Por La Costilla Rota
Rayma Suprani, mujer caricaturista latinoamericana, mejor conocida sencillamente como Rayma, nació en Caracas, Venezuela, hace 53 años pero desde hace 6, vive en Miami, en los Estados Unidos tras ser perseguida por el régimen autoritario de su país natal.
En entrevista exclusiva para La Costilla Rota, Rayma nos contó que en su entrañable Venezuela, fue una niña que creció anhelando dibujar primero las paredes de su casa y después encontrando una pared infinita en donde expresarse a través de su vocación de periodista y caricaturista política. Su primer sueño cumplido, nos dijo, se materializó cuando una de sus caricaturas fue publicada en un periódico de circulación nacional, multiplicándose la experiencia hasta convertirse en un referente por su talento para explicar con arte los sucesos históricos y políticos del día a día. Fue hasta su exilio que, Rayma, vivió en carne propia las implicaciones del proceso de migración forzosa que miles de venezolanos han enfrentado en la última década. Inevitablemente, su caricatura política, inteligente, emotiva y única, viró a expresar la propia experiencia que, como inmigrante, ha cambiado la vida de su autora. En esta exposición “Yo, Inmigrante”, Rayma le habla a México y a los migrantes venezolanos que han encontrado en este país un nuevo comienzo pero en un sentir que no renuncia a la distante patria que se llevará por siempre en el lenguaje, las tradiciones y el corazón.
Yo, Inmigrante, es una exposición de dibujos que trata de contar el proceso psicológico y emocional de la migración y de la diáspora venezolana por el mundo.
México, es un país surrealista, nos afirma, Rayma. Sin embargo, los venezolanos, dice, tienen muchos hilos que les unen con México, “nuestros padres se enamoraron escuchando rancheras, crecimos nosotros viendo programas de televisión, los artistas, la gastronomía y el cine mexicano”. La cultura y la forma festiva que se tiene en México de celebrar la vida y la muerte, le parecen a Rayma, algo fascinante que para ella, tiene mucho que ver con el tema de la migración, por lo que, justamente, escogió este elemento como uno de los principales hilos conductores para desarrollar la magia que da vida a su “Yo, Inmigrante”.
Así, Rayma nos cuenta como la exposición ilustra la experiencia migratoria del “Yo”, que empieza desde que tomamos la maleta y decimos “nos vamos”, es un volver a nacer, nos cuenta; hay una metamorfosis kafkiana porque ya no se vuelve a ser el mismo una vez que se es inmigrante. La migración, argumenta, es una consecuencia de las malas políticas de los países, por lo que la exposición es una montaña rusa de emociones que nos invita a mirarnos y cuestionar nuestro sitio frente a este fenómeno humano.
Rayma, como una profesional que ha triunfado en un área que ha sido reservada durante toda su existencia casi exclusivamente para hombres, también nos narra que al igual que en otras áreas, las mujeres caricaturistas se han tenido que enfrentar a desventajas históricas. “Nuestras abuelas tenían que tener un marido para existir y si mi abuela hubiera decidido andar en una moto o ser caricaturista, la hubieran encerrado en un manicomio y la hubieran decretado como una loca”, reflexionó. Por eso, continuó, la importancia de que las mujeres sigan conquistando espacios y que las ideas sobre nuestro papel en todos los ámbitos de la sociedad sigan evolucionando para que las limitaciones de antes no excluyan a las mujeres de hoy. No se puede contar la historia solo desde el lado de lo masculino, falta nuestra versión y esa tiene que ser contada por las mujeres, por eso, también este trabajo involucra identidad e involucra saber quienes somos, explicó.
En ese trayecto, Rayma, ha tenido que luchar para defender su derecho a ejercer la libertad de expresión, consolidándose como una reconocida activista por los derechos humanos y nos cuenta que, una vez que se es perseguida por expresarse es cuando realmente se entiende la importancia que tiene esa columna vertebral (los derechos humanos) en la sociedad frente a la daga del autoritarismo que trata de imponerse en distintas partes del mundo. A su exilio en Estados Unidos, muchas personas creyeron que los trazos de Rayma iban a cambiar, pero ella se mantuvo crítica incluso con el régimen norteamericano al que le dedicó su primera exposición en Miami, denominada “El amor en los tiempos de Trump”. Para ella, el trabajo de la caricatura es despojarnos de todos nuestros tabúes personales para poderle dar paso a la hoja en blanco que se va llenando con las cosas que uno va descubriendo, que uno puede denunciar y develar: “cuando te tapas un ojo y no quieres ver ciertos temas, es mejor dejar el oficio y dedicarte a otra cosa, porque pierde el sentido”, aseveró.
Con este mensaje combativo, Rayma invita a todas y todos quienes deseen conocer su trabajo, en especial a los venezolanos radicados en México y a los mexicanos que, dijo, llenan de amor a todos los que llegan haciéndolos sentir en casa, pues es para ellas y ellos esta valiente, emotiva y colorida exposición.
La imperdible, Yo Inmigrante: México, de Rayma, es traída a México gracias a la Galería BAG, encabezada por su directora general, Belkys Guerrero, siendo encargada especial de este proyecto la también experta en arte, Paulina Pedrique. Las obras estarán expuestas y disponibles para su venta a todo el público hasta el 22 de Octubre en la calle Joaquín García Icazbalceta #39 de la Colonia San Rafael, con entrada gratis de 5 pm a 9.pm.
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Agradecimientos especiales para Mar Barragán, caricaturista mexicana de gran trayectoria que hizo posible nuestro encuentro con Rayma y la realización de la presente entrevista.