El amor en los tiempos de las redes sociales

Aquelarre ecléctico

por Inés Torres

Por Inés Torres.

Hace unas semanas, la noticia del juicio de los actores Amber Heard y Johnny Depp recorrió el mundo entero a la velocidad de la luz. Elegimos el #TeamAmber o el #TeamDepp según lo que nuestra propia experiencia y conocimiento en los temas de: relaciones amorosas, fama, matrimonio / divorcio, así como leyes estadounidenses, nos sugería.

En la mayoría de las redes sociales, encontrabas información de lo que estaba sucediendo, minuto a minuto. Los memes y videos de lo sucedido durante el juicio apoyaban al actor que daba vida a Jack Sparrow y menospreciaban el testimonio de la actriz. Estábamos al tanto de lo que sucedía día tras día, como si fuera la telenovela que veíamos en la adolescencia. Era el tema o, tal vez, la burla del momento.

Vayamos por partes. Todo inició cuando Heard solicitó el divorcio a Depp y pidió una orden de restricción, ya que con su adicción al alcohol y a las drogas, la había golpeado en repetidas ocasiones. Por supuesto el actor perdió muchos contratos laborales en películas, por lo que unos meses más tarde, llegaron a un acuerdo de divorcio por la cantidad de 7 millones de dólares, monto que la actriz donaría a beneficencia (y no ocurrió).

Unos años después, en diciembre de 2018 para ser exactos, Amber escribió un artículo de opinión en el Washington Post. En este relataba la situación que enfrentan las mujeres que viven violencia doméstica y lo difícil que fue recibir toda la ira de la cultura en la que vivimos, al hablar de la violencia sexual que sufrió. Aunque nunca nombró a Johnny, no había dudas que lo que narró fue sobre su matrimonio con el actor.

En este 2022, Johnny Depp inició una demanda a su ex esposa por difamación, justamente por el artículo anteriormente citado y a su vez, Amber Heard lo contra demandó por declaraciones que dio la abogada del actor en contra de la actriz. Lo interesante de esto es que el juicio se movió al estado de Virginia, porque ahí está vigente la ley anti-slapp.

Esta ley está tomando mucha fuerza globalmente hablando y créanme, es realmente preocupante. A grandes rasgos, si te enteras que alguien va a decir o escribir algo sobre ti, te amparas por medio de esta ley, y de esta forma silencias e intimidas a la otra parte. Así que no puedes publicar ni decir nada de la otra persona porque te verás afectado legalmente; es decir, el juicio no fue por un tema de violencia doméstica, el hilo principal de todo esto fue la supuesta difamación de ambas partes y el tratar de callar al otro.

Otro punto importante a rescatar dentro del juicio, son las pruebas presentadas en la corte por Amber Heard y que pasaron “desapercibidas” y que actualmente conocemos como las famosas red flags o banderas rojas que deberíamos tomar en cuenta cuando una relación sentimental no llevará a nada bueno.

Empecemos con los audios que Johnny Depp le mandaba a su entonces esposa con palabras violentas referentes a los celos que le provocaba que ella trabajara, incluso en dichos audios aseveraba que ella sabía “cómo se ponía de celoso y loco”.

También se presentaron imágenes en las que se muestra como el actor destruyó fotografías de ella con sus amigos así como ropa y zapatos porque “le estaba reacomodando el clóset”, a lo que el actor admitió que hacía eso cuando se enojaba, había bebido o estaba bajo la influencia de alguna sustancia.

En la boda de los actores, Depp “bromeó” con que “ya podía golpearla sin que nadie dijera nada”. En mensajes de texto le escribió a un amigo: “Quememos a Amber” y bromearon con primero ahogarla y después quemarla. Asimismo, en otro texto, dijo que quería matarla y abusar de su cadáver para después quemarla para asegurarse de que estaba muerta. Si esto fuera poco, se mostró otro mensaje que decía que esperaba que un día encontraran su cuerpo (el de Amber) pudriéndose en la cajuela de un Honda Civic.

Finalmente y como el clásico hombre violento, cada que hacía cosas agresivas, mandaba mensajes pidiéndole perdón a Heard diciendo que la amaba y que no lo iba a volver a hacer. ¿Te suena familiar? Lamentablemente sé que sí porque much@s conocemos a alguien que estuvo o está en una relación así.

