Por Stephanye Reyes Dicen que una puede volverse santa o demonia en la boca de otras personas.…
Mi nombre es Stephanye Reyes, pero la vida y las amistades me rebautizaron como "Bruja Amapola. Soy una mujer a la que el feminismo le devolvió el goce de serlo, porque en una sociedad tan patriarcal como la mexicana, yo me vivía con muchos complejos hasta que una marea violeta inundó mi existencia y descubrí que ser mujer no es sinónimo de penuria o castigo. Estudié periodismo buscando darle cauce al río de letras que rodaban en mi mente y ahí descubrí que la fotografía no era un hobbie en mi vida ni un gusto inalcanzable. Encontré en mis ojos una herramienta más para gritarle al mundo lo que siento, lo que pienso y lo que veo para así extender mis territorias de expresión. He tomado diversos talleres de fotoperiodismo y fotografía para complementar la pincelada de conocimiento que obtuve en la escuela. Soy madre de dos niños que están creciendo libres y lo más alejados posible del machismo recalcitrante que tanto tiempo me dijo que tenía que hacer. Rescato animales en situación de calle y ello me llevó a posicionarme desde el veganismo para ser congruente en lo que hago, pienso y digo. Es importante hablar de libertades omitiendo ser opresores de otras y por tanto, cuestionar lo que llevamos a nuestra boca en forma de alimento. Sigo en búsqueda de más conocimiento que me permita seguir tejiendo redes con más mujeres desde el aprendizaje, el reconocimiento y la ternura radical. Busco que mi trabajo permita generar espejos con otras mujeres para que, a través del reflejo de situaciones, se sientan identificadas y eso las invité a crear nuevos espacios para si mismas.
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En México, existen 30 millones de madres maternando solas. No, no son «madres solteras» porque la…
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