Por Iris Cardona
Ante la ola de las redes sociales y ante la inminente moda que se tiene el país estadounidense, se han acuñado hace algunos años, distintos términos para dirigirse a las acciones negativas que realizan las personas en su relación de pareja e incluso de amistad.
En muchas ocasiones, nos hemos sentido identificadas en ellas, incluso las hemos hecho, porque terriblemente como decía el buen Albert Camus “Todas las desgracias de la humanidad provienen de no hablar claro.”
¿Qué se espera de quien no es responsable de sus emociones y de cómo hace sentir a los demás con sus hechos y palabras? Aunque sintamos empatía por su historia familiar, sus experiencias personales y como ha construido su personalidad, como amigos y pareja tenemos la obligación de señalar los límites, de crear diálogos honestos y también de reforzar la relación a través de un trato digno.
El breadcrumbing, es una de personas que mandan señales mínimas a su pareja, amante o incluso a alguna amistad para saber que sigue ahí, dando esperanzas de que la relación pueda ir a más, pero a sabiendas de que nunca va a avanzar. En el caso de la amistad, solo se utiliza con fines convenientes para una persona, excluyendo o diferenciando a la persona y haciéndola creer que se tiene un lazo estrecho sin compromiso o reciprocidad.
¿Soy victima del breadcrumbing o soy victimaria?
Realiza este “check” con nosotras, si respondes a una o más, es momento de que tu actitud se vuelva más saludable pues ello también es amor propio.
- Si nuestra pareja o amiga es una persona poco concisa y clara.
- Da “señales de vida” cada bastante tiempo.
- Generalmente, buscan interacción online y suelen huir de la relación física, aunque no siempre es así.
- Actúan de forma errática e incongruente.
- Nunca es el momento para hablar de sentimientos.
Es momento de poner las cosas claras sobre la mesa y dejar de recibir las migajas de pan que le sobran a alguien. Sabemos que cada quien da lo que tiene y lo que puede, pero no juzgamos eso, lo que si señalamos es que se da por hecho dar mucho cuando se recibe poco. Lo que no es congruente ni coherente es actuar sin honestad, sin reciprocidad y desde la falta de ética. Las relaciones se construyen a partir de la confianza, del respeto, de la comunicación. Es bajo muy bajo tener en conocimiento lo que daña a una persona y hacerlo sin miramientos.
Desde este espacio iridiscente, te invito a analizar objetivamente y sin justificar, ¿consideras normal ese trato hacia ti? Cada vez que pasa una situación así, ¿te sientes culpable cuando algo no cuadra? Si continúan actuando de esa manera, es momento de poner límites. Recuerda que las relaciones sanas, se dan naturalmente, pero también se construyen.
Aprende a levantarte de la mesa cuando no se sirva más amor, chica. Llévate la frase al hecho y recuerda siempre a la gran Nina Simone.
Y la que soporte nada, la maldad no se tolera.
Foto de Konstantin Postumitenko desde Prostock studio