La sororidad es una política de la democracia feminista

La política que llamamos de SORORIDAD, es una política feminista creada para desmontar la misoginia entre mujeres. Ir a combatir la misoginia en todos los espacios donde se encuentre, en las leyes, en los medios, código civiles, en la política, en todos los espacios

por Omega Vázquez Reyes

Por Omega Vázquez 

La sororidad es una política de la democracia feminista y es una política social, es una política- política, es decir, una forma de relación entre mujeres en todos los ámbitos sociales, es también una formación de relación entre mujeres para hacer política desde una perspectiva feminista.

Ello implica mitigar la enemistad entre mujeres. Debemos usar una metodología para encontrar intereses comunes, pues no compartimos necesariamente las necesidades. En todos estos años de pensamiento y filosofía feminista, en la que extraordinarias autoras, sociólogas, filósofas, académicas han hecho un trabajo intelectual importantísimo, les hemos aprendido a repensar el mundo.

Sin embargo, debemos dimensionar las atenuantes, porque no son pocas y definitivamente son poderosas, me refiero a todas las prácticas que la cultura machista y el sistema en el que vivimos han normalizado y naturalizado para nosotras; una de ellas es provocar la competencia insana y la enemistad entre mujeres.

Todavía en este tiempo, en cada conferencia, en cada charla y capacitación que imparto, hay cuando menos, una persona que me pregunta “ por qué la peor enemiga de una mujer es otra mujer”.

Es que esta frase está instalada en nuestro cerebro y por supuesto se convierte en un mandato inconsciente que obedecemos, unas más y otras menos pero alguna vez en la vida, seguramente o cada vez que tenemos oportunidad.

Marcela Lagarde, ha mencionado algunas estrategias para mitigar la enemistad entre mujeres; aprender a trabajar en redes implica identificar intereses comunes, también desaprender el mandato de buscar siempre una culpable, no importa la situación social, siempre hay alguien que señalará a cualquier mujer en cuestión, la culpable. Esto debe ser erradicado.

Mitigar la enemistad entre mujeres. Lograr que las mujeres coincidan, concuerden, articulen, para ello hay que buscar los “intereses comunes”.

Intereses comunes por el feminismo. Hay necesidades comunes, no necesariamente compartidos, donde no sabemos las mujeres de un lugar que hay otras que están viviendo en las mismas -necesidades -carencias- y daños.

I d e n t i f i c a r

•Necesidades

•Carencias (grado de privación de las mujeres en su mundo)

•Daños (producidos por la condición política de género)

Uno de esos intereses comunes es la “violencia de género” la violencia contra las mujeres ya sea en situación de paso en situación de guerra, la democracia o en la dictadura.

Compartir una mirada con respecto a las gafas violeta. Es un enfoque filosófico para abordar el mundo.

Ejemplos de lo que debemos desmontar; cuando algún menor sufre un accidente, un abuso, rebeldía, comete un delito, cualquier situación negativa, inmediatamente alguien preguntará, ¿dónde estaba la madre? (nunca preguntan por el padre).

Cuando alguna víctima de violencia sexual denuncia, siempre hay un dejo de duda, siempre habrá alguna persona que conoce a alguien que mintió en su declaración para afectar a un pobre hombre, si lo hace muy pronto, genera duda, si tarda en denunciar, se preguntarán porque hasta ahora y no antes. <Si es de un familiar y la madre apoya, se preguntará si no hay un deseo oculto de afectar el prestigio de el hombre abusador> Las redes sociales son un perfecto ejemplo de lo que escribo.

Algunas comunicadoras nos hemos dado a la tarea de vigilar publicaciones en medios de comunicación digitales y los comentarios son una colección de misoginia y victimización, ahí podemos leer y medir el nivel de ignorancia y programación machista en nuestra cultura.

Mujeres y hombres por igual encarnan y difunden esta cultura machista. Otro gran obstáculo para mitigar la enemistad entre mujeres es el juicio, el prejuicio, la culpa y la vergüenza.

A lo largo de diferentes generaciones el sistema machista ha encomendado a las mujeres la no honrosa tarea de controlar, limitar y juzgar a otras mujeres, asegurándose de imponer un solo modelo de ser mujer, que cumpla con los estereotipos y mandatos de su misión, obediencia, sencillez, cuidados y única responsabilidad del bienestar de la familia.

Ahí nació incluso un ataque a la causa: conforme participamos nos atacan más; en antropología se le llama ESTIGMA,  impulsados por los medios de comunicación que son cada vez más hostiles. Uno de esos estigmas es que somos irracionales, incomprensibles que no sabemos lo que queremos.

El estigma se diseña para marginar a excluir nuestra visión y pensamiento, definidas como locas, para no reconocernos en igualdad.

El estigma de la locura hace siglos, y hoy el estigma de las feministas. Así el mundo nos mira de forma despectiva con odio con miedo, con misoginia. <Odio>.

La política que llamamos de SORORIDAD, es una política feminista creada para desmontar la misoginia entre mujeres. Ir a combatir la misoginia en todos los espacios donde se encuentre, en las leyes, en los medios, código civiles, en la política, en todos los espacios.

La misoginia no es espontánea, es decidida. Este mundo se ha planteado la paridad, el respeto a la dignidad de las mujeres reconocida por la cumbre de Viena 1993- ahí se reconoce por primera vez en la historia reciente de occidente.

En el mundo contemporáneo la mayor parte de las mujeres -no coincidimos- con los preceptos morales “aceptados”, todas somos “transgresoras”. ahí las fuerzas patriarcales encuentran justificación para atentar e irrespetar la dignidad de las mujeres.

Esa es la forma de hacerlo, no es sencilla y requiere desmontar siglos de entrenamiento y aleccionamiento moral construidos desde los propios intereses de cúpulas de hombres blancos, heterosexuales, occidentales, ricos y poderosos. Sin embargo, cada vez más mujeres organizadas estamos en esta ruta, además tenemos importantes aliados y nos estamos convirtiendo en una poderosa fuerza social y política, donde todas son bienvenidas y reconocidas.

Abrazo Sororo, desde la tinta fresca de estas publicaciones, déjame saber qué piensas, escríbeme en mis redes sociales.

 

Ilustración de Mar Barragán

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