El putero puticida borramujeres

Con las imágenes del atentado contra Trump aún en toda la prensa, recuperamos un artículo publicado en marzo de 2021, explicando las no pocas coincidencias entre los hombres jóvenes asesinos autores de tiroteos en EEUU y el fenómeno INCEL (célibes involuntarios)

por Nuria González López

Por Núria González López

El pasado martes en Atlanta, un putero adicto al porno y al sexo se armó hasta los dientes y se lio a tiros contra tres “puticlubs”, donde asesinó a 6 mujeres prostituidas. Un INCEL (involuntarily celibate, —célibe involuntario), que recibía terapia por sus adicciones y por su odio a las mujeres.

Según el gobierno estadounidense de los salvadores del mundo Biden y Harris, obviando la realidad de los hechos, lo que ha ocurrido es un asesinato racista (no machista) y que por lo que hay preocuparse por la seguridad de la comunidad asiática.

Este esperpéntico y ofensivo relato de la posverdad lo basan en que las seis asesinadas eran mujeres asiáticas. Sin embargo, obvian el hecho evidente de que no eran cualquier mujer asiática. Eran mujeres asiáticas prostituidas. El asesino no salió a la calle a disparar a cualquier persona asiática que se le cruzara, no. El feminicida fue en busca de mujeres asiáticas hipersexualizadas, de las que estoy segura que era prostituidor. Y las asesinó como si ellas fueran la causa de su adicción y de su mierda de vida.

Las mató por ser mujeres que le recordaban lo que él no tenía. Sexo sin violar. Un putero violador adicto al sexo, que nunca encuentra saciedad a su adicción por una clara razón: el sexo con mujeres prostituidas no es sexo libre, es explotación sexual, y no causa al putero violador ningún otro placer que no sea el de la dominación y humillación de la otra persona.

Por eso un putero violador no ve saciada su adicción sexual por mucho que acuda a la prostitución. En la prostitución no hay sexo, hay violación. Por eso también es adicto al porno, porque en la violencia que se le ofrece encuentra la misma dominación que cuando viola mujeres prostituidas. Seguramente no sólo era adicto al sexo, sino también lo era a la violencia extrema.

Por eso el tipo se arma y la emprende a disparos contra aquellas que le recuerdan que en realidad vive en una sequía sexual no deseada. Es un INCEL, hombre que odia a las mujeres porque no consigue establecer relaciones sanas con ellas, ni sexuales ni afectivas ni de ningún tipo. Una comunidad cada vez más grande de hombres y que casi siempre aparece en este tipo de asesinatos masivos.

Algunos ejemplos son Elliot Rodger, un joven de 22 años, que en 2014 en California mató a 6 personas e hirió a otras 13 antes de suicidarse. Otro, Alek Minassian, que en 2018 en Toronto, atropelló a peatones causando 10 víctimas mortales y 14 heridos. Los dos asesinatos múltiples se llevaron a cabo después de que los dos asesinos, que eran habituales de foros Incels en internet, publicaran mensajes misóginos en las redes sociales. El último asesinato múltiple conocido perpetrado por un miembro de esta célebre comunidad fue en 2019 en Texas, cuando un chico de 22 años vestido de militar disparó contra los funcionarios del Palacio de Justicia Earle Cabell, Brian Isaack Clyde, aficionado también a los foros de QAnon.

Volviendo al tiroteo de esta semana, incluso la policía de Atlanta ha advertido públicamente que el asesinato múltiple del pasado martes nada tiene que ver con un crimen racista, ya que, a todas luces, es un crimen de odio contra las mujeres. Seis feminicidios. El porqué de que las mujeres prostituidas asesinadas fueran asiáticas auguro yo que lo descubrirá cualquier investigador de medio pelo que entre en el historial de búsquedas de internet del ordenador del asesino, y vea que seguro sus páginas favoritas de porno está copadas por mujeres asiáticas. Qué curioso, comparte gusto con el del artículo de la semana pasada…

Esa es la razón por las que las asesinadas son seis mujeres prostituidas asiáticas y no seis personas asiáticas al azar. La obsesión del asesino putero violador por esas mujeres, culpables, según él, de todas sus desgracias. Él es el pornero “puticida”.

Y sin embargo, todos estos hechos materiales y objetivos han sido convenientemente obviados por la administración Biden y han construido un relato que nada tiene que ver con la realidad, para vender la moto de que verdaderamente lo que pasa es que hay gente que odia a los asiáticos, y que esto es culpa de Donald Trump, por llamar a la Covid 19 “virus Wuhan”. Y así, de paso, afianzar la imagen de un presidente decrépito y muy débil de salud, por quien, a estas alturas, nadie apuesta un dólar a que finalice el mandato. Ni siquiera él, que en sus múltiples lapsus ya llama presidenta a Kamala. Ellos son los “borramujeres”.

Hasta ahí llega el desprecio del nuevo gobierno yanqui por las mujeres. A borrarlas hasta de sus propios asesinatos. A ellas y a sus atroces circunstancias. Estas cosas pasan para recordar que lo histriónico, al menos se ve venir. Que el machismo de Trump era tan evidente que causaba rechazo, pero que, de nuevo, los y las machistas disfrazados de tolerantes son mucho más peligrosos, ya que la falta de cultura general y política de millones de personas, hacen posible vender cualquier relato y que las masan los compren.

Este viernes se desplazó el presidente Biden a Atlanta a reunirse con las asociaciones de asiáticos después de los asesinatos apara manejar la “crisis” de seguridad. No con las de mujeres o con las de defensoras de Derechos humanos. Con las de asiáticos, a las que seguramente no pertenecía ninguna de las víctimas. Pero eso no importa. Lo importante es el deal.

Imagen Creada con IA

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