Por Verónica Rivera
¡Queridas lectoras, querides lectores; el 2024 inicia con todo y es para mí un gusto estar de regreso con ustedes!
Hace algunas semanas que no nos encontrábamos en ésta, nuestra casa, La Costilla Rota; y sucede que el panorama internacional nos requiere atentas, pues las piezas del tablero se están moviendo y los cambios son inminentes, ya que el concierto de los países inicia el 2024 con un panorama poco alentador. Sin embargo, usted no se preocupe, que en las siguientes líneas podrá dibujar una proyección en -no tan- resumidos 6 puntos.
- La democracia está en juego. Este año, más de 4,000 millones de personas acudirán a las urnas en más de 70 países, lo que equivale a más del 50% de la población mundial. Si bien es cierto un buen número de personas votarán en democracias consolidadas o con imperfecciones, muchas otras tendrán que hacerlo en regímenes híbridos y/o autoritarios. Que dicho sea de paso, México está catalogado como democracia híbrida, es decir: a un pasito ‘nomás, del autoritarismo. Los resultados de este cúmulo de elecciones habrán de definir no sólo el rumbo de cada uno de esos países, sino que también podremos observar diversas inclinaciones de la balanza hacia intereses regionales y muy probablemente, observemos una modificación en las alianzas y acuerdos internacionales. No es desconocido que la democracia a nivel global presenta una profunda crisis marcada por la polarización de ideologías y el auge de las agendas radicales, fenómeno que ha traído consigo inestabilidad política en todos los niveles y preocupantes niveles de violencia relacionados con los procesos electorales. Basta tan solo recordar el caso del asesinato del candidato presidencial en Ecuador en octubre del año pasado o bien, si no se quiere ir tan lejos, en los pocos días que van del ‘24, en México, ya han asesinado a dos candidatos aspirantes a presidencias municipales. ¿Será acaso el inicio del fin de las democracias o cree usted que el sistema pueda resistir algunas décadas más?
- Los conflictos internacionales continúan. El 2023 ha sido catalogado como uno de los años con más problemas regionales desde 1945. La guerra en Ucrania que, a pesar de todos los esfuerzos por conseguir la paz, no logran cesar las hostilidades. La guerra civil en Yemen que aún con el paso de los años y de la ayuda humanitaria -prácticamente invisible- afecta cada vez más a los millones de desplazados. Las tensiones en países africanos como Sudán, que no logran estabilizar sus regímenes políticos y que cada vez más afectan a los civiles. Y finalmente y no menos importante el evidente genocidio hacia el pueblo palestino que tiene lugar en la franja de Gaza y que tan solo para cerrar el 2023 contabilizó a más de 17000 víctimas mortales. Todos estos conflictos no tienen alguna esperanza de lograr alianzas para la paz y desgraciadamente, los esfuerzos internacionales se tornan cada vez más difíciles de trabajar.
- La cooperación internacional cada día más débil. Las respuestas de la comunidad internacional hacia los problemas globales compartidos cada vez son más complicadas. Los organismos regionales e internacionales de cooperación, como las Naciones Unidas, se encuentran en la cuerda floja, pues en propias palabras de Antonio Guterres, <<el mundo, lamentablemente, está fuera de rumbo>>. El aumento acelerado de los cambios climáticos y la crisis ecológica que ello conlleva, un claro retroceso de la agenda para lograr la igualdad de género con hechos de violencia cada vez más cruda hacia las mujeres y niñas, índices poco vistos de migraciones y desplazamientos forzosos y una implementación tan miserable de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible a pocos años de su fecha límite, son tan solo algunos de los temas evidentes en los que la comunidad internacional ha fallado.
- La economía ya no tendrá aceleraciones considerables. Así es, apreciable lectora, si usted me sigue hasta este punto, lamento decirle que no llegamos a ningún rayito de esperanza, sino que por el contrario la cosa pinta peor. Después de la pandemia economías como China y Estados Unidos tuvieron graves problemas para reponerse y por ende, el resto del mundo. Especialmente el gigante asiático, ha presentado los menores niveles de crecimiento en los últimos 35 años y esto se debe a que las cadenas de suministro globales cada vez se han visto más lentas por los efectos de las guerras y la violencia. Los especialistas dicen que habrá crecimiento económico, pero en muy bajos niveles, ya que las tasas de inflación no permitirán buenas condiciones para las inversiones. Por lo que, para el 2024, serán más evidentes las consecuencias de las crisis que hemos atravesado desde la pandemia.
- La inteligencia artificial gana terreno en la agenda internacional. Por si esto no pareciera ya un escenario de película apocalíptica, la IA y particularmente Chat GPT llegaron para revolucionar absolutamente todos los campos de acción del ser humano y no precisamente de manera positiva. El 2023 estuvo marcado por lanzamientos sorprendentes que amenazaron con superponerse a las capacidades humanas y por ende se evidenciaron todas las vulnerabilidades ante las que nos encontramos con el uso de la tecnología. Por tales motivos, el 2024 presenta un gran reto para la regulación de la IA, mismas legislaciones que tendrán que ir avanzando igual de rápido, ejemplo de esto es el ya anunciado Pacto Digital Mundial, que pretende establecer reglas comunes para el desarrollo digital del futuro.
- De América Latina para el mundo. No piense, estimada lectora que quiero fusilarme una de las frases más famosas de los Ángeles Azules; porque resulta que la región latinoamericana jugará un papel fundamental en el escenario internacional. Y es que el Sur Global cada vez toma más fuerza como actor contestatario de las ideas imperialistas tanto de Estados Unidos como de China. Aún con los problemas que presenta nuestra región, como los altos niveles de violencia y los regímenes políticos cada vez más radicales hacia la izquierda o la derecha, la conformación de bloques a manera de economías emergentes ha fortalecido los flujos comerciales globales. Mismo caso ocurre con los BRICS, quienes este año estarán sumando a países como Arabia Saudita, Irán, Etiopía, Emiratos Árabes y Egipto. Al tío Sam no le gusta esto, se escucha a lo lejos.
De esta manera llegamos al final de la proyección para el 2024. Sin duda alguna los conflictos y las guerras se van a definir con los resultados electorales. Situaciones como los brutales e inhumanos ataques constantes de Israel hacia el pueblo palestino o la continuación de la guerra en Ucrania, dependerán de los comicios electorales en Estados Unidos en el mes de noviembre, elecciones que serán una clara revancha entre Biden o el anunciado regreso de Donald Trump.
Mientras tanto, en México, por primera vez en la historia habremos de tener una mujer al frente del Ejecutivo Nacional, contienda en la que solamente hay de dos sopas: la continuidad de un régimen que tiende al autoritarismo y a al retroceso humanitario y de derechos – muy bien disfrazado, eso sí, de progreso y bienestar – o la elección de una oposición que implica una transición de poder desgastada y paulatina.
Como se los adelanté, el mundo requiere ciudadanas y ciudadanos atentos a los acontecimientos diarios y sobre todo, con intenciones de participar e involucrarse en la decisiones cotidianas. Como es costumbre de una servidora, no me queda más que invitarles a que se sumen a los proyectos que ustedes consideren más benéficos para sus comunidades, pues habremos de enfrentar retos que implican toda nuestra atención. No se me desanimen, también vienen cosas buenas.
¡Cuídense mucho y quiéranse más, nos leemos pronto!