Por Angélica de la Peña
La Dra Claudia Sheinbaum Pardo recibió su constancia como Presidenta Electa. Por primera vez, una mujer será Presidenta en México, sin duda es un hecho histórico.
Sin embargo, en la contienda no hubo condiciones equitativas. Como lo señaló la Magistrada Janine Otálora en esa misma sesión del 14 de agosto, el Presidente tuvo una indebida intervención desde las mañaneras, usando su poder político, tanto a favor de su candidata, como en contra de la candidata de la oposición. No lo dijo el Tribunal Electoral pero también hubo un ejército de siervos de la Nación haciendo campaña por Morena desde 2021.
En su discurso, al recibir su constancia Claudia Sheinbaum expuso que “nuestro movimiento obtuvo 35 millones 924 mil 519 votos, lo que representa el 59.76% del total de la votación”. Quiero hacer énfasis que ella misma señaló a la coalición como su movimiento, no una alianza entre distintos, sino un ente integrado en un mismo propósito político. En la aplicación del artículo 54 constitucional, y habiendo recibido un poco más de 55% de votos en la elección de diputaciones, la coalición “Juntos hacemos historia” es un movimiento con una misma plataforma, y nada fundamenta tengan más de 300 diputaciones.
También la Presidenta electa dijo que no asumía su triunfo como individual, “el día de hoy, marcado en la historia de México, no llego sola, llegamos todas”.
Esta consigna debería significar que quien será la Presidenta, trabajará para el 52% de la población y garantizará todos sus derechos humanos sin discriminación por edad, o por condición. Significaría trabajar en la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas, en la restitución de todas las políticas públicas que se habían ganado y que han desaparecido, en la reconstrucción del Anexo 13 del Presupuesto de Egresos de la Federación que contenía los programas y acciones gubernamentales a favor de las causas de las mujeres. Actuaría diametralmente diferente respecto a López Obrador.
Si llegamos todas, debería implicar la no desaparición de los mecanismos y sistemas establecidos en las leyes aprobadas desde la perspectiva de la igualdad sustantiva, el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, prevención del feminicidio, contra la tortura y la desaparición forzada y contra la trata de mujeres y niñas en todos sus tipos penales. Impulsaría el sistema nacional de cuidados, garantizará ninguna mujer muera por enfermedad prevenible. Ninguna niña sea casada antes de los 18 años. Que no replicará la violencia y oídos sordos que su tutor le endilgó a las mujeres cada 8 de marzo.
Si va a gobernar para todas, tiene que dejar a un lado los prejuicios de “las buenas y las malas”, de las progresistas y las conservadoras.
No permitirá recibir línea del ex presidente, que como buen patriarca, le recordará fue ungida por él. Ingenuidad creer el señor se retirará de la política. Pero quizá ella esté de acuerdo en seguir siendo su empleada. Entonces esa consigna es pura demagogia.
AMLO le dejará un desbarajuste fenomenal si logra desaparecer, tan solo como un ejemplo, el Poder Judicial y los organismos autónomos. Ahí se hará patente su incongruencia, porque dejará sin trabajo a miles de juezas, magistradas, comisionadas y consejeras, quienes por cierto, llegaron a esos encargos gracias a la experiencia de años de servicio y sobretodo invocando la igualdad.
Foto: Delmaine Donson/ Edición LCR