posicionados para seguir con nuestro desarrollo y garantizar nuestra seguridad. Ante este panorama, es claro que para países como México y regiones como América Latina en general, China seguirá buscando crear lazos económicos para hacer contrapeso a Estados Unidos en su propia zona del juego y sin duda alguna lo está logrando, pues en este mismo espacio ya hemos hablado del declive que nuestro vecino país del norte ha tenido como líder global. Nuestro país tiene el deber internacional de decidir de qué lado del tablero desea jugar, pues aún con la política de neutralidad, es claro que el gigante asiático está más vivo que nunca y nuestra posición geográfica es punto de interés para una expansión comercial.
Preocupa que Xi Jinping tiene ya un poder inalcanzable y que no es capaz de escuchar a nadie. En Latinoamérica sabemos de esto y conocemos cómo terminan esas historias y por supuesto que las primeras manifestaciones sociales de inconformidad contra el régimen no se han hecho esperar; sin embargo también en el otro lado del mundo existen
las represiones a la libertad de expresión. Así pues, el XX Congreso llega en un momento internacional complejo, agravado por la guerra en territorio ucraniano y una economía cada vez más lenta, no solo servirá para elegir altos cargos y reformar la estructura de la formación, sino que los delegados habrán de establecer las orientaciones ideológicas y políticas del Partido Comunista Chino para el próximo quinquenio.

 

Fotografía vía Twitter.

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