Un bebé con huella digital

En la actualidad la crianza está íntimamente ligada al uso de la tecnología y por ende de las redes sociales, capturar momentos únicos de nuestros seres amados está a un segundo de distancia y subirla a internet a otro segundo más.

por Gabriela Mayorga

Por Gabriela Mayorga

Nadia es una niña que aún no nace, pero ya tiene fotos de su ecografía en Facebook, aún no cumple un año y ya tiene decenas de imágenes en Instagram y hasta videos con filtros de Tik Tok, sus momentos más íntimos ya están por todas las redes sociales y cualquiera puede tener acceso a ellos. ¿Hay algún riesgo en esto?

En la actualidad la crianza está íntimamente ligada al uso de la tecnología y por ende de las redes sociales, capturar momentos únicos de nuestros seres amados está a un segundo de distancia y subirla a internet a otro segundo más.

En 2016 la empresa británica Nominet, realizó un estudio en que encontró que los padres publicaban un estimado de 300 fotografías al año de sus hijos, casi una diaria, siendo Facebook la plataforma más usada, con un 54%, seguida por Instagram, con un 16%, y Twitter, con un 12%, de acuerdo con lo anterior en los primeros diez años de vida de un niño ya tendrá alrededor de 3 mil imágenes suyas en redes, cabe recalcar que hace ocho años no existía el boom de tik tok, en el que editar un video y colocarse un filtro está a un clic, por lo que un dato interesante sería saber cuántas fotografías se difunden con está nueva red sociodigital.

Para explicar este fenómeno The Wall Street Journal inventó el término Sharenting el cual viene de share (compartir) y parenting (crianza) y refiere a la actividad de documentar y compartir irreflexivamente de manera digital el crecimiento de los niños en redes sociales ¿Con qué riesgos nos enfrentamos al subir deliberadamente contenido de un menor?

En términos de comunicación/marketing, estás creando una huella digital a alguien que todavía ni puede hablar, la huella es el rastro de datos que se deja al navegar en internet, la mayoría de nosotros al tener nuestra infancia sin acceso a redes creamos de manera activa la huella, a diferencia de los bebés y niños de las últimas décadas, quienes no eligen que se sube de ellos. De acuerdo con Fernanda Navarrete, pedagoga por la UNAM, el no tener filtro para subir el contenido de menores a internet puede derivar en tener consecuencias extremas como el robo/secuestro, robo de identidad, extorsión y hasta presión social del infante, ya que las personas tienen acceso desmedido a su vida.

No podemos tapar el sol con un dedo y excluir a los niños del uso de la tecnología tampoco es opción, pero si podemos tener un uso responsable de las plataformas digitales, los expertos recomiendan hacer un filtro de las fotografías que se comparten, por ejemplo, no subir imágenes donde se muestren horarios o rutinas que se siguen dentro de la familia, tampoco exponer fotos en traje de baño o situaciones que lo comprometan, no está mal tomarles fotos a nuestros bebés, tampoco compartirlas, pero utilizarlas con conciencia nos ayudará a tener una crianza más amable y respetuosa.

@gabymayorgaa

 

Imagen creada con IA por LCR

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