Por Socorro Soto Alanís

Una de las mejores escritoras contemporáneas que tenemos en México es Cristina Rivera Garza, de Matamoros, Tamaulipas. Su narrativa aborda temas sensibles, dolorosos y muy fuertes acerca de la sociedad mexicana. La lectura de su obra creativa nos atrapa, nos seduce, nos duele y hay que dejar el libro para tomar aire, cerrar los ojos y suponer que se trata de ficción. Pero no, la autora nos conmueve y lloramos con ella, con ellas, con las víctimas de la violencia machista en México y por los terribles feminicidios que suceden en este país.

Acaba de recibir el Premio Pulitzer, de gran prestigio y muy cotizado, otorgado por la Universidad de Columbia de la ciudad de Nueva York por su gran novela «El invencible verano de Liliana», en él la autora nos narra el feminicidio de su hermana Liliana, ocurrido en 1990 en la Ciudad de México, el asesino, su novio, huyó y como sucede en este país, nunca pagó por su cri-men.

Liliana era una estudiante de arquitectu-ra, brillante, deportis-ta, alta y hermosa. La relación tóxica con un novio que la espiaba y celaba se deterioró a tal grado que Liliana decidió terminar con el en varias ocasiones. El tipo no lo aceptaba y no la dejaba en paz. Cuando finalmente se dio cuenta que la muchacha ya no iba a volver, decide asesinarla. La estrangula en su propio cuarto y huye.

Muchos años después, tras el inmenso dolor de perder a su hermana en esas condiciones, la autora buscó el expediente, las libretas de su her-mana, los libros y nos narra el proceso violento y desgarrador que sufrió Liliana ante un macho alfa mexicano y el terror al que fue sometida.

El año pasado se denunciaron 968 casos de fe-minicidio en México, tres asesinatos por día. La escalofriante situación no conmueve a los responsables de otorgar seguridad y a los femini-cidas no los alcanza la justicia. La autora escri-be: «Liliana careció, como todos los demás, del lenguaje necesario para identificar, denunciar y luchar contra la violencia sexista y el terrorismo de pareja que caracteriza a tantas relaciones pa-triarcales». Un libro conmovedor.

En su libro «Autobiografía del algodón» nos narra al norte a esos hombres y mujeres, héroes anónimos, que hace más de cien años se dieron a la tarea de poblar la frontera entre México y Estados Unidos, de sembrar, construir y levantar una región próspera gracias al cultivo del algo-dón. «Acá donde la tierra y el cielo se persiguen en el horizonte. En 1888 llegaron el tren y el telégrafo, casi al mismo tiempo. La huella nos recuerda nuestra calidad de huéspe-des, y nuestra calidad de usurpadores. La tierra del algodón es ahora la tierra de la sangre y la tortura», nos dice la autora.

Otro de sus libros es «Nadie me verá llorar», se basa en las cartas y expedientes de los pacientes del hospital siquiátrico de la Ciudad de México La Castañeda, otra narración tremenda, con los testimonios encontrados en el archivo del manicomio realizó su tesis de doctorado.

Rivera Garza pasó su infancia en el norte, en Matamoros y después en Monterrey, en donde su papá logró una beca como ingeniero agrónomo en el Tec de Monterrey. Estudió sociología en la UNAM y en la Universidad de Houston en el Colegio de Artes Liberales y Ciencias Sociales. Tiene en su haber el Premio Xavier Vi-llaurrutia, el Premio Sor Juana Inés de la Cruz y obtuvo la beca Mac Arthur Fellowship. Es miembro del Colegio Nacional, su obra está traducida al inglés, italiano, alemán, francés y esloveno.

Al recibir este año el Premio Pulitzer, declaró:

«Que las familias que han perdido mujeres debido a la violencia de género se sientan abrazadas por este reconocimiento».

@cocosoto

 

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