Por Gabriela Mayorga
“Cuando quedas embarazada hay algo de lo que nadie habla y es el duelo por la persona que eras, porque el hecho es que, por mucho que desearás ser madre, ya nunca dejarás de serlo”.
-Mis dos vidas (Serie de Netflix)
Dicen que las mamás flamingo pierden todo su color rosa después de tener a sus bebés, el intenso trabajo que requiere maternar hace que sus plumas pierden su coloración, algo similar ocurre con nosotras las mujeres cuando abordamos el viaje de la maternidad.
No es un misterio que después del parto nuestro cuerpo cambia, nos enfrentamos a los entuertos, sangrados, contracciones, suturas, lactancia, mastitis, por decir algunas cosas físicas y ni hablar de lo emocional y hormonal, si bien te inunda una alegría por conocer a quién cargaste por nueve meses, todo lo radiante que tenias en el embarazo acaba y llega la incertidumbre.
Nadie te prepara para la gran responsabilidad que viene, un consejo común es “duerme, porque nunca lo volverás hacer igual” y es cierto, spoiler, en los seis meses de vida de mi bebé, no he vuelto a dormir igual, pero no te alertan del “baby blues”, esa sensación de tristeza, nostalgia e irritabilidad que afecta al 85% (NHS) de las recién mamás o peor aún, en esos maravillosos nueve meses, nadie te dice que entre 13% y 15% de las madres padece depresión posparto (Instituto Nacional de Psiquiatría), si 3 mil 305 bebés nacen al día (INEGI), de acuerdo a los porcentajes anteriores 504 mujeres enfrentarán probablemente la depresión en su maternaje, lo cual aproximadamente serían 15 mil 120 al mes y 181 mil 440 al año.
En una sesión de terapia Danika Moreno, psicóloga clínica mencionó algo que me ayudó a entender porque no hay que juzgarse en esos momentos, ya que fueron cuatro mujeres habitando un mismo cuerpo en menos de un año, primero la mujer libre y sin grandes preocupaciones, posteriormente la embarazada y resplandeciente, siguiendo del posparto y para concluir, después de pasar un proceso doloroso, llega la nueva versión, la mamá.
¿Cómo podemos vivir el hermoso regalo de dar vida sin la tristeza y la nostalgia? Me atrevo a decir que tal vez no hay manera, que así como en el parto hay dolor, en este proceso hay duelo. Además, existen cambios hormonales abruptos en los niveles de estrógeno y progesterona, los cuales disminuyen considerablemente y esto puede reflejarse en el estado de ánimo.
Es importante acercarse a especialistas para ser diagnosticado y tratado, pero cuidar a un recién nacido es un trabajo 24/7, genera que no tengamos tiempo y uno mismo no sea prioridad, pero recuerda, si tú estás bien, tu bebé también, como en los aviones ante una situación de emergencia, primero hay que ponernos la mascarilla de oxígeno a nosotros, para salvar al otro. Tu red de apoyo es fundamental para este proceso, levantar la mano para pedir ayuda no es motivo de culpa, es necesario acercarte a tu médico para ser guiada por especialistas. Lo que sí deben de saber aquellas mujeres que acaban de tener un bebé es que no están solas y que lo están haciendo muy bien.
@gabymayorgaa
Foto de @robertkneschke desde Canva PRO