Porque estaba sola, porque estaba borracha, por como vestía, por el lugar donde estaba, por el lugar al que fue, porque los provocó etc, esos y otra cantidad mas de discursos, son los discursos que escuchamos cuando hablamos de casos de violencia hacia las mujeres. Parece ser que la sociedad castigadora y el poder inquisidor de las instituciones, lejos de buscar justicia, buscan justificar los actos de violencia, los cuales muchos terminan en feminicidios, feminicidios que quedarán impunes, como miles de casos que hay en México.
La violencia contra las mujeres, en todos los ámbitos y todos sus matices, está tan normalizada, que en vez de buscar al hombre que secuestró, golpeó, violó y mató a una niña de 18 años, se busca culpar a las amigas, como el reciente caso de Debanhi Escobar. Las amigas cargaran con la culpa y con el odio social al que se les expuso, y la culpa también viene acompañada del linchamiento mediático y social, que por cierto, es muy bien explotado por los medios de comunicación, los cuales en su afán de causar morbo, terminan causando daños ( en todos los sentidos), daños irreparables, ahí están las amigas de Debanhi, las “malas amigas” que la dejaron sola y por eso hoy viven amenazadas de muerte, sin ser responsables de lo sucedido, mientras que en las fiscalías “no saben y no encuentran” al feminicida, ¿raro en México no?
De los feminicidas no se cuestiona nada. Si estudiaba, si tenia buenas calificaciones, si salía a fiestas, si tomaba, si fumaba o si se drogaba. No se expone la vida privada del feminicida ni de su familia. Lo contrario a lo que ocurre con la víctimas de feminicidio y sus familias que emprenden la búsqueda de justicia, misma búsqueda donde las instituciones involucradas buscan deslegitimar a toda costa su digna rabia a través de todas las formas posibles; parece ser que su apuesta es la revictimización para la justificación: ¿por qué culpar a la víctima para proteger al feminicida?.
Siguiendo con el caso de Debanhi, a parte de lo que ya sabemos sobre la vida privada de la víctima, gracias a los fríos cuestionamientos que le hizo una reportera al padre, también sabemos de su situación de paternidad. ¿Si el hombre que conocemos como padre de Debanhi no es el padre biológico, no puede pedir justicia por ella?.
Estamos en un país tan machista, que cree que la procreación es la base de la familia y que los únicos hijos e hijas verdaderos son los hijos e hijas biológic@s. Es así como del lado del discurso del “deber ser” y de la “ moralidad “también golpetean, porque a Debanhi la acusan de mala copa, de estar muy bebida, de haber golpeado a un tipo y hasta de ser Scort, y como una señorita no hace nada de eso, pues entonces “seguramente andaba en malos pasos”, y si andaba en malos pasos, “que pena para la familia “ ¿Cómo va a quedar Debanhi y su familia ante la sociedad si andaba en malos pasos y la fiscalía sigue investigando? pero nadie se pregunta si Debanhi estaba bien, nadie se pregunta porque golpeo a un joven, si se fue de la fiesta por algún problema etc. Culpan a la víctima, pero nadie sabe si estaba bien, en todos los sentidos. A los familiares les hacen creer que la culpable fue la víctima, y en algunos casos es tanta la presión de un sistema tan bien estructurado, que al final terminan creyendo y aceptando sus condiciones. Espero que no sea el caso de Debanhi, donde hasta el momento la narrativa de la fiscalía es que entro al hotel sola, sin dejar de mencionar que cuando decían la palabra SOLA, hasta el tono de voz subían, igual que algunos medios de comunicación. Eso me sonó algo así como: “ ella solita fue a buscar su muerte”, “ ella sola se lo buscó”, y otros discursos de odio que no ven en realidad la raíz de la violencia. Se siguen quemando y matando brujas de manera literal y no literal, y todos protegidos por las instituciones, hasta las que dicen estar a favor de las mujeres.
¿Que las fiscalías están en carencia? Mejor dicho, las fiscalías están coludidas.
Foto: Dessinformemos.org