Siguiendo con lo del juicio, hay un detalle que me parece muy relevante, el jurado estuvo conformado por siete personas: cinco hombres y dos mujeres. Si era un juicio tan mediático, ¿por qué tenían un jurado tan desequilibrado? La lógica dictaría una igualdad entre hombres y mujeres dentro de los que decidirían si había o no difamación entre dos personas que tuvieron una relación amorosa.

Además, en días recientes Amber Heard apeló que uno de los jurados era “falso” ya que su edad no correspondía a la señalada en los documentos que había presentado (se presentó el hijo y no el padre). La jueza aceptó que hubo un error, sin embargo, explicó que la defensa debió haber presentado la objeción mucho antes, y que, en todo caso, esto no percibe ningún intento de fraude, por lo que no hay motivos suficientes para anular la sentencia o repetir el juicio.

Ahora bien, la misión de dicho jurado era determinar si creían que tres frases escritas por Amber en el artículo de opinión del Washington Post se referían a su matrimonio con Johnny Depp y si estas afirmaciones eran falsas o verdaderas. Si deliberaban que esos enunciados eran falsos, tenían que decidir si consideraban que cada uno de ellos difamaban al actor y si la actriz las escribió con la intención de desprestigiar a su ex marido.
Las tres frases eran: «Hablé contra la violencia sexual y me enfrenté a la ira de nuestra cultura”, «Hace dos años, me convertí en una figura pública que representa el abuso doméstico, y sentí toda la fuerza de la ira de nuestra cultura”, «Tuve el raro punto de vista de ver, en tiempo real, cómo las instituciones protegen a los hombres acusados de abuso”.

Es claro que habla del juicio de divorcio con Johnny Depp y sobre lo que sufrió tras la carga mediática de la situación aunado con las redes sociales, sin embargo, el tema a tratar, lastimosamente, no es sobre la violencia doméstica, sino la difamación. Como figuras públicas, la parte femenina deseaba visibilizar la cultura que tenemos de violentar a las mujeres que alzan la voz, que se atreven a denunciar y por el lado masculino, estaba, tal como lo dijo Depp: “su obsesión por la verdad” y por qué no, limpiar su nombre para seguir trabajando “sin manchas en el expediente”.

La sentencia consideró que ambos se difamaron, sin embargo, el jurado concluyó que el maltrato que denunció la actriz era falso, por lo que Heard debe pagarle a su ex marido 15 millones de dólares mientras que Depp 2 millones.

Lo alarmante de esta decisión, es que los del #TeamDepp vieron esto como el ajuste de cuentas del “hombre alfa” al movimiento #MeToo de mujeres violentadas en la industria del entretenimiento, además de un avance para todos los hombres con la reivindicación del actor como víctima de acoso emocional. Para el #TeamAmber, sin duda, fue un retroceso en la campaña contra el abuso y violencia doméstica. Sin mencionar el acoso exorbitante en redes sociales para la actriz.

Las ironías de la vida llevaron a que Camille Vásquez, abogada de Johnny Depp, fuera quien se llevara los reflectores durante el juicio (y un valioso ascenso como socia de la firma Brown Rudnick) por su talento, inteligencia y audacia en los interrogatorios y, en general, durante las seis semanas que duró el juicio. Estoy segura que sin ella, tal vez el veredicto final no hubiera sido tan catastrófico para la actriz.

Lo más importante de todo lo que escribí y que quiero dejar por sentado, es que no debemos olvidar que una pareja tóxica es de dos y que ambos tienen parte de la culpa y de los daños físicos y psicológicos que dejan a su paso. Es muy difícil salir de relaciones destructivas (más no imposible) porque llevan una dependencia emocional muy fuerte. El amor no debe doler, no debe lastimar, no debe dar sufrimiento. Ellos son famosos y muy mediáticos, pero siguen siendo humanos, como nosotros. Nos deseo que el amor en los tiempos de las redes sociales, nos hagan tener amor propio para poder observar con objetividad las “red flags”.

 

Foto de Harald Krichel de Creative Commons

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