Yo lo viví

La violencia emocional, también conocida como abuso mental o psicológico, es un abuso invisible

por Norma Zamora

Hablar de nuestra salud mental puede ser muy difícil, pero procurarla también es amor propio”.

Cuando eres mujer, feminista, profesionista, política, madre, estudiante y además autosuficiente económicamente crees que puedes controlarlo todo, sobre todo las relaciones personales. Desde que recuerdo siempre me han dicho que soy valiente, atrevida, guerrera, inteligente, sincera, que me admiran, que inspiro, que cuando hablan o conviven conmigo hago que se les olviden sus problemas, que me veo feliz y que siempre proyecto una hermosa sonrisa.

¿Pero qué sucede cuando escuchar estas palabras no te hace sentido, cuándo crees que no eres nada de lo que dicen, cuándo no te sientes linda al verte al espejo, cuándo dejas de acudir a reuniones sociales o con amigas y amigos al creer que te rechazan, cuándo sientes miedo de tomar decisiones, cuándo crees que le debes lo que eres a otra persona y cuándo lo que haces es llorar y esconderte detrás de una computadora todo el tiempo?. Así me sentí yo.

La violencia emocional, también conocida como abuso mental o psicológico, es un abuso invisible. Puede darse en múltiples formas, por ejemplo: la indiferencia, la utilización de juegos mentales, la ironía, el atemorizar, amenazar, aislar, explotar, insultar, ignorar, humillar y ridiculizar, entre otras. Cuando te encuentras en una relación de abuso emocional, quien abusa lo que logra es atacar tu autoestima, haciéndote sentir inferior y dañándote psicológicamente. Te manipula, al grado de llegar a dañar también tu salud física.

Quien abusa llega a asegurar que estás loca, que eres exagerada e intensa, que mientes e imaginas hechos que no ocurrieron u ocurrieron de manera diferente,  y te hace responsable de su maltrato recordándoteconstantemente “tus errores”. Se distancia de ti afectivamente actuando de manera indiferente, usando falsas excusas e ignorando tus necesidades emocionales, te oculta como si no mantuvieran una relación a pesar de que en la intimidad te expresa su compromiso. De tal manera que comienzas a perder la confianza en tu juicio y en ti misma, te confunde y logra que pongas en duda tu cordura.

Este abuso es muy difícil que lo detectes, ya que suele estar  disfrazado como expresiones de amor aprovechando el cariño que tú sientes por el abusador, sabe cómo comportarse, posee una gran capacidad de seducción y su verdadero yo puede tardar un tiempo en aparecer, a medida que la confianza contigo aumenta comienza a mostrar su comportamiento destructivo. Suele ser siempre amable y encantador con la mayoría de las personas, pero normalmente tiene normalizado el ejercer este abuso contigo.

Descarga intensamente su baja tolerancia a la frustración sobre ti (casi siempre en privado), se irrita con facilidad, se comporta de acuerdo con sus intereses, te incomoda, te provoca miedo, te chantajea, cualquier opinión o crítica que hagas la percibe como un ataque a su identidad, sin plantearse siquiera la posibilidad de que tu aportación pueda ser constructiva, y además, te culpa de todo en lo que le va mal, sobre todo en lo económico.

Son expertos en pedirte perdón pero, en realidad, no se arrepienten. Lo que hacen es realizar falsas promesas, te hacen soñar con viajes, con proyectos y con un futuro prometedor en pareja, por lo que evidentemente no son honestos, son especialistas en mentirte, y suelen adoptar el rol de víctima para justificar sus acciones y para continuar con los beneficios que obtienen de nosotras.

Quienes hemos vivido este tipo de abuso generalmente se nos considera personas seguras e inteligentes, nos es muy difícil aceptarlo, al punto de negárnoslo a nosotras mismas y ante todo a las demás personas, ya que llegamos a pensar que es mejor no decir nada. Buscamos justificar el comportamiento del agresor y continuar manteniendola farsa de que todo está bien, apoyándolo económicamente y con el uso de tus cosas haciendo pensar a las demás personas que son suyas.

¿Y sabes por qué nos quedamos calladas, vivimos con vergüenza, nos sentimos solas, débiles e indefensas y cuestionándonos constantemente el hecho de no haberlo podido evitar?, simplemente por la absurda idea de no ser señaladas y juzgadas.

¿Cómo identifiqué lo que estaba viviendo?, comencé a acudir a consulta psicológica al sentirme deprimida, con estrés y ansiedad, fue durante este proceso terapéutico que me fue posible reaccionar. Aún tengo un arduo trabajo para liberarme, para recuperar mi autoestima y para lograr mantener un equilibrio emocional. Pero sé que no estoy sola, mi red de apoyo me acompaña en este proceso.

Foto de Engin Akyurt de Pexels: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-vestida-con-camisola-negra-3356489/

Loading

Comenta con Facebook

También te podría interesar

Todo el contenido de La Costilla Rota® es público y puede ser reproducido sin fines de lucro 

con el debito crédito. Para mayor información y contratación de publicidad, contáctenos: lacostillarotaoficial@gmail.com

Ir al contenido